General Jorge Nieto, director de la Policía, apoya decisión de prohibir parrillero hombre en moto.
El general Nieto advierte que el microtráfico en todas las ciudades ha repercutido en el aumento de otros delitos.
El año pasado, casi 18.000 menores de edad fueron detenidos por la policía cuando cometían delitos. La mayor parte de ellos volvieron a las calles a las pocas horas, y los casos de reincidencia son numerosos. Por realidades como esa, que impactan la seguridad de los ciudadanos de a pie en todo el país, el general Jorge Hernando Nieto, director de la Policía, asegura que es necesario revisar las normas para impedir la instrumentalización criminal de los jóvenes.
¿Por qué está disparado el hurto en el país?
La Policía Nacional jamás minimizará los problemas. Tenemos un incremento en el hurto a personas, que es uno de los delitos que más mortifican al ciudadano. A eso se suma la violencia con que actúan los delincuentes, que cobra hasta la vida de personas inocentes, como el joven asesinado en el sector de Kennedy por una bicicleta. Pero, pese a este grave problema, también es cierto que 2017 fue el año más tranquilo de Colombia en las últimas cuatro décadas: se redujo el homicidio en un dos por ciento, al pasar de 12.164 a 11.901 casos. Incluso, en 297 municipios no hubo una sola muerte violenta. El secuestro y las lesiones personales bajaron un 6 por ciento; el hurto a residencias y comercio, un 3 por ciento; el hurto de vehículos, un 21 % y el hurto a entidades financieras, un 17 por ciento. Indiscutiblemente, el delito prospera por diversas causas. Un fenómeno que hemos priorizado es el microtráfico, porque no solo envenena a nuestros jóvenes, sino que es generador de muchos tipos de violencia, como sicariato, extorsión y lesiones personales.
Indiscutiblemente, el delito prospera por diversas causas. Un fenómeno que hemos priorizado es el microtráfico, porque no solo envenena a nuestros jóvenes
¿Qué se está haciendo para frenar la escalada de robos?
Prevención, investigación y la inteligencia. El objetivo es desarticular estas redes criminales, ubicando, identificando y capturando a ese delincuente operador que está en la calle, al receptador y al cerebro de la organización. El Plan Metrópoli es un esfuerzo a nivel nacional contra el hurto en las modalidades que afectan directamente al ciudadano. Llevamos una línea investigativa muy de la mano con la Fiscalía y con las alcaldías de cada ciudad para identificar e impactar los lugares en donde están los focos de criminalidad que afectan a la ciudadanía.
¿Y los resultados?
Con la Fiscalía trabajamos en dos direcciones: por un lado venimos desarticulando de manera focalizada y estructural estas bandas criminales, lo que nos ha permitido en enero reducir un 11 por ciento este delito; y, de otro lado, venimos fortaleciendo campañas preventivas. En Bogotá, por ejemplo, tenemos a 100 de los mejores investigadores de la institución trabajando concentrados en identificar y atacar las estructuras delictivas en la ciudad.
¿La prohibición del parrillero en moto sirve?
Lo más importante es no descartar ninguna estrategia que nos permita hacerle frente al delito. Esta medida ha funcionado en varias ciudades, y por eso nos parece importante efectuar un plan piloto sectorizado en Bogotá, al término del cual se evaluará y se determinará si la medida es efectiva o no.
Esta medida ha funcionado en varias ciudades, y por eso nos parece importante efectuar un plan piloto sectorizado en Bogotá
¿Qué frentes deben revisarse en la lucha contra la criminalidad?
Sin lugar a dudas, la instrumentalización de menores de edad y la reincidencia.
¿A qué se refiere con instrumentalización de menores?
La utilización de menores de edad en redes criminales para que cometan delitos, como robo, comercialización de estupefacientes e, incluso, homicidios, con el beneficio de que pueden recuperar la libertad de forma rápida o no ir a la cárcel en su calidad de menores.
¿Y, en este caso, qué se puede hacer?
En el marco de la política criminal, este es uno de los elementos que estamos analizando permanentemente. Hay que revisar qué está pasando. El año pasado tuvimos 17.579 casos en los que hubo participación de menores en calidad de infractores de la ley penal. Pronto tiene que haber un ajuste de la normatividad en ese sentido en Colombia.
¿Y con los reincidentes?
La reincidencia es una situación que nos preocupa. Una de las soluciones claves está contemplada en el proyecto de Ley 014 que lidera el Ministerio de Justicia en el Congreso, que les quita a los reincidentes beneficios jurídicos y además se fortalece el sistema carcelario. Hoy existe un desgaste para la autoridad y para el policía que realiza la captura. Las normas que están en curso buscan celeridad y efectividad en la aplicación de justicia para frenar el accionar de los llamados reincidentes y asegurar que vayan a la cárcel.
¿Por qué, pese a todos los anuncios, no para el robo de celulares?
Es innegable que el hurto de celulares es un fenómeno que necesita ser enfrentado con mayor contundencia porque se convirtió en un delito transnacional. Para ser más efectivos tenemos que eliminar el duplicado del Imei y continuar con procesos de extinción de dominio sobre los locales que compran y venden celulares robados. En ese sentido venimos trabajando con los tres operadores y el Ministerio de las TIC. Lo fundamental es que entendamos que la seguridad y la convivencia son responsabilidad de todos y que nos unamos como sociedad para derrotar a los delincuentes, porque la indiferencia es la máxima aliada del delito. También hay que invertir más en tecnología, tal como lo vienen haciendo la mayoría de ciudades con la implementación de cámaras. Es necesario avanzar en la creación o fortalecimiento de centros de comando, control, comunicaciones y cómputo, como el que inauguramos en Bogotá en noviembre pasado.
Lo fundamental es que entendamos que la seguridad y la convivencia son responsabilidad de todos y que nos unamos como sociedad para derrotar a los delincuentes
¿Con más policías se arregla la situación? ¿Cuál es la realidad del pie de fuerza?
Es fundamental fortalecer las operaciones de inteligencia y de investigación criminal, tal como lo venimos haciendo. Pero es claro que se necesitan más policías. Por eso, dentro del proceso de modernización y transformación institucional está contemplado incrementar en 50.000 el número de policías en los próximos 10 años, incluidas 10.000 mujeres. También es necesario invertir más en tecnología y en labores de prevención, así como en trabajo con las comunidades.