sábado, 9 de mayo de 2015

Las infecciones respiratorias (parte II): las vías bajas

Las infecciones respiratorias (parte II): las vías bajas

Las vías aéreas inferiores están formadas fundamentalmente por la tráquea, los bronquios principales, los pulmones, y, en el interior de estos, los bronquiolos y los alveolos. Todas estas estructuras son posibles lugares de infección: bronquitis, bronquiolitis, neumonía. Cada una de ellas tiene unos agentes infecciosos responsables, una sintomatología, y precisa de un tratamiento específico.
  • En las bronquitis los principales síntomas son la fiebre, la tos y la secreción mucosa que aparecen pocos días después de un catarro; a veces evolucionan a neumonías. El tratamiento debe pautarlo el pediatra y suele ser la administración de antibióticos durante un período de 10 a 14 días.
  • En la bronquiolitis, el responsable de la infección es un virus que afecta a los bronquiolos, las ramificaciones más pequeñas del árbol bronquial. El síntoma principal es la dificultad respiratoria y a veces requiere hospitalización para su tratamiento.

Pruebas médicas

  • La auscultación consiste en oír la entrada y la salida del aire de los pulmones producidas por los movimientos respiratorios. El estetoscopio o fonendoscopio (fonendo), consta de una campana acústica que, colocada sobre el tórax del niño, transmite sonidos a través de unos tubos de goma flexible hasta los oídos del médico. El fonendo permite al médico detectar cualquier ruido anormal producido por dificultad u obstrucción al paso del aire, y descartar o localizar posibles infecciones, como bronquitis o neumonías.
  • La radiografía de tórax es una prueba de exploración complementaria que permite confirmar la existencia de una infección detectada con el fonendo y diagnosticar la presencia o no de una neumonía, por ejemplo. La localización de la misma y sus características, junto con los otros síntomas clínicos y la experiencia del pediatra, harán posible determinar el tratamiento antibiótico.

Cuidado con… las alergias respiratorias


En ocasiones, aunque no es muy frecuente durante el primer año, es posible confundir síntomas de origen alérgico con los de causa infecciosa. Así, la mucosidad, una cierta dificultad respiratoria e incluso la tos de una alergia a los ácaros del polvo, a animales domésticos, o a los muñecos de peluche pueden confundirse con signos de infección.

viernes, 8 de mayo de 2015

Las infecciones respiratorias (parte I): las vías altas

Las infecciones respiratorias (parte I): las vías altas

El aparato respiratorio se puede dividir, a efectos anatómicos y funcionales, en dos partes: las vías aéreas altas, que comprende desde las fosas nasales hasta la tráquea, y las vías aéreas bajas, localizada en el interior del tórax. Puesto que las infecciones de cada una de estas partes son diferentes, también lo son los síntomas, las técnicas diagnósticas y, en muchas ocasiones, los tratamientos.
Tos nocturna, mucosidad nasal, dificultad respiratoria y fiebre son síntomas de una infección respiratoria en las vías altas. Si el agente causante es una bacteria, debe tratarse con antibióticos. Cuando su origen es vírico, sólo es posible un tratamiento de los síntomas: colocar un humidificador del aire en la habitación del niño y administrarle suero fisiológico intranasal pueden ser medidas caseras útiles.
Las infecciones más frecuentes:

  • El catarro o resfriado común es la infección respiratoria más frecuente y empieza a afectar al niño a partir de los seis meses de edad. Durante el primer año de vida el organismo es muy vulnerable a la multitud de virus (alrededor de 200 distintos) que pueden causar catarro, y que se transmiten fácilmente de persona a persona al hablar, toser, estornudar… Que un niño parezca estar siempre acatarrado no es preocupante, mientras crezca con normalidad y las infecciones no se compliquen (con una neumonía, por ejemplo). Es probable que hasta los seis años padezca un promedio de 7 u 8 resfriados anuales. Con el tiempo se irá inmunizando.
  • Las infecciones respiratorias en las vías altas más frecuentes en el niño después del resfriado son la amigdalitis o infección de las amígdalas (anginas), la adenoides o infección de la glándula adenoides (vegetaciones), la laringitis o infección de la laringe y, menos habitual durante el primer año, la sinusitis o infección de los senos paranasales. Estos procesos infecciosos pueden ir acompañados de trastornos como diarreas y dolores abdominales, además de los síntomas propios de la enfermedad: fiebre, malestar general y dificultades para tragar los alimentos o para respirar. Hay que acudir al pediatra, que determinará la causa y localización de la infección y su posible tratamiento con antibióticos.
  • El crup es una infección de las cuerdas vocales producida generalmente por virus (como el de la gripe). Sus tres síntomas fundamentales son la tos “de perro”, la dificultad respiratoria y la voz ronca. Se considera una urgencia relativa, es decir hay que acudir al pediatra para que recete el tratamiento oportuno. El proceso infeccioso suele durar 5 o 6 días y empeora por la noche. El aire húmedo y caliente, por ejemplo de un humidificador, puede mejorar un acceso de crup, así como el beber líquidos calientes que pueden relajar las cuerdas vocales. En ocasiones, sacar al niño al aire fresco durante cinco minutos mejora el acceso de crup.

