miércoles, 4 de marzo de 2015

Cinco maneras novedosas de divertir a los niños en casa

Elementos cotidianos como la sal y los fríjoles pueden entretener durante horas a los menores. Una mamá usó este tipo de materiales para idear actividades fáciles de preparar que estimulan el juego imaginativo de los más jóvenes.


En febrero de 2013, Asia Citro se lanzó al ruedo y creó un blog para compartir las coloridas actividades que realizaba con su hija de tres años y su bebé de uno. Entonces nació Fun At Home With Kids , que en español significa Diversión en casa con los niños, para explicar cómo se prepara cada juego y registrar la reacción de sus hijos. Lo mejor de esta iniciativa es que la mayoría de materiales están disponibles en la cocina y son baratos. 

“Mi propósito es hacer que el juego en casa sea simple, fácil y asequible porque así puede ser”, escribió Citro. Y agregó que con estas actividades busca motivar el juego imaginativo y creativo en sus pequeños. “Hacemos de todo un poco aquí: ciencia, arte y juego sensorial”, añadió. 

El secreto de Citro es que sus actividades estimulan todos los sentidos, pues combina texturas, sabores, olores y sobre todo colores. Semana Educación escogió cinco de sus novedosos juegos para divertir a los niños en casa. 

1.    Fríjoles de colores:
Materiales 
Varias bolsas de fríjoles, preferiblemente blancos o claros. También se necesitan son colorantes para comida del tono que escoja. 

Preparación 
En un recipiente o bolsa de plástico mezclar una tasa de fríjoles con 15 gotas de colorante. Agitar entre 10 y 20 segundos o hasta que los granos estén completamente pintados. Inmediatamente después secarlos con una toalla de papel y esparcirlos para que no se peguen entre sí. Dejar secar durante varias horas.

Resultado  
Los niños pueden tocar los fríjoles con sus manos y pies para trabajar la motricidad fina y estimular el sentido del tacto. Además, pueden jugar separándolos por colores y ‘preparando’ las comidas que se imaginen. 


Foto: Fun at Home with Kids

2.    Robots de reciclaje metálicos:
Materiales
Latas de metal, imanes redondos, cajas de cartón, piezas como tornillos y tuercas que no estén oxidadas, cartulina, papeles de colores, limpiadores de pipas y cualquier elemento que se le quiera poner al robot.

Preparación
Las latas de metal van a ser los troncos de los robots. Se recomienda abrirle algunos orificios a la parte inferior para introducir los limpiadores de pipas y que parezcan el pelo del robot. Los tornillos y las tuercas se adhieren a la lata principal usando los imanes redondos. Para el resto de los materiales se puede usar cinta adhesiva.

Resultado  
Le permite a los niños usar su imaginación, armar los robots como mejor les parezca y usar los materiales que deseen. Es importante que un adulto supervise la actividad porque se usan piezas pequeñas que los menores pueden llevar a su boca. Una vez se acaba la sesión de juego, los elemento se guardan dentro de las latas. También se pueden armar robots reciclados en tamaño real. 

Foto: Fun at Home with Kids

3.    Arena en casa:
Materiales
Un poco de arena, harina y aceite para bebé.

Preparación
Revolver una tasa de arena y una tasa de harina. Después añadir cuatro cucharadas de aceite para bebé y mezclar homogéneamente. Citro explica que el resultado es un material seco y grumoso que puede amoldarse cuando se ejerce presión con las manos.

Resultado  
Una playa en casa. Para minimizar el desorden se debe poner la arena en un recipiente amplio para que el niño juegue y construya castillos o torres. También se pueden usar conchas, piedras y otros juguetes para decorar. 

Foto: Fun at Home with Kids

4.    Coloridas esculturas de sal:
Materiales
Sal de mesa, agua, un molde que puede ser un vaso o un balde de arena, colorantes para comidas y gotero. 

Preparación 
Verter en un recipiente tres tasas de sal y tres cucharadas de agua. Mezclar hasta que la sal esté húmeda y grumosa. Si quedan partes de sal secas se puede agregar ¼ de una cucharada de agua. Poner la sal en el molde y presionar hasta compactar. Dejar reposar por lo menos 12 horas. Citro recomienda que sean 24 horas o más. Después de este tiempo se debe desmoldar y dejar reposar por otras 12 horas. 

Resultado  
Cuando la escultura esté completamente sólida y seca queda lista para pintar. Los colorantes para comidas se diluyen en agua y se usan como pinturas. También se recomienda usar pinceles y otras herramientas. 

