miércoles, 21 de febrero de 2018

Dos razones por las que quienes fueron muy buenos estudiantes casi nunca son ricos

A pesar de que llegan a ocupar muy buenos trabajos, son pocos los que de verdad consiguen dinero y cambian el mundo. Mire por qué.

 
Si usted no es quien ganó las menciones honoríficas, ocupó constantemente el puesto número uno y hasta obtuvo becas por su rendimiento académico, seguro que por lo menos se acuerda de aquel compañero al que le decían ‘nerd’.

Sin embargo, ese chico o chica al que admiraban los profesores por ser una persona responsable y cumplidora con sus deberes, con el tiempo resultó no ser tan exitoso como muchos lo aseguraban iba a pasar.

Incluso, si usted se pone a hacer un panorama de cómo le ha ido a sus compañeros después de obtener el título de grado del colegio o la universidad, se encontrará en muchas ocasiones con que ‘el chico pilo’ no ha logrado muchas cosas en su vida o por lo menos no tienen ni el éxito, ni la fama que muchos le auguraban iba a tener. Y al contrario aquel ‘vago’ por quien nadie ‘valía un solo peso’ resulta ser mucho más fugaz para las negocios y un excelente cazador de éxitos. 

Pero, cuál es la razón de que pase esto, por qué quienes suelen esmerarse más, no terminan siendo tan afortunados en la vida. El interés ha sido tanto que muchas personas debaten sobre el tema y aseveran que la culpa es del sistema educativo, pues todo el tiempo nos exigen en trabajos o tareas a cambio de una buena calificación, pero realmente no nos están preparando para afrontar los problemas de la vida, la realidad que está allí afuera y que nos espera con los brazos abiertos muchas veces para recibirnos con un ‘cachetadón’.

Sin embargo hay otra cosa que hay que tener en cuenta y es con respecto a lo que el éxito se refiere, ya que para todas las personas la percepción de este no es el mismo, algunos lo relacionan con la riqueza, otros con el cumplimiento de logros y muchos más simplemente con la felicidad. 

Ahora, también es cierto que nunca va a ser lo mismo la disciplina que los conocimientos, pues hay personas que tienen muy buenas habilidades para absorberlo todo, pero que no son muy responsables con sus quehaceres, de hecho estas son personas que suelen sorprender en exámenes públicos o universitarios y que con los años llamaron la atención por ser emprendedores con buenas ideas. 

Tal es el caso de Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zucherberg, que nunca terminaron sus estudios o no se destacaron como los mejores de la clase, pero que ahora son reconocidos por su ingenio y fortuna. 

De acuerdo con el periodista ingles John Haltiwanger en una de sus columnas de opinión en el Elite Daily citado por Entrepreneur, lo que suele suceder con aquellas personas aplicadas es que nunca aprendieron a afrontar la vida con habilidades sociales y relacionales, con inteligencia emocional, capacidad de análisis, habilidades comunicativas y de persuasión, esas cosas que no ayudan a obtener la admiración de los profesores académicamente, pero que que son las virtudes en común de los grandes emprendedores.

Las otras dos razones

Este análisis no es de cualquier experto o de alguien que tan solo quiere desea opinar, estas razones las da la ciencia después de un estudio realizado por un investigador de la Universidad de Boston, que decidió seguir la vida de estudiantes graduados con las mejores calificaciones durante su época de estudios y lo que encontró según cuenta Emprendiendo Historias, es que después de entrar a muy buenas universidades y conseguir un buen puesto, no pasó algo más relevante en sus vidas.

Por otro lado, de acuerdo con Eric Barker autor del libro Barking Up the Wrong Tree, los estudiantes más destacados tendrán éxito pero no en la medida que se espera, mientras que los jóvenes que no disfrutan la educación formal tienen más probabilidades de llegar allí. Según Barker sucede por lo siguiente:

1. “Las escuelas recompensan a los estudiantes que hacen lo que se les pide y la vida recompensa a las personas que se arriesgan”:

“En el colegio las reglas son claras, en la vida no. Así que en cierta medida, no jugar según las reglas es ventajoso una vez salga de un sistema cerrado como la educación”, asegura Barker.

Karen Arnold, líder de la investigación en la Universidad de Boston, asegura que lo que sucede es que el sistema nos enseña a premiarnos con el conformismo, a hacer siempre lo que nos indica un profesor y es por esto que nunca nos esforzamos por ir más allá, mientras que las personas que se logran salir de ese orden, sobrepasan las limitaciones.

2. Los colegios premian a quienes hacen las cosas bien, pero el mundo real premia a los apasionados y expertos en lo que hacen

En el colegio siempre toca cumplir con todo, hasta 8 o 10 materias cada semana, así por más de que usted se interese por un tema en particular no le quedará ni el tiempo ni las energías para dedicarse solo a este porque siempre va a tener una tarea o un trabajo pendiente.

Pero en la vida real esto no sucede, en el mundo laboral usted tiene que sobresalir en solo un tema y tiene que demostrar que de verdad tiene el conocimiento y las habilidades en esto, el resto no importará tanto. Es por esto que quienes se interesan por lo que les apasiona y no por las reglas tienen mayor probabilidad de ser exitosos.

Karen Arnold también asegura para Business Insider que: “quienes fueron excelentes en el colegio apoyan el sistema, se vuelven parte de él, pero no lo cambian”: Esto es lo que comúnmente los limita a progresar. 

En conclusión, salirse un poco de las reglas permite ser más arriesgado, obtener más cosas y por ende ser mucho más exitoso, así que pilas, no importa si usted tuvo las mejores o las peores calificaciones en sus estudios, solo intente escapar de la zona de confort, de lo que aparentemente está bien encuentre sus pasiones.