Es universalmente conocida la rivalidad que existe entre perros y gatos, pero ¿sabías que algunas enfermedades suelen ser algo que pueden compartir entre ellos?
La primera pregunta que se hacen las personas que comparten su hogar con perros y gatos es si ambos se la van a llevar bien en casa; y la segunda pregunta tiene que ver con aquellas enfermedades que pueden compartir los unos con los otros. Para resolver el primer interrogante, se necesita un adecuado proceso de socialización, y para el segundo, te invitamos a continuar leyendo para resolver cualquier asomo de duda.
El árbol genealógico
Los perros y gatos comparten ancestros comunes. Ambos pertenecen al reino animal, al filo chordata (cordados: por poseer un ‘cordón’ nervioso), a la clase mammalia (mamíferos: por tener glándulas mamarias) y al orden carnivora (carnívoros: animales adaptados a la ingestión de carne). De ahí en adelante, la evolución permitió que en la actualidad podamos distinguir fácilmente un animal del otro, no solo por sus características físicas sino también por sus comportamientos. Todo lo anterior nos permite decir que los agentes causantes de enfermedades también se especializaron y producen estragos en alguna de las dos especies, lo que se conoce como ‘específico de especie’.
Enfermedades compartidas
Rabia
Sin lugar a dudas es la principal afección que puede transmitirse de un perro a un gato o viceversa. Se trata de una enfermedad aguda, infecciosa y viral que afecta a los mamíferos, tanto domésticos como silvestres y que ataca el sistema nervioso central, llevando irremediablemente al animal portador a la muerte (con algunas excepciones en animales silvestres).
El virus se encuentra presente en las secreciones y saliva de los animales portadores, y su mecanismo de contagio es a través de la mordedura de un animal infectado o por las heridas que se producen durante una pelea con un animal enfermo.
Es poco común que un gato contraiga la enfermedad, pero si tu minino sale constantemente y en el entorno hay algún animal enfermo, puede ser vulnerable y contagiarse. De ahí la importancia de tener los esquemas de vacunación, tanto de perros como de gatos al día, aunque la vacunación rábica felina solo se recomienda en gatos que se encuentren en zonas de riesgo o si hay posibilidades de contacto con poblaciones de especies silvestres.
Enfermedades de piel y por ectoparásitos
La piel de perros y gatos es similar, y las características de aseo varían de unos a otros, por lo que pueden contagiarse con diferentes agentes causantes de enfermedades de la piel como ácaros, hongos, etc.
Los más comunes son:
Sarna sarcóptica: también conocida como sarna común, es producida por el Sarcoptes scabiei, el cual ataca principalmente al perro.
Sarna otodéctica: también conocida como la sarna de las orejas, se produce por el Otodectes cynotis, que generalmente se encuentra en gatos.
Queiletielosis: conocida también como la caspa caminante, es una enfermedad que afecta principalmente a los perros que a veces afecta también a los gatos. Es producida por la Cheyletiella spp.
Sarna demodécica: si bien existen dos tipos de parásito Démodex canis para el perro y Démodex cati para el gato, a menudo se pueden encontrar infecciones de uno en otro.
Malassezia pachydermatis: es una levadura que se encuentra en la piel, en los conductos auditivos y en las superficies mucosas de perros sanos y enfermos, que puede transmitirse a los gatos que se encuentran inmunosuprimidos.
Pulgas: las pulgas que afectan a perros y a gatos pertenecen a especies diferentes. La Ctenocephalides felis es la pulga del gato y la Ctenocephalides canis es la del perro, pero su diferencia casi que es exclusivamente microscópica y puede afectar a ambas especies.
Parásitos internos
Es muy común que los perros ingieran las heces de los gatos y por esta vía puedan contagiarse. Las principales enfermedades y agentes son: ascáridos (gusanos redondos), ancilostomas, trichuris, tenias, dirofilariosis y estrongiloides.
Convivencia sana y armónica
Para garantizar una convivencia sana entre perros y gatos, la herramienta principal es la prevención; no necesitas extremar las medidas de higiene para evitar el contagio interespecies, es sólo cuestión de mantener los esquemas de vacunación al día, hacer un manejo adecuado de las heces y la arena de tu gato, y en caso de presentar alguna enfermedad, acudir al médico veterinario. Por último, pero no menos importante, nunca administrar los medicamentos de los perros a los gatos o viceversa.