jueves, 7 de mayo de 2015

Conoce las 6 etapas de la pubertad

Conoce las 6 etapas de la pubertad

Dentro de la pubertad pueden distinguirse 6 etapas, desde la infancia hasta el desarrollo completo de los caracteres sexuales y la maduración de los órganos encargados de la reproducción. Para que ello se produzca es indispensable que el eje hipotálamo-hipófiso-gonadal entre en funcionamiento y que todos los órganos que lo componen mantengan una actividad normal. Estas etapas irán marcadas por el aumento de las hormonas sexuales y su acción sobre todo el organismo.


Vamos a conocer cada una de estas fases:
  1. Etapa prepuberal

    La etapa prepuberal se inicia en las niñas a los 10 años y en los niños a los 11 años. El primer signo evidente que marca el inicio de la pubertad es el crecimiento de las glándulas mamarias en las niñas y el crecimiento de los testículos en los niños.
  2. Pubertad muy temprana

    En este período (las niñas 11 años, los niños 12 años), las mamas crecen en tamaño, así como los testículos, y también se inicia el crecimiento del pene. Aparece el vello púbico en pequeña cantidad. Además, se produce un aumento rápido de la talla.
  3. Pubertad temprana

    Al llegar a los 12 o 13 años, niñas y niños van madurando los caracteres secundarios adquiridos: el aspecto de las mamas se parece más al de la mujer adulta, se acrecienta el vello y los testículos y el pene aumentan de tamaño. La aceleración del crecimiento comienza a ser evidente y también se inician los cambios psicológicos característicos de la pubertad.
  4. Pubertad media

    Hacia los 13 años, las niñas suelen presentar la primera menstruación, que durante los primeros meses será irregular. También puede aparecer el vello axilar y en los niños comienza el vello facial (inicialmente en las comisuras del labio superior).
  5. Pubertad avanzada

    En esta etapa (niñas 14 años y niños 15 años), la diferencia entre ambos sexos se hace más evidente por los cambios que afectan a las mamas, los testículos y pene, el vello axilar y púbico, la distribución de la grasa y el crecimiento de la masa muscular.
  6. Pubertad adulta

    Entre los 15 y los 16 años, se adquiere el desarrollo completo de los órganos de la reproducción. Los cuerpos, que presentan un aspecto completamente similar al de un adulto, todavía contrastan muchas veces con un comportamiento infantil.

Con esta última etapa se pone fin al proceso de pubertad.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Aprenda a proteger a los hijos digitales de los riesgos en línea

Conozca los peligros a los que se enfrentan los menores en internet y en móviles y cómo prevenirlos.

Hay programas gratuitos que controlan el uso seguro del PC y el móvil.
Hay programas gratuitos que controlan el uso seguro del PC y el móvil.

Los casos de menores de edad víctimas de algún riesgo en línea no son pocos ni aislados. Según Red Papaz, organización sin ánimo de lucro que trabaja por el uso responsable y seguro de la tecnología en niños y adolescentes, entre otros temas, en lo que va del año se han hecho 1.795 denuncias, el 60 por ciento de ellas relacionadas con temas de abuso y acoso sexual en línea.

Por su parte, una encuesta de la fundación Stop Bullyig Colombia, hecha a 10.000 estudiantes de colegios y universidades en el país, mostró que siete de cada 10 jóvenes han practicado el 'sexting' (intercambio de fotos, videos y mensajes de tipo erótico por internet y móviles) en Colombia.

En la mayoría de casos, según señalaron voceros de la Unidad de Delitos Informáticos de la Dijín, los padres de las víctimas y victimarios nunca sospecharon nada.

De hecho, es poca la atención o esmero que demuestran los padres frente a este tema. “No los vigilan, no les explican, ni conocen los riesgos a los que se exponen (con el uso irresponsable de la tecnología)”, dijo Carolina Piñeros, directora de la fundación Red Papaz.

