Aquellas razas que son pequeñas deben acudir a un examen médico completo con evaluación cardíaca desde los siete años de edad
Las cardiopatías son de las enfermedades más silenciosas que puede acabar con la vida de los perros. Ningún ejemplar está exento de estas condiciones, aunque se ha demostrado científicamente que la raza, la edad y el tamaño del animal influyen en este tipo de patologías.
Aunque los corazones de los caninos tienen ciertas similitudes con el de los humanos (en términos de estructura y su funcionalidad) en cuanto al ritmo difiere, ya que se encuentra entre 70 y 120 latidos por minuto, una frecuencia mayor a la que tienen las personas.
Según cifras de Boehringer Ingelheim Salud Animal, entre 10% y 20% de los perros pueden sufrir insuficiencia cardiaca congestiva, conocida como falla cardiaca, una enfermedad con un sigilo mortal. Esta patología ataca, por lo general, a pacientes mayores de siete años y puede ser letal si se detecta tarde.
¿Qué signos de alarma debe tener en cuenta sobre estas cardiologías?
Aquellas razas que son pequeñas deben acudir a un examen médico completo con evaluación cardíaca desde los siete años de edad y hacer visitas regulares al veterinario.
Las razas que son de tamaño grande deben realizarse a partir de la misma edad una revisión cardiovascular y una radiografía de tórax para saber el tamaño cardíaco, de ser posible.
Un posible síntoma de insuficiencia cardiaca congestiva son los ataques de tos nocturna sin razón alguna.
Desde Boehringer Ingelheim Salud Animal aseguraron que también es importante revisar que no presente inflamación constante de los miembros, disminución de orina, fatiga, decaimiento extremo o recolección de líquidos en el abdomen.
Otros posibles síntomas a considerar son el mareo constante, la pérdida de la consciencia o desmayo de los caninos. Muchas veces cuando el animal tiene intolerancia extrema al ejercicio puede ser una alarma de ICC.
¿Qué papel juega el tamaño de las razas?
Según explicó el American College of Veterinary Internal Medicine (Acvim), la enfermedad valvular mixomatosa se presenta, principalmente, en las razas pequeñas como el Poodle, Pincher, Pomerania, Chihuhua y el Cavalier King Charles Spaniel.
En contraste, los perros de razas grandes tienen un componente genético heredado llamado cardiomiopatía dilatada, que genera un agrandamiento del corazón, impidiendo de manera normal el bombeo de sangre por el cuerpo del canino. De estos linajes los más proponeos son el Bóxer, Dogo Alemán, Dálmata, Lebrel Afgano, Cocker Spaniel y Doberman.
Usualmente estas son enfermedades crónicas y tienen un avance lento, por lo que son sigilosas y atacan al animal cuando supera los siete años de edad.