Foto: Fun at Home with Kids

5.    Torre de hielo arcoíris para excavar:
Materiales
Agua fría (refrigerada), un recipiente alto, juguetes, collares de pepas, plumas, bolas pequeñas y un poco de sal para el momento de la actividad. Todo de los seis colores del arcoíris, o de los tonos que prefieran los niños.

Preparación
Separar los elementos por colores. Llenar de agua 1/6 del recipiente y meter allí los materiales de un solo tono. Congelarlo por varias horas. La idea es tener una capa por cada uno de los colores. Cuando la primera esté lista, se agrega 1/6 de agua refrigerada y se incorporan los elementos del otro tono y vuelve a congelarse. Así hasta que se completen las seis capas. Después se debe sacar la torre del recipiente. 

Resultado  
Los niños tienen que rescatar los elementos congelados y para su misión están dotados de un poco de sal, un gotero y botellas flexibles llenas de agua que pueden presionar. Ahí estarán durante varias horas esperando y trabajando en descongelar la torre y notando de qué manera funciona cada una de estas tres herramientas para recuperar las piezas congeladas. 

martes, 3 de marzo de 2015

Cuál es su estilo de autoridad con sus hijos?

El pedagogo Julián De Zubiría Samper reflexiona sobre los cambios que han tenido las familias en las últimas décadas y sobre el impacto que esto ha traído en el desarrollo de niños y jóvenes.

(Michael Levine)

El sociólogo y filósofo polaco Zigmunt Bauman dice que vivimos una época en la que las relaciones, la educación y el amor adquieren un carácter líquido. Como se sabe, los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan sus formas durante mucho tiempo. 

Si hubiera una institución social en la que se aplica de manera ejemplar el concepto de Bauman de la modernidad líquida sería la familia. Difícilmente hay una institución que haya cambiado tanto en las últimas décadas o que haya alcanzado tanta flexibilidad y diversidad. La familia nuclear, constituida por el padre, la madre y los hijos, y que articulaba en torno suyo a una extensa gama de primos, tíos y abuelos, hoy es solo un modelo entre las múltiples posibilidades de organización familiar humana. Y es claramente minoritaria. Hoy después de que se casan dos hijos únicos, ninguno tiene hermanos o sobrinos y sus hijos no tendrán primos, tíos o cuñados. Esta es una de las revoluciones culturales más silenciosas y profundas de la historia. En China, por ejemplo, todos estos términos han desaparecido.

La vinculación de la mujer al trabajo, la revolución sexual de los sesentas y la liberación femenina que le siguió, la  invasión de televisores, computadores y celulares en los hogares y la hiperflexibilización e incertidumbre de la sociedad actual son, entre otros, factores esenciales que le asestaron un duro golpe a la familia patriarcal vigente en los últimos milenios.

La familia se diversificó. Aparecen así nuevas y múltiples formas de unión: matrimonios de “prueba”, los “arrejuntados”, separaciones, familias monoparentales o con uno de los padress conviviendo en una nueva relación de pareja.

Todo ello condujo a una profunda y generalizada transformación de los estilos de autoridad en el hogar. Hablaré de esos viejos y nuevos modelos. 

Las familias autoritarias

Los padres autoritarios se comunican muy poco con sus hijos: no los oyen, poco los tienen en cuenta y en todo momento les exigen obediencia y sumisión. Incluso llegan a creer que el castigo los hace más fuertes para enfrentar la vida. Es el padre quien habla, piensa y decide. Por ello, con frecuencia asumen posturas arbitrarias con tal de mostrar que ellos son los que “mandan en la casa”. En términos del cantautor panameño, Rubén Blades, son familias con excesivo control, pero con muy poco amor.

Los padres autoritarios tienden a formar hijos tristes con personalidades y autoconceptos débiles e inseguros en sus relaciones con los adultos, dado que, como mecanismo de transferencia, proyectan la imagen de su padre y presuponen que este los mira, controla, supervisa y castiga a toda hora y por cualquier motivo. 

En los colegios estos niños suelen ser aislados, temerosos y asolapados. Paradójicamente, en ciertos casos, el maltrato puede generar el efecto exactamente contrario. El maltratado se convierte en maltratante. El niño pasa de agredido a agresor.

Las familias permisivas

Este es el tipo de familia que más se ha extendido entre los estratos medios y altos de la sociedad. En ellas, el hijo adquiere plena potestad para hablar, opinar, juzgar, actuar y decidir, en todo momento, lugar y circunstancia. Se diluyen así los límites y la autoridad en el hogar. Lo paradójico es que siguen siendo familias autoritarias, pero ahora quien impone la autoridad es el niño y el joven, quienes se tornan en “pequeños tiranos” que de niños muerden y hacen pataletas y de jóvenes maltratan, insultan e imponen su voluntad ante la mirada complaciente de sus progenitores. 