Los datos recabados por Stop Bullying Colombia muestran que tres de cada cinco adolescentes de 13 a 17 años tienen un celular propio. “La mayoría se toma selfis que distribuyen a otras personas con poses insinuantes que luego terminan en la internet”, afirmó Ricardo Ruidiaz, director de la fundación.

El tema se complica en edades superiores, de 17 a 24 años (universitarios), pues “el 81 por ciento tiene celular y el 78 dice haberse tomado fotos provocativas con él”, explicó el experto.

Por ello, según recomendaciones de la Policía, lo primero es informarse y entender las distintas modalidades de delitos y riesgos a los que se enfrentan los menores en internet y con el uso de móviles.

Un informe de la Fundación Telefónica revelado el año pasado mostró que casi la mitad de los niños de 7 a 9 años de edad ya usa un teléfono celular. El promedio diario de uso está por encima de los 80 minutos.

A continuación, explicamos las modalidades de riesgos a los que se enfrentan los niños y cómo es posible prevenir y denunciar.

‘Sexting’, las fotos privada​s

¿Qué es? Es el envío de fotos o videos sugestivos, eróticos, entre jóvenes, como supuesta muestra de amor. Son la principal fuente de casos de extorsión y matoneo al año en el país, según la Policía Nacional.

¿Cómo detectarlo? La persona dedica mucho tiempo a usar el celular a escondidas, con actitudes agresivas cuando se le pide que permita revisarlo. Cuando las imágenes son publicadas, el/la joven caen en episodios de depresión, miedo y cambios de genio. 

¿Cómo prevenirlo? Evite que el menor pase extensas jornadas de tiempo con el celular. Procure que si lo hace, sea en zonas públicas de la casa. Revise que no tenga intaladas ‘apps’ como Snapchat, Slingshot o Blink que se usan para el ‘sexting’. Háblele del riesgo y peligros de esa práctica, del gran problema que significaría para su reputación que ese tipo de imágenes cayeran en manos equivocadas.

‘Grooming’, el falso menor
¿Qué es? Esta modalidad consiste en un adulto abusador que se hace pasar por niño o adolescente para engañar a menores. El más reciente caso se descubrió en el oriente colombiano. Un delincuente tenía 19 cuentas falsas en Facebook de supuestas mujeres que, a cambio de recibir fotos sugestivas de jóvenes, enviaba imágenes y videos de tipo sexual. Luego, presionaba a los niños para que le enviaran contenidos eróticos bajo la amenaza de revelar sus fotos a padres y amigos. Más de 30 niños fueron extorsionados hasta
que cayó el bandido por denuncias.

¿Cómo detectarlo? Esté atento a cambios súbitos de genio del menor, así como a tendencias a la soledad y aislamiento.

¿Cómo prevenirlo? No permita que el niño o la niña use tabletas o computadores a solas en su habitación. Instale programas de control parental que monitoreen sus relaciones digitales. Habilite espacios de conversación en confianza sobre este tipo de riesgos. Indague con amigos cercanos el por qué de sus cambios de genio.

Piratería, un riesgo familiar
¿Qué es? La descarga de programas, juegos, canciones o películas ilegales, práctica que es usada por los malos para la instalación de ‘apps’ malignas, espías, virus, etc., que roban cuentas de correo o redes, o que transmiten pornografía, entre otros males. También pueden convertir en 'esclavo' (bot) el computador de la casa o monitorear sus contraseñas en móviles. 

¿Cómo detectarlo? El computador, celular o tableta se les daña seguido. La conexión de la casa es muy lenta. Han sido victima del 'robo' de sus perfiles en redes sociales, entre otros.

¿Cómo prevenirlo?Instale programas que eviten descargas desde internet sin su autorización. Instaure prácticas y políticas de uso de los equipos. Explíqueles a los menores el riesgo que hay detrás de la descarga de contenidos pirata desde internet.
‘Ponrware’ y ‘Adware’​
¿Qué es? Son códigos que se instalan en el computador o móvil y luego ponen publicidad o pornografía. Pueden robar datos personales o redireccionar la navegación y búsquedas hacia sitios que captan datos o comportamientos para luego enviarle avisos no solicitados, etc.
¿Cómo detectarlo? Aparecen videos porno en perfiles de redes sociales, o avisos de publicidad que saltan en el navegador de manera intrusiva. En algunos casos publican por usted cosas en Twitter o envian mensajes comerciales en su nombre a sus contactos.

¿Cómo prevenirlo?Hable con el menor para que no le dé clic a videos o enlaces sugestivos, a avisos que ‘regalan’ cosas, pues así atraen a las víctimas y se instalan los códigos malignos.

