Los emprendimientos sociales de jóvenes están en educación, sostenibilidad y ayudas a vulnerables.
Solo el 25 % de los encuestados en sondeo saben qué es el emprendimiento social.
Con las altas tasas de desempleo juvenil, montar un negocio propio y adentrarse en el camino del emprendimiento se ha convertido para muchos jóvenes colombianos en la única oportunidad de desarrollarse profesionalmente en estos tiempos de crisis. Además, cada vez hay más personas enfocadas en modelos de negocio que buscan dar soluciones a las problemáticas sociales y ambientales del país.
Sin embargo, el camino para llegar al éxito todavía es complicado, pues no existe un marco regulatorio que facilite su desarrollo.
En la actualidad, según una encuesta de la Universidad del Rosario, solo el 25 por ciento de los jóvenes colombianos sabe qué es el emprendimiento social, frente a un 75 por ciento que no lo conoce. Lo positivo, según este sondeo, que contó con el apoyo de la Fundación Recon, Cifras y Conceptos y EL TIEMPO, y que será presentado mañana, es que el 83 por ciento de las personas encuestadas considera que emprender socialmente puede ayudar a mitigar los desafíos mundiales.
Entre lo que más preocupa a nivel general después del golpe que dejó la pandemia del covid-19 es la economía (18 por ciento), seguido de la pobreza y la desigualdad (14 por ciento) y el desempleo (13 por ciento).
En cambio, las mayores problemáticas para las personas que ya tienen emprendimientos sociales son el medioambiente (30 por ciento), el cambio climático (27 por ciento) y la pobreza y desigualdad (21 por ciento).
“Tenemos un trabajo todavía muy grande para cerrar las brechas existentes y aportar al bienestar. El emprendimiento social responde a los desafíos de nuestro país y busca siempre promover la sostenibilidad social, económica y ambiental. Tenemos mucho que aprender para ayudar a sus regiones”, explica Claudia Dulce Romero, directora de Proyección Social de la Universidad del Rosario.
La mayoría de las personas con emprendimientos sociales que fueron encuestadas dijeron que su modelo de negocio estaba enfocado en temas de educación, sostenibilidad ambiental y de ayudas a la población vulnerable.
A pesar de que los jóvenes se aventuran cada vez más a emprender, el 72 por ciento de ellos tiene la percepción actual de que es muy difícil.
Entre las principales barreras para crear empresa que ven estas personas de entre 18 y 32 años están la falta de recursos económicos propios (58 por ciento), la falta de fomento del Gobierno a los emprendimientos (35 por ciento) y la formalización del emprendimiento (18 por ciento).
Entre los que ya han emprendido socialmente, el 49 por ciento también considera que es una tarea muy difícil, es decir, menos que los que todavía no se han aventurado.
Estos tienen las mismas barreras, pero, por ejemplo, hay una mayor preocupación por la falta de ayudas del Gobierno, por la formalización del emprendimiento o la dificultad para acceder al sistema financiero.
Las principales motivaciones que llevan a estos jóvenes a decidir emprender son: tener independencia económica (53 por ciento), tener algo propio (46 por ciento) y buscar una solución a una problemática social existente (17 por ciento).
Para los que ya tienen un emprendimiento social, esta tiene un porcentaje de 35 por ciento. Además, según la encuesta de la Universidad del Rosario, lo que caracteriza a las personas emprendedoras es que sean innovadoras (34 por ciento), comprometidas (32 por ciento), líderes (28 por ciento), persistentes (20 por ciento), visionarias (20 por ciento) y valientes (16 por ciento), entre otros.Avanza en el Congreso
En medio de este complejo panorama, en segundo debate en el Senado ya fue aprobado por unanimidad un proyecto de ley que promueve una política pública para el emprendimiento social en el país.
Según Andrés Santamaría, director de la organización Recon, un marco normativo es indispensable en el actual contexto del país y crearía un ecosistema más fuerte.
“Faltan dos debates para convertirse en ley. Se estipularía cómo acceder a recursos, las obligatoriedad para alcaldes de generar insumos o herramientas para el emprendimiento social, entre otros”, manifestó.
Según las cifras de esta organización, se han identificado emprendimientos sociales en 28 de los 32 departamentos de Colombia, faltando únicamente representación en San Andrés, Guainía, Amazonas y Vichada.
Cada uno de ellos crea aproximadamente 7 empleos en promedio e impacta de manera positiva a una o más poblaciones vulnerables del país como niños, mujeres, población rural, adultos mayores o víctimas del conflicto, entre otros.
“Por su contexto histórico de violencia, Colombia ha sido un gran laboratorio de innovación social, pero nunca se había dado como modelo de negocio. En los últimos años ha habido un gran auge, pero aún no tiene el mismo apoyo que el emprendimiento convencional. Y, sin duda, se puede convertir en un sector económico importante para el país”, estableció el director de Recon.