La icónica cartilla Nacho ha sido desde hace más de 40 años el instrumento predilecto de las instituciones educativas para enseñar la lectura y escritura. ¿Pero será que sigue funcionando de la misma manera? Responden los expertos.
En la historia de la educación colombiana, las cartillas han marcado un punto significativo en el proceso de aprendizaje de la primera infancia. Incluso antes de Nacho, la cartilla que desde 1972 se usa para enseñar lectura y escritura, existieron distintos libros como la Cartilla Charry, Alegría de Leer y Coquito. Al observarlos se nota una pequeña transformación en el método de aprendizaje y que los contenidos se fueron haciendo menos complejos y más didácticos para la comprensión de los pequeños.
Ante esto, un interrogante que surge es si los niños de hoy aprenden distinto. Para la pedagoga Diana Carreño, no existen cambios generacionales significativos en el proceso de aprendizaje que se da en las aulas de clases. Según ella, estas siguen siendo unidireccionales, y solo se espera del niño que escriba y acepte la información, no se piensa en lo que a él le gusta.
Lo único que cambia constantemente son las herramientas usadas para acompañar ese aprendizaje, y a las cuales los maestros e instituciones se adaptan. Las nuevas tecnologías juegan un papel importante en este aspecto y son necesarias en el acompañamiento del pequeño, pues las generaciones actuales avanzan a la par de ellas. Pero la pedagoga reitera que “es más importante la relación adulto-niño, porque les permite aprender de la experiencia y el conocimiento de otros”. Además señala que los libros son el instrumento esencial para lograr que el estudiante se anime a aprender de manera autónoma.
Para otros, sin embargo, las tecnologías han hecho que herramientas como la cartilla Nacho se consideren obsoletas. Así piensa Omaira Tapiero, lingüista y docente de la Universidad Distrital, para quien el habla, la lectura y la escritura son procesos que cuentan con la misma complejidad y predisposición para ser generadas por los seres humanos, ya que son innatas y de origen cognitivo.
Según la lingüista se debe mantener vivo el proceso de enseñanza en los niños. Para ella aprender es preguntar y esto se logra al generar la curiosidad y duda estimulando así la necesidad de la investigación.
El método Montessori es uno de los proyectos más conocidos que se ha implementado en las escuelas y ejemplifica los intentos de cambios en los procesos educativos. Se basa en la observación clínica del maestro y de considerar al alumno como un ser competente. A pesar de que aún se ve a la escuela como tradicional, existen iniciativas de profesores como Alexander Rubio que por medio del yoga transmite conocimiento a sus estudiantes y aporta en su crecimiento. Ideas como estas son las que van a la vanguardia de los cambios que llegan con cada generación.