Aprenda y denuncie​
Aprenda
Vaya a enticconfio.gov.co; Redpapaz.org o a academiaeset.com, en donde hay cursos y mucho material de ayuda para aprender. Instale. Hay programas gratuitos que controlan el uso seguro del PC y el móvil: K9 Web Protection y Windows Live Protección Infantil (deberá iniciar sesión con su uenta de Hotmail o Outlook y seguir el tutorial paso a paso). En iOS puede activar las Restricciones.
Denuncie
En teprotejo.org reporte casos de abuso. En ccp.gov.co está el centro cibernético de la Policía para denunciar.

martes, 5 de mayo de 2015

El reto de enseñarle a su hijo a planificar actividades

El no aprender desde niños habilidades como obedecer órdenes puede traer problemas de aprendizaje.

Actividades simples como organizar sus juguetes les ayudan a planificar y priorizar tareas.
Actividades simples como organizar sus juguetes les ayudan a planificar y priorizar tareas.

El término ‘funciones ejecutivas’ se ha vuelto muy popular en todo lo que tenga que ver con investigación del desarrollo de los niños. Cada día, este término lo utilizan más padres y maestros, y tal como lo ha demostrado la neurociencia, es muy importante en lo relacionado con la motivación y persistencia en la niñez y la adolescencia. Por lo tanto, un niño o un joven que tenga problemas con estas funciones va a tener serias dificultades en su desempeño escolar y también en su actuación diaria.
Pero, ¿de qué se trata? Las funciones ejecutivas son una serie de destrezas que nos permiten controlar nuestra conducta y organizarnos de tal manera que logremos cumplir metas deseadas. Estas destrezas necesitan de pautas y reflexión antes de actuar.

Por ejemplo, una función ejecutiva es la habilidad de poder seguir una orden múltiple y saber cómo hacerse. Así, planear, organizar, iniciar, completar tareas y mantenerse en ellas, junto con el manejo del tiempo y el desarrollo de las actividades son consideradas funciones ejecutivas.
De hecho, en muchos casos, una falla en dichas funciones se confunde con un problema de déficit de atención y, aunque es parcialmente cierto, ya que muchos niños con ello tienen dificultades con las funciones ejecutivas, no lo es en todos los casos.
Hoy en día vemos a nuestros niños, tal vez por tanta influencia tecnológica, con dificultades importantes en estas áreas. Son niños despiertos, inteligentes y curiosos, pero poco efectivos o exitosos. No pueden entregar los trabajos a tiempo, empiezan varias cosas a la vez y no terminan ninguna, se pegan a un juego o actividad por tiempo ilimitado sin darse cuenta.
¿Cómo desarrollarlas?
Los adultos pueden y deben enseñarles a los jóvenes a desarrollar estas destrezas. Esto se debe empezar desde que los niños son pequeños y continuar hasta llegar a la adolescencia.
Es importante saber que las funciones ejecutivas se modelan y el niño va a repetir lo que ve en casa: rutinas, horarios, prioridades a la hora de hacer tareas, organización de la ropa, la higiene y el manejo del tiempo.
Es muy importante que los padres lo enseñen de manera explícita. Al principio, los niños necesitan que papá o mamá supervisen. Después, y poco a poco, hay que reducir las demandas sobre las funciones ejecutivas de un niño. Por ejemplo, dando una instrucción a la vez, al igual que retirar distracciones de la atención no deseadas.
La investigación científica ha demostrado que aquellos individuos que mostraron altos niveles en la función ejecutiva en su niñez tuvieron más posibilidad de crecer y ser adultos exitosos y saludables.
Habilidades indispensables
Tres son las habilidades necesarias para desarrollar buenas funciones ejecutivas:
1. Memoria de trabajo o memoria de corto plazo, flexibilidad cognoscitiva y de control inhibitorio.
Un ejemplo de la memoria de trabajo es que el niño puede seguir instrucciones que tiene múltiples pasos. Se acuerda que primero le dijeron que se pusiera el abrigo, después los guantes y finalmente, los zapatos etc. El niño retiene en su mente lo que ha hecho y lo que le falta por hacer.

2. Flexibilidad cognoscitiva. Esta se refiere a que el niño ajusta su conducta a una situación específica. Por ejemplo, hay diferentes reglas cuando se está en la biblioteca y cuando se está en el parque con los padres.
3. Control inhibitorio, que se relaciona con que el niño hace lo que le toca hacer, en vez de lo que quiere hacer. Es cuando al niño se le pide que recoja los juguetes, pero no lo hace, sino se pone a jugar con ellos.
El control inhibitorio está en que el niño debe recoger los juguetes y no ponerse a jugar.