No hay límites ni responsabilidades para la convivencia. El niño llora y hace escándalos cuando no se acata su voluntad. Saben perfectamente lo difícil que es para el adulto soportar la mirada castigadora del público que percibe la escena y por ello prefieren realizarla ante la presencia de la mayor parte de personas posibles. Son padres que se sienten amigos de sus hijos, por lo que estos ganan un amigo pero pierden un padre. Se invierten los roles y ahora el autoritario es el niño. Hacen falta límites. 

Los padres permisivos forman individuos con bajo nivel de responsabilidad y necesidad de logro. En la escuela se convierten en estudiantes con bajo desempeño, que no acatan normas y casi no ven las necesidades de sus  compañeros. Son poco queridos por ellos ya que imponen su voluntad, son caprichosos y autoreferenciales. Suelen exigir tratos diferenciados. Son niños con muy poca autoexigencia, disciplina y persistencia. El Icfes calcula que los hijos de padres permisivos obtienen en promedio 20 puntos por debajo de los resultados de los hijos de los padres democráticos en las pruebas Saber 11. 

Las familias abandónicas

En este estilo la presencia de los padres en el hogar es muy baja y la comunicación muy tenue: son padres cuyas vidas giran en torno a sus obligaciones laborales. En consecuencia, no conocen a sus hijos y no saben de sus intereses, talentos o angustias. Debido a ello, no los pueden orientar.  Son familias que carecen tanto de amor como de límites. Muchas veces los afectos y la comunicación son remplazados por objetos.

Con frecuencia, estas familias conforman estructuras en las que la autoridad está diseminada en diversos miembros del hogar, por lo que las normas y los límites varían significativamente dependiendo de quién esté ejerciendo la autoridad en ese momento.  Se convierten en familias ambivalentes, cuya autoridad no es clara, carece de firmeza y tiende a oscilar entre posturas autoritarias y permisivas. 

Las familias democráticas

Las familias democráticas se caracterizan por tres cosas: la comunicación y participación continua de todos los miembros, los límites claros para los hijos y que quienes toman las decisiones fundamentales siempre son los padres.

Son familias que amplían la frecuencia y la calidad de la comunicación con los hijos. La calidad proviene de la trascendencia de los temas que se abordan. La frecuencia, de contar con los espacios, tiempos y ambientes necesarios para hablar. Se dicen y expresan las ideas y los sentimientos. Se recurre al diálogo y no a la imposición o la norma por sí misma. 

Hay mucha participación: los hijos se sienten escuchados, consultados y valorados, pero también saben que la autoridad del hogar y  las decisiones, no las tienen ellos, aunque siempre serán consultados. Son familias que con frecuencia se congregan a conversar, cantar, bailar, viajar o jugar. 

La tercera característica es que los adultos tinab las decisiones fundamentales. El padre escucha al niño, pero nunca abandona su rol y no son “amigos” de los hijos, pero respetan sus puntos de vista. Hay ocasiones en las que los padres expresan sus opiniones con firmeza, pero siempre de manera argumentada y respetuosa. 

En las familias autoritarias, el padre violenta al hijo mientras que en las permisivas, los padres son violentados por los hijos. Por oposición, en las democráticas, padres e hijos diferencian sus roles y se respetan mutuamente. 

En síntesis, si queremos construir familias más democráticas, debemos elevar el nivel de comunicación en el hogar, crear condiciones para ampliar la participación, aceptar y respetar la diferencias y mantener las decisiones en cabeza de las figuras paterna y materna.

¿Cuál es el estilo de autoridad que lo caracteriza como padre? Para responderlo, es más importante la opinión de su hijo y su compañero(a), pero para empezar la reflexión lo invito a que aplique esta prueba de la manera más sincera posible. Al fin y al cabo al primero que le importa su estilo de autoridad es a usted, y después, obviamente, a sus hijos.

lunes, 2 de marzo de 2015

El aprendizaje auténtico se basa en la creatividad. ¿Podemos enseñar a nuestros hijos a ser creativos?

Los niños y niñas, desde que nacen, tienen que aprenderlo casi todo. Si no lo hicieran, serían personas vulnerables y dependientes, a merced de los peligros del entorno. Imaginaos que vuestros hijos no quisieran leer ni estudiar, que huyeran de cualquier hábito o rutina, o que se lanzaran a navegar por Internet sin ningún tipo de orientación. Sin gusto por aprender ni capacidad para crear, ¿podrían estar a la altura para enfrentarse a los cambios vertiginosos, progresar o llegar a ser innovadores?

