viernes, 18 de abril de 2025

Cuando el amor se vuelve digital: lo que no deberíamos normalizar en pareja

 


Vivimos conectados. Literalmente. Nuestro celular es casi una extensión del cuerpo y la mayoría de nuestras relaciones pasan, en algún momento, por una pantalla. No es raro que usemos redes sociales para conocer gente, mantenernos en contacto, o simplemente sentirnos más cerca del otro. Pero también es cierto que ese mismo mundo digital, que parece tan cómodo, puede esconder formas de control, manipulación y hasta abuso que, muchas veces, se ven tan normalizadas que ni las notamos.

Yo nací en 2003. He crecido viendo cómo el “te reviso el celular” pasó de ser un red flag a algo que muchos ven como una prueba de amor. Que te pregunten con quién estás escribiéndote, o que te pidan tu contraseña “por confianza”, no suena raro en muchas relaciones de hoy. Pero ese es justo el problema: se nos está haciendo común lo que no debería serlo.

Un artículo reciente de Psyciencia habla sobre esto. Explica cómo ciertos rasgos de personalidad, como la baja amabilidad, o la competencia con otras personas por mantener una relación, pueden llevar a prácticas de abuso en línea. Cosas como revisar los mensajes de la pareja sin permiso, seguirle los movimientos por redes, o incluso crear cuentas falsas para espiarla. ¿Y saben qué es lo más loco? Que muchas veces esas prácticas vienen de jóvenes, como nosotros, que creemos estar viviendo un “amor intenso” pero en realidad estamos atrapados en dinámicas que solo hacen daño.

No se trata de decir que la tecnología es el enemigo. De hecho, puede ser una herramienta increíble para mantener relaciones sanas si sabemos usarla bien. Pero para eso necesitamos aprender a poner límites, a hablar de nuestras emociones sin usar la pantalla como escudo, y a reconocer cuándo algo ya no es sano, aunque venga disfrazado de cariño.

En mi blog he hablado antes sobre cómo las emociones mal gestionadas pueden convertirse en cadenas invisibles (Suelta eso que no te deja avanzar) o cómo el miedo a estar solo nos empuja a aceptar menos de lo que merecemos (Nos acostumbramos a lo que no nos hace bien). Y este tema va por el mismo camino. Necesitamos aprender a querernos mejor, tanto a nosotros como a los demás, también en lo digital.

Si alguna vez has sentido que te controlan, que te revisan, que te siguen por redes o que usan la tecnología para hacerte sentir mal, no estás exagerando. Y si tú has hecho algo de eso, es momento de detenerte y preguntarte de dónde viene esa necesidad de control. Tal vez sea miedo, tal vez inseguridad… pero nunca será amor real si está basado en el poder sobre el otro.

Las relaciones digitales no son malas por sí mismas, pero necesitan límites, respeto, y sobre todo, mucha conversación sincera. Lo virtual no debe ser una excusa para cruzar líneas que no cruzaríamos en persona.


¿Quieres hablar más sobre esto?

Si sentís que este tema te toca, o si simplemente querés compartir tu experiencia, estoy acá para escucharte. Podés escribirme, unirte a nuestros grupos o seguirme en redes. Lo más importante es que sepas que no estás solo/a.