Incentivarlas es posible con el ejemplo
Es bueno saber que existen ejercicios para desarrollar las llamadas funciones ejecutivas. Una de ellas es ofrecerles escogencias limitadas y no múltiples, pues al tener muchas opciones se pueden confundir.
Otro tema clave es delimitar muy bien los tiempos de cada actividad; es importante que el niño sepa cuánto tiempo debe demorar en las actividades como el desayuno, vestirse, ducharse, etc. Si el niño está utilizando tiempo excesivo, se le asigna un tiempo limitado, que se debe hacer cumplir.
Cuando su niño tenga un problema por resolver, hable con él sobre las opciones posibles y las consecuencias que tendría, en cada caso su elección. Hablar con ellos sobre lo que piensan y sienten los ayuda a volverse personas con buena capacidad de reflexión y toma de decisiones. Con esto también se logra bajar la impulsividad, tan frecuente en ellos hoy en día.
Otros ejercicios que sirven para desarrollar funciones ejecutivas son el control y el reconocimiento del cuerpo, recordar reglas y el control de emociones. Correr, nadar, jugar fútbol, bailar y el yoga son actividades físicas que contribuyen al desarrollo de buenas funciones ejecutivas.
Para terminar, si usted es ordenado, pone límites claros y cumple lo prometido, ya empieza a modelar conductas apropiadas, cruciales también para el desarrollo de estas funciones. Además, enseñe al niño a reflexionar sobre su conducta de manera continua, lo cual le va a permitir ser más acertado.

lunes, 4 de mayo de 2015

El ‘bullying’ no es un juego de niños

El matoneo se está usando para presionar a los estudiantes a que se vinculen a organizaciones delictivas.


Para Marre, aquel joven y sus amigos no eran conscientes de lo que podrían ocasionar, “Para ellos el ofenderme era un juego, un chiste, nunca pensaron en el daño y el dolor que podrían causarme. Gracias a Dios me refugié mucho en la música y logré salir adelante”, asegura. 

La intimidación escolar también conocida como ‘Bullying’, matoneo o acoso escolar, consiste en la conducta negativa, intencional metódica y sistemática de agresión, intimidación, humillación, ridiculización, difamación, coacción, aislamiento deliberado, amenaza o incitación a la violencia o cualquier forma de maltrato psicológico, verbal, físico o por medios electrónicos contra un niño, niña o adolescente, por parte de un estudiante o varios de sus pares con quienes mantiene una relación de poder desigual. 

Esta vulneración de derechos ha empezado a tener mayor relevancia durante los últimos años debido a que algunas víctimas han denunciado, o, como Marre han decidido contar su historia, situación que ha llamado la atención de colegios, del Estado y medios de comunicación. Es tal la preocupación, que ésta generó que el Gobierno Nacional sancionara en el mes de marzo la Ley 1620 del año pasado, la cual pretende, entre otras cosas, atender preventivamente situaciones de violencia escolar como el ‘bullying’.

Lo que la mayoría no sabe, y que el pedagogo social alemán Frank Schallenberg recalca en su libro Te ha tocado, mobbing entre alumnos, es que el daño que les ocasiona a los menores cuando se convierten en adultos es gigantesco. El niño que lo sufre vive grandes periodos de angustia, desamparo y terror. Suele estar solo porque casi nadie le ayuda ni en su casa le creen. Se desconcentra, tiene dolores de cabeza o malestares estomacales y es inseguro. En el caso del agresor, es una persona que no se adapta al mundo, y pierde la capacidad de desarrollarse social y emocionalmente de otra forma que no sea la violenta, dice Schallenberg.


Esta es una problemática que ha estado presente desde hace mucho tiempo en el ámbito escolar pero en la mayoría de los casos de manera silenciosa. Ahora, ha empezado a tener más atención por su importancia y gravedad, y se ha comprobado que requiere del interés, de la intervención y la prevención por parte del Estado, la familia, los colegios y de la sociedad en general.

Una investigación sobre matoneo realizada por Friends United Foundation, con 5500 niños, niñas y adolescentes escolarizados, entre 12 y 18 años encontró que las víctimas en un 35 % reciben maltratos físicos y en 65 % maltratos psicológicos. El estudio llama la atención sobre una de las modalidades que se está llevando a cabo en varios colegios de Colombia, es que el bullying se está usando para presionar a los estudiantes a que se vinculen a organizaciones delictivas. A su vez, la investigación muestra que en los colegios de estratos altos se recurre más al hostigamiento y calumnia por redes sociales, estando en primer lugar Facebook, seguido de Twitter y Youtube y WhatsApp.