Aprender consiste en conocer y en integrar y relacionar esos conocimientos con otros anteriores que guardamos en nuestra memoria, con nuestras actitudes, objetivos e intereses. Y toda esta “mezcla” tenemos que aplicarla a nuestra vida diaria. Cuando los niños y los adultos aprendemos, desarrollamos nuestras capacidades y nuestras competencias. Crecemos por dentro y en nuestra relación con los demás.
Podemos aprender por nosotros mismos. Aunque lo mejor es enseñar, orientar en los aprendizajes. No se trata sólo de instruir a nuestros hijos, tenemos que conseguir que sean autónomos a la hora de aprender. Que aprendan por sí mismos y en función de sus intereses y habilidades.
En la base del aprendizaje en los niños encontramos la imitación, la exploración, la búsqueda, el ensayo y el error, la curiosidad. El aprendizaje se define, así, como una capacidad y como una actitud. Pero no hay aprendizaje auténtico sin creatividad: debemos animarles a pensar de otro modo, a crear nuevos proyectos y realidades con la libertad de probar y ensayar.
¿Podemos enseñar a nuestros hijos a que sean creativos? Sí, con la práctica y el aprendizaje podemos conseguir que se distancien de la rutina y de lo habitual. La creatividad está en la base de la iniciativa personal, de la capacidad de emprender y también, en parte, de la capacidad de liderar.
Si quieres que tu hijo sea capaz de aprender en cualquier momento y circunstancia, échale un vistazo a los retos y soluciones que te planteamos. Consigue los recursos para que el aprendizaje y la creatividad le ayuden a emprender y a cambiar, a estar a la altura de nuestro tiempo.

domingo, 1 de marzo de 2015

Los alumnos no quieren investigar


A pesar de tener las herramientas, no saben dónde buscar información de calidad ni cómo planear su trabajo a partir de esta. Los maestros tienen el reto de motivarlos y guiarlos.


En la actualidad los maestros han manifestado su preocupación por la falta de investigación y criterio de los jóvenes debido al creciente uso de las redes sociales y en general de la información que encuentra en internet. Según el estudio hecho por la consultora internacional Asociación para la Investigación del Consumidor –GFK, por sus siglas en alemán- los adolescentes usan internet como principal medio de consulta en sus investigaciones. En Latinoamérica, las páginas más visitadas por los jóvenes son El Rincón del Vago, Wikipedia, Yahoo Answers y Taringa. De ahí que la consultora concluya que los estudiantes no están profundizando ni aplicando ningún tipo de método académicamente adecuado para sus investigaciones. 

Una de las posibles soluciones a esta coyuntura es aplicar el método científico en las aulas. Incorporar esta metodología ha sido motivo de la investigación del especialista Marshall Walker, quien afirma que al final lo que le interesa a la ciencia es buscar mecanismos para pronosticar acontecimientos y de esa forma interpretar la realidad. Este tipo de procedimientos permitiría que los jóvenes que usan internet encuentren datos suficientes para hacer una predicción o lo que comúnmente se llama hipótesis.

A partir de esta premisa, La Red Iberoamericana de Comunicación y Divulgación Científica publicó un artículo sobre la necesidad de concientizar a los docentes para que busquen estrategias que motiven a estudiantes para que usen el modelo en sus búsquedas por internet u otros medios. Los maestros deben tener en cuenta el perfil y nivel de desarrollo de cada alumno.

La Universidad Católica de Valparaíso realizó un estudio para ver qué tipo de estrategias podrían ser usadas en el aula. El proceso se llevó a cabo durante 56 días con seis maestros de diferentes áreas y pretendía identificar qué patrones aplicaban para incentivar a sus alumnos a usar la técnica positiva.
Las actividades que se realizaron en grupos les planteaban experimentos y problemas cotidianos a los estudiantes. El objetivo era focalizar la atención en el estudiante permitiéndole indagar por procesos que suceden a sus alrededor, e investigar por medio de trabajos de campo, lecturas e interacción con otros grupos de trabajo. Sin embargo, y como lo aseguró la Red Iberoamericana, la responsabilidad inicial partía del docente.

Los resultados de este estudio arrojaron un incremento en la participación en clase de los alumnos de secundaria, además de un mayor sentido de compromiso. Esto ratifica la necesidad de plantear el método científico como una herramienta que ayude a tener una investigación justificada por datos, que plantee hipótesis y que les permita a los jóvenes planear y organizar su trabajo.  

El problema no radica en el medio de investigación que están usando los alumnos en la actualidad, sino que tiene que ver con que no tienen la estructura adecuada para sustentar la información que encuentran. Además, la mayoría de los estudiantes no pueden plantear una posición argumentativa.