En Colombia los estudiantes que terminan la educación media cada vez son más jóvenes, en promedio a los 16 años, inmaduros aún, dirán algunos, para tomar decisiones como qué hacer con la vida, qué estudiar y en dónde. Y en algunos casos decidir si se adquiere un crédito para poder estudiar o se ingresa al mercado laboral, entre otras.
El sistema educativo oficial está organizado para que los niños ingresen a la educación básica y media, al grado de transición a los 5 años; por lo tanto, si no repitieran grado escolar, los 5 grados de primaria los realizan entre los 6 y los 10 años. Después de hacer los 4 grados de secundaría tendrían 14 años y, finalmente los 2 grados de la media los cursan entre los 15 y 16 años.
En algunos casos, los niños inician, los grados de preescolar 6 o 7 meses antes y llegan con menos de 6 años al primer grado de primaria, y por esta razón, terminan graduándose a los 15 años.
El estado de madurez y hasta de sensatez de un joven para tomar a los 15 o 16 años decisiones que afectarán toda su vida está asociado a diversos factores como: entorno, familia, colegio y su propia personalidad y carácter.
Desde el marco legal en Colombia, según la Ley 1622 DE 2013, por medio de la cual se expidió el estatuto de ciudadanía juvenil, se considera que jóvenes son todas aquellas personas entre 14 y 28 años cumplidos, en proceso de consolidación de su autonomía intelectual, física, moral, económica, social y cultural que hace parte de una comunidad política y en ese sentido ejerce su ciudadanía.
Sin embargo, la investigadora y docente de la facultad de educación de la Universidad de Antioquia, Colombia Hernández, al preguntarle ( en una entrevista que realizó para el periódico El Espectador) “si está de acuerdo con la afirmación de que a los 16 años no se tiene clara la vocación profesional, respondió: La edad cronológica no garantiza la edad mental, y viceversa, así que más que la edad en que se gradúan sus bachilleres, lo que debe cuidar el país es que sus sistemas educativos, en todas las áreas, se desarrollen plenamente”.
Así mismo, la OCDE, en el informe sobre la educación en Colombia que se publicó en 2016, sostiene que la educación media en nuestro país dura dos años, en tanto que en los países afiliados a esa organización dura en promedio 3 años. Además, sobre la edad de acceso a la educación superior señaló que “los estudiantes de Colombia son menores que sus pares de la OCDE cuando ingresan a la educación superior, y es probable que hayan recibido menos años de educación”.
Una consecuencia de un ingreso apresurado a la educación superior (sin tener por parte de los estudiantes de 15 o 16 años aún claras sus aspiraciones, y con escaso acompañamiento por parte de los colegios y las familias) puede ser la altísima deserción que se presenta en este nivel educativo en Colombia. En un artículo de la Revista Dinero se mostró que en el país alrededor del 37% de los estudiantes que comienzan un programa universitario abandona el sistema de educación superior. Además, alrededor del 36% de los estudiantes que desertan en Colombia lo hacen al final del primer año, mientras que en Estados Unidos este porcentaje es del 15%.
Por lo anterior, un tema que el gobierno y el sector educativo deben considerar para la formulación de política pública educativa son los enormes costos que tiene para la sociedad, el Estado y las familias la deserción en las universidades e instituciones de la educación superior, además, del daño en la vida de los jóvenes.
¿Qué hacer? Primero, concientizar a los colegios, docentes y padres de familia sobre la gravedad del problema. Segundo, reformar la organización del sistema educativo y reglamentar la edad de ingreso al preescolar de los niños en Colombia, tanto en la educación pública como privada, tal como ocurre en la mayoría de los países.
Sobre la organización del sistema educativo la exministra María Fernanda Ocampo propuso, en el Foro Educativo Nacional del año 2013, establecer el grado 12, como parte de la educación media, en la idea de permitir a los jóvenes que tengan una mayor madurez para definir su proyecto de vida y profundizar sobre lo que quieren en su vida profesional o laboral.
La otra opción, es tomar partido por la educación inicial, y de paso cumplir con lo establecido por la Ley 115 de 1994, haciendo obligatorios los 3 años de preescolar para todos los niños. Para lo anterior propongo que se establezca por norma para que los niños de 4 años empiecen de manera obligatoria el grado de prejardín, de tal forma que el nivel de primaria empezaría a los 7 años y el grado 11 concluirá para ellos a los 17 años, en condiciones normales.
Tenemos espacio para empezar a fortalecer la matrícula oficial en los grados de prejardín y jardín, la población en edad escolar ha disminuido y la matrícula, durante lo corrido de este siglo, disminuyó en cerca de un millón de estudiantes en la educación básica y media. En el mundo hoy existe amplia evidencia sobre los efectos positivos que tiene en la vida de los seres humanos la educación de calidad en la primera infancia y las altas tasas de retorno que generan a la sociedad y a los Estados esta inversión.