Ángela Rosales, directora de la Organización Aldeas Infantiles SOS, aseguró que los comportamientos de los niños, las niñas y los adolescentes son el resultado de lo que aprenden en la casa, en el colegio, en el barrio y en la interacción con otros niños. Por esta razón, “el tema de acoso escolar es preocupante porque es el reflejo de lo que los menores de edad están viendo. Ellos se comportan así porque aprendieron a comportarse así, en algún momento adoptaron esa manera de actuar, por ello es fundamental que los adultos seamos conscientes de cuál es el ejemplo que estamos dando a los niños y a las niñas”. 

Para la directora de Aldeas Infantiles, es fundamental el rol de la familia. “Hay que enseñar a los niños que todos los menores de edad tienen derechos pero al mismo tiempo responsabilidades con los demás y de esa manera no podemos hacer un ejercicio de poder maltratando o pasando por encima del otro”. 

Víctimas e intimidadores, ambas partes requieren atención y protección 

De acuerdo con los resultados de la Prueba Saber Pro, en Colombia, casi la mitad de los niños o niñas sostuvieron que sus compañeros discriminan a otros. El 35 % de ellos dijo haber sido víctima y el 22 % manifestó haber intimidado a alguien, lo que evidencia que más del 50 % de los niños, niñas y adolescentes colombianos pueden verse involucrados como víctimas o victimarios en estos escenarios de violencia y por lo tanto, ambos requieren apoyo y protección. 


Cuando se presentan casos de intimidación escolar, normalmente la atención de educadores, profesionales y familiares recae principalmente sobre las víctimas, quienes necesitan de manera inmediata protección tanto psicológica, como física y afectiva. Pero, ¿qué pasa con los niños, niñas o adolescentes que cumplen el rol de agresor? Ángela Rosales considera que así como el apoyo hacia las víctimas de ‘bullying’ debe ser eficaz y oportuna, “Hay que ayudar a los niños que están presentando comportamientos abusivos porque puede ser que su actitud se deba a alguna actitud agresiva contra ellos, la cual los motiva a defenderse. Esta ayuda debe ser inmediata porque puede traerles a estos niños problemas para relacionarse, problemas que pongan en riesgo sus vidas, pueden vincularse a pandillas y pueden llegar a ser consumidores de sustancias psicoactivas”. 

Las consecuencias de la intimidación escolar, así ésta no parezca tan grave a simple vista, pueden ser nefastas. Si estas situaciones no se detienen a tiempo, los niños y las niñas que las padecen pueden empezar a tener problemas de depresión, bajo rendimiento académico, baja autoestima e incluso pueden llegar a desarrollar conductas muy violentas y autoagresivas. 

La intensidad del ‘bullying’ puede ser variable, pero si no se detiene a tiempo, puede traer consecuencias graves tanto para las víctimas como para los intimidadores. 

Entre tanto, Carolina Piñeros, directora ejecutiva de Red Papaz, manifestó que, “en el tema del acoso escolar, hemos ido entendiendo que el victimario también es víctima, es otro niño, hay que analizar qué pasa con el entorno de ese niño porque puede ser que sus padres no estén al tanto de lo que hace, puede ser que venga de un ambiente violento, entonces hay que mirar qué sucede con ese pequeño. Antes decíamos 'eso es cosa de niños, lo hizo como un chiste', ahora somos conscientes de que es un tema delicado y que debe ser visto desde ambas partes”. 


Una vez que se presenta e identifica un caso de intimidación escolar, las defensorías de familia, comisarías o inspecciones de policía deberán realizar la apertura de la historia socio-familiar y la valoración integral del niño, niña o adolescente y de su grupo familiar y finalmente, adoptar las medidas de restablecimiento de derechos. Posteriormente las defensorías deberán realizar el seguimiento, verificar el restablecimiento efectivo de los derechos y realizar el cierre del caso.

Instituciones educativas, responsables de la protección de las niñas y los niños

La problemática de acoso escolar en el país, si bien es una situación que requiere de la responsabilidad y compromiso de todos los entes del Estado, son los colegios, las escuelas e instituciones educativas en general, los actores principales para prevenir, detectar y atender la intimidación escolar. 

Para la directora de Aldeas Infantiles “los niños aprenden en la medida en que observan qué sucede a su alrededor. Entonces el colegio es responsable de lo que ocurra en todos los entornos donde están, no solamente al interior del aula”. 

