El estrés es un factor que influye en la personalidad de los felinos. Foto: iStock
Es cierto que los gatos tienden a ser muy estrictos con sus rutinas; sin embargo, sus primeras semanas de vida son un momento determinante para que puedan adaptarse con facilidad a nuevas situaciones.
Los estímulos recibidos por los cachorros durante sus dos primeros meses sentarán la pauta o el patrón de comportamiento que tendrán a lo largo de toda su vida; así que son varias las consideraciones que deben tenerse en cuenta para procurarles una personalidad más flexible, a pesar de su carácter típicamente territorial y rutinario.
El origen de la personalidad gatuna
Todo comienza al lado de la madre, cuya cercanía debe permitirse al menos hasta la décima semana de vida. De acuerdo con Paola Cardona, médica veterinaria especialista en medicina interna felina y etología, “su mamá les transmite tranquilidad con respecto a las cosas nuevas que van conociendo desde el momento en que empiezan a jugar y a explorar su entorno. Ella les indica si se deben asustar o no con respecto a algo y les brinda calma, para que entre ellos aprendan a interactuar y a comportarse”. De igual manera, permanecer en compañía de sus hermanos le permite a cada gato reforzar su aprendizaje social.
Además de la importancia del tiempo inicial con la camada, también debe tenerse en cuenta el papel del entorno. Cardona menciona el enriquecimiento ambiental como otro punto relevante en la estimulación sensorial de los gatos, para promover una actitud más flexible ante posibles cambios. “Es importante fomentar la interacción con personas, sonidos o ventanas –que para ellos es como ver televisión–, pues entre más elementos conozcan durante los primeros meses, estarán mejor preparados para adaptarse en las siguientes etapas de vida”, explica la especialista.
Motivos de estrés
Uno de los sucesos que puede resultar más desafiante para el bienestar de un gato, y por consiguiente de sus propietarios, es un trasteo. Debido a la relevancia que esta especie le otorga a toda cuestión relacionada con su territorio, una mudanza siempre será percibida como un cambio abrupto. Cardona explica que el mayor riesgo es que los gatos se escapen durante el trasteo o en días posteriores, con la intención de regresar a su anterior territorio. Para que este tipo de novedades sean mejor asimiladas es clave acostumbrar al gato a tener paseos controlados y seguros dentro de un guacal, pues en la mayoría de los casos las salidas son asociadas únicamente con las visitas al médico veterinario.
Siempre se podrá contar con la ayuda de feromonas, esencias florales, aromaterapia y todo tipo de herramientas destinadas a relajar al gato en situaciones estresantes; sin embargo, lo más importante es habituarlo a vivir en un medio ambiente dinámico en el que también cuente con espacios en los que pueda esconderse. Al respecto, Cardona comenta lo siguiente: “No está bien obligar al gato a tener una interacción social si él no quiere. Es importante que tenga acceso a lugares donde pueda resguardarse, para que se oculte cuando no se sienta a gusto”.
Todas las experiencias de infancia marcarán una huella en el crecimiento del gato y es posible que algunas generen un trauma negativo. Para resarcir el daño de un mal recuerdo y recobrar la confianza del animal –como en el caso de gatos adoptados que hayan sufrido de maltrato–, Cardona recomienda la práctica de juegos que despierten su instinto cazador. Tampoco está de más un poco de comida extra, a manera de premio. Cada ejemplar reaccionará de manera diferente, pues la experta señala que así como unos pueden mostrar signos positivos en un par de semanas, otros llegan a tardar un año. Se trata de una especie con una gama de personalidades complejas, más no imposibles de entender.