miércoles, 8 de febrero de 2023

Así eran los crueles zoológicos humanos que funcionaron hasta 1958


Los humanos como entretenimiento y objetos exóticos. Una actividad cruel, pero popular.

Los humanos eran tratados como objetos exóticos y enrejados para ser exhibidos.

Desde que los humanos habitaron el planeta hace 300.000 años, según datos de la ‘BBC’, han provocado problemáticas, conflictos sociales, políticos y económicos; han destruido a la naturaleza y perjudicado al medio ambiente. De igual manera, se han enfrentado entre ellos mismos y se han autodestruido.

La humanidad se ha encargado de crear barreras de clases sociales, las cuales generaron discriminación, racismo y rechazo hacia ellos mismos. Claro ejemplo de eso fue la esclavitud, la cual se dio en la edad antigua, y las dos guerras mundiales en 1914 y de 1939 a 1945.

A ello, sumémosle el rechazo a quienes, según la misma sociedad, eran diferentes, ya fuera por el color de ojos, piel o creencias políticas y religiosas.

Como si lo mencionado anteriormente no hubiese sido suficiente para detener tanta barbarie, se conoció de un zoológico humano, en donde encerraban a los que consideraban diferentes, extraños o monstruosos, según el medio citado.

En México, Moctezuma, el noveno tlatoani de Tenochtitlan y gobernante de la Triple Alianza azteca, creó una especie de colección en la que aparte de animales importados de diversas especies, también exhibía personas poco comunes para él, como albinos, jorobados y enanos.

Moctezuma creyó que valía la pena que estos seres extraordinarios fueran catalogados y coleccionados para mostrarlos en sus reuniones con el fin de que sirvieran para el entretenimiento y diversión de sus asistentes.

Este grupo de personas, extrañas y reconocidas para Moctezuma no fue lo único que usó como parte del show en sus encuentros. Al parecer, creyó tener la autoridad de apoderarse de los humanos de otras tierras porque su apariencia y costumbres eran diferentes.

El zoológico de la deshumanización

Tiempo después, las sociedades occidentales se interesaron por exhibir especímenes humanos considerados exóticos, los cuales eran enviados a París, New York, Londres o Berlín, como parte del placer de la multitud que los veía, explicó Michel Graulich en su libro ‘Moctezuma: Apogeo y caída del imperio azteca’.

A partir de entonces, se dieron los zoológicos humanos, cuyos espectáculos fueron creados como parte de las grandes ferias comerciales internacionales.


Se observaban aldeas completas con habitantes que eran traídos de lugares lejanos, para representar danzas de guerra o rituales religiosos ante sus amos coloniales, explicó la ‘BBC’.

Una de las personas que allí estuvo exhibida fue la sudafricana Saartjie Baartman, conocida como la ‘Venus Hotentote’. Se estima que nació en 1780 y luego fue llevada a Londres, para ser ostentada en ferias de Europa como un objeto exquisito.

El gran atractivo y la cualidad que llevó a que fuera raptada como objeto exótico fueron sus exuberantes glúteos. Para dicha época, los hombres se sentían atraídos por los enormes traseros y los de Baartman superan cualquier expectativa, cuentan cronistas españoles como Antonio Solís y Rivadeneyra en sus diferentes relatos.

El fin a una desadaptada forma de entretenimiento

El racismo fue el protagonista de esas incomprensibles exposiciones que se hacían con humanos con color de piel distinta a la de los europeos, según manifestaban los exhibicionistas en aquellas épocas, “algunos africanos estaban más cercas de parecer simios que miembros europeos” y por ello se les trataba como un modo de diversión, según el medio citado.

Por todo Europa se exhibieron personas semi y completamente desnudas a manera de entretenimiento, siendo humilladas por los espectadores que pagan millonadas por distraerse mientras trataban a las personas como animales.


No obstante, tras décadas de sufrimiento, este hobbie y juego sucio terminó dejando de ser visto como el mejor evento de entretenimiento y, de a poco, dejaron de asistir personas a estas exhibiciones.

Las exhibiciones etnográficas se extinguieron exactamente después de la Segunda Guerra Mundial en 1945. De hecho, Adolfo Hitler fue la primera persona en prohibir este tipo de “actividades artísticas”, como llegaron a llamarlas.

Para 1958 stos actos tan crueles quedaron marcados en la historia como hechos violentos hacia personas indefensas y vulnerables. Pero lo más indignante para muchos, es que las exhibiciones no dejaron de existir por alguna protesta en contra de ello o alguna rebelión, sino porque se dio el inicio de otras maneras de entretenimiento.