Rosales agrega que, “también hay que observar qué tipo de relación tienen los profesores con los niños, si los maestros tienen relaciones abusivas con los estudiantes, ellos van a tener relaciones abusivas entre sí, si los profesores tienen relaciones groseras con los padres de familia, o los padres con los profesores, entonces eso se repetirá en el contexto, así que el llamado es a la coherencia en la acción en el marco del colegio, y es éste el que debe estar muy atento a identificar las acciones para prevenirlas tempranamente”. 


Entre tanto, el Código de la Infancia y la Adolescencia, en su artículo 43, obliga a las instituciones educativas a proteger a los niños, las niñas y los adolescentes contra toda forma de maltrato, agresión física o psicológica, humillación, discriminación o burla por parte de los demás compañeros y de los profesores. Igualmente, el Código obliga a las instituciones a establecer en sus reglamentos correctivos y efectivos para impedir la agresión física o psicológica y a denunciar cualquier acto de esta índole.

Cuando el testigo silencioso se vuelve un garante de derechos

Los especialistas aseguran que cuando se presentan casos de intimidación escolar existen tres grupos importantes a quienes hay que direccionar todas las estrategias para la prevención de esta problemática. Ellos son: las víctimas, los intimidadores y los testigos silenciosos u observadores, quienes son aquellos niños o niñas, que presencian las situaciones de acoso y no intervienen ni directa o indirectamente. 

La Prueba Saber Pro realizada en el país en 2012, evidencia cómo en el quinto grado más de la mitad de los niños y a casi la mitad de las niñas no les importaba, o inclusive, se divertían viendo el maltrato de algunos de sus compañeros y compañeras. Otros estudios en el tema aseguran que el porcentaje de menores de edad que son testigos de hechos relacionados con acoso escolar se encuentra entre el 60 y el 70 %, situación que potencia al agresor puesto que ellos se convierten en su audiencia. Por ello, es importante que quienes presencian esto no se reían junto al agresor en el momento de la intimidación, comunicar a un adulto lo sucedido y servir de audiencia para quien comete estas agresiones. 

“Días después de que aquellos jóvenes me agredieran, fueron a jugar un partido de fútbol a mi colegio. Yo me encontraba al lado de la cancha observando cuando de repente me empezaron a insultar y a decirme cosas terribles. Yo sentí miedo y mucha tristeza pero fueron mis amigas quienes intervinieron, los enfrentaron y les hicieron ver que eso que estaban haciendo no era lo correcto”, recuerda Marre.


Ángela Rosales piensa que existe una posibilidad inmensa de revertir situaciones de acoso escolar y es enseñándoles a los niños a que sean justos y equitativos. “Cuando hay ‘bullying’, los menores de edad deben ser conscientes de que se está presentando un comportamiento entre dos personas que es desigual, que es abusivo y aunque no tenga que ver conmigo, asimilo que esa conducta le hace daño al otro y por ello hay que ayudarle, ya sea defendiéndolo o contando a un adulto que estas situaciones se están presentando”. 

Carolina Piñeros de Red Papaz, coincide con Rosales y agrega que, “en el momento en que un niño aprende a identificar que eso que le pasa a su amigo o compañero es injusto, se presenta un desbalance de poder, entonces si el niño en vez de reír tiene una posición crítica frente a ese hecho, ahí se estaría trancando el problema, es pensar un poco en que “a mí no me gustaría que me hicieran eso””. 


Para las especialistas los niños y las niñas por esencia son solidarios, lo que ocurre muchas veces es que no denuncian o no cuentan que se presentan casos de intimidación escolar por miedo a represalias de sus compañeros o porque no confían verdaderamente en que los adultos puedan intervenir positivamente en la problemática. 

Frente a ello, es muy importante que tanto padres de familia, como docentes y directivas de los colegios abran espacios de participación y diálogo donde los niños, las niñas y los adolescentes sientan que su voz es importante, lograr esto empoderará a los menores de edad y los hará confiar mucho más en aquellas personas responsables de adelantar acciones. 

“Es importante que el niño sienta que en los adultos encuentra ejemplos, pero también la confianza para hacerse escuchar, y que en ellos va a encontrar un respaldo, que ellos van a ayudarle, no solamente lo van a escuchar sino que van a tomar una acción eficaz que ayude a cambiar esa situación negativa que observen o presencien. El propósito con esto es que los niños hagan el ejercicio de contar algo que no consideren correcto, pero solo lo harán cuando sepan realmente a quien acudir”, asevera Ángela Rosales. 

