La medida dejó a unos 30.000 jóvenes sin poder aplicar a un préstamo en el presente semestre.
La expansión de la educación superior en el país se ha dado de manera desorganizada y sin la garantía de calidad.
A partir de este año, el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex) no podrá otorgar préstamos estudiantiles a personas que cursen carreras o especializaciones en universidades que no estén debidamente acreditadas por el Ministerio de Educación.
La medida, establecida en el Plan Nacional de Desarrollo, en respuesta a una recomendación de la Ocde como requisito para ingresar a ese organismo, implica que unos 30.000 jóvenes no hayan podido aplicar para la obtención de un préstamo en el presente semestre.
Expertos aseguran que esta situación ha llevado a muchas familias a acudir al crédito bancario, la financiación que otorgan particulares o simplemente a renunciar a la posibilidad de estudiar.
Vale la pena aclarar que los préstamos que habían sido otorgados antes de la entrada en vigor de esta restricción, no tendrán ningún problema, es decir, que se respetarán las condiciones pactadas.
POCAS ACREDITADAS
La decisión, que en su conjunto es considerada buena en la medida en que obliga a las universidades a elevar la calidad de la educación, tiene un gran impacto sobre los colombianos de menores ingresos, ya que se quedan sin la posibilidad de acceder a la educación profesional, debido a que no pueden pagar.
En Colombia, apenas 47 universidades (el 16%) de las 290 existentes, tienen acreditación ante el Ministerio de Educación. Así mismo, de los 11.000 programas o carreras que existen en el país solo 1.100 tienen esta certificación, es decir el 10%.
El año pasado, el Icetex cerró con una cartera de 4,6 billones de pesos y un nivel de morosidad del 8%, el más bajo de los últimos 20 años.
ALTO COSTO
Portafolio habló con voceros de universidades no acreditadas, las cuales aseguran que el espíritu de la medida es bueno, pero no coincide con la realidad del país, en el sentido de que la acreditación tiene un alto costo y se toma entre dos y tres años, al tiempo que la inversión para lograr este objetivo, termina por elevar el valor de la matrícula, lo que deja por fuera a un buen número de jóvenes.
Sin embargo, estudios hechos por el Ministerio de Educación y el propio Icetex revelan que los egresados de la universidades acreditadas se emplean en puestos en donde su salario es el doble del monto asignado a quienes estudiaron en los centros que no están no acreditados.
“Este debate, que ya lleva varios meses en el sector académico, deja al descubierto que el país diseñó normas como si viviéramos en Dinamarca, y no en Cundinamarca”, dijo uno de los rectores consultados.
No obstante, expertos aseguran que el problema es que, a través del crédito del Icetex, el Gobierno venía patrocinando a universidades de garaje que no cumplen con los requisitos mínimos de calidad, y que han convertido la educación en un negocio.
Ante este planteamiento, voceros de los centros educativos perjudicados con la medida, señalan que lo ideal sería que se ampliara el plazo para que las universidades logren la acreditación, especialmente aquellas que ya han avanzado en el proceso.
La restricción de acceso al crédito del Icetex afecta de manera directa a los jóvenes de menores ingresos, ya que ellos son los que acuden a universidades donde el semestre es más barato, pero esas instituciones no están acreditadas.
CUENTAS ABANDONADAS
En este debate vale la pena recordar que el Icetex comenzó a recibir el año pasado los recursos de las cuentas abandonadas en el sistema financiero, y eso le permitirá al Icetex invertir dichos recursos de acuerdo con las condiciones establecidas en la Ley 1777 de 2016 y en el Decreto 953 de 2016, que indica que el instituto utilizará los rendimientos generados por la inversión de estos dineros para otorgar más créditos educativos y fomentar la calidad de las Instituciones de Educación Superior.
La discusión deja al descubierto los problemas de expansión de la educación superior que, en opinión de algunos, se ha dado de manera desorganizada y sin el requisito indispensable de la garantía de calidad.
El debate se intensificó con la entrada en vigor de la medida, que llevó a que muchas universidades no acreditadas se vieran en dificultades para completar los cupos de estudiantes en el presente semestre.