La familia, pilar fundamental para prevenir, mitigar y superar el acoso escolar

“Luego de una semana en la que estuve refugiada en mí misma y en la que lloraba mucho decidí hablar con mis padres y allí les conté lo que me había sucedido. Sé que fue la mejor decisión porque no me dejaron sola y me ayudaron a superar ese momento tan difícil para mí. Uno a veces piensa que cuando se presentan casos de intimidación no hay más salidas y siempre hay algo que uno puede hacer, se puede recuperar la confianza y uno puede salir adelante”.

El anterior es el testimonio de Marre al ser preguntada sobre la importancia que tiene la familia para ayudar a prevenir y tratar la problemática de acoso escolar. Si bien, el Estado y los colegios tienen una responsabilidad indelegable en este tema, los padres, madres, hermanos y demás familiares juegan también un rol fundamental tanto en el manejo de la intimidación, como en su prevención, enseñando, por ejemplo, a sus hijos desde pequeños a no maltratar a otros, a defenderse sin agresión y generando espacios de confianza y comunicación. 

Para Ángela Rosales, “si nosotros como padres no abrimos espacios de educación, el niño tampoco va a tener la confianza de venir a contarnos cuando él o ella tengan una situación vulnerable. Si en la familia validamos eso y validamos que pasar por encima de alguien, aventajarse del otro, me muestra que soy capaz, que soy poderoso, me río o me burlo de la situación de los demás, el niño cuando sea víctima no va a querer venir a contarme nada porque va a sentir que defrauda a su familia, que no es capaz”. 

RedPapaz considera que es esencial que las familias y en general toda la sociedad entienda que la agresión trae más agresión y por ello la clave está en formar niños y niñas asertivos. “Si los papás decimos a nuestros hijos desde el primer día del jardín, apréndete a defender, si alguien te pega, pégale más duro, estaríamos yendo por el camino incorrecto. Entonces, se trata de que empecemos a mandar un mensaje diferente y queramos que nuestros hijos sean asertivos. Si logramos esto, cambiaríamos por completo la situación que hoy en día viven muchos menores de edad víctimas de intimidación escolar”.

domingo, 3 de mayo de 2015

Por qué los ‘vagos’ tienen mejores notas que los superdotados?

El sistema educativo está mejor adaptado para los niños con bajas capacidades y no para los alumnos con un alto potencial de aprendizaje.

Foto IngImage

Los colegios tradicionales no están preparados para un grupo con niños superdotados. La educación ha señalado y estigmatizado a los alumnos que durante sus clases enfocan su atención en otras cosas. Pero, paradójicamente estos estudiantes son los que primero responden a las preguntas de los docentes y en muchos casos lanzan contra preguntas que no se responden en el aula de clase.

Este tipo de alumnos son enviados y sometidos a diversos test, terapias y finalmente son encasillados. Sin embargo, muchas instituciones han empezado a cuestionar la razón de este tipo de comportamientos. La respuesta está lejos de ser un diagnóstico médico: son niños superdotados.

Según el mito, estos ‘genios’ tienen altas capacidades intelectuales y las mejores notas. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre el 30 y 40 por ciento de los niños con altas habilidades no logra el rendimiento académico esperado y más de las mitad de los niños superdotados no logra llegar a la universidad debido a que no encuentra un sistema que responda a sus necesidades.

Factores como la desmotivación, el aburrimiento y en algunos casos el aislamiento, sumados a que los docentes no identifican la condición de los niños a tiempo, suelen ser las frustraciones más comunes en estos alumnos. De hecho, se estima que un 2 por ciento de la población es superdotada, pero hay más de un 98 por ciento de casos sin diagnosticar.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Estados Unidos, Europa y algunos países de Asia hay escuelas de educación tradicional que proporcionan clases especiales para los estudiantes superdotados. 

En Colombia el Instituto Alberto Merani, que nació como una entidad de educación especial orientada al trabajo con niños y niñas con altos coeficientes intelectuales, después de varios años de práctica e investigación continua decidió abandonar ese enfoque. La entidad sostiene que el talento se desarrolla y por ello no hay que buscar a los niños con talento, sino el talento que tienen todos los niños y niñas para desarrollarlo.

"Cuando se habla de este tema estamos en el terreno de los mitos. En la cultura y en los medios está arraigada la idea de que hay niños genios o superdotados" –explica Gerardo Andrade, Coordinador de Comunicaciones del Instituto Alberto Merani– " y como dijo Einstein, es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio".