Un meteorólogo describió la pérdida de hielo como "aterradora". Otros dijeron que el evento podría obligar a científicos a revisar sus teorías sobre qué parte del Ártico resistirá más tiempo.
El deshielo traerá consecuencias graves para la vida silvestre, incluidos los osos polares.
Imágenes satelitales de la primera semana de agosto han revelado algo que muchos científicos temían. El hielo marino a lo largo de las costas del norte de Groenlandia se ha roto y se ha alejado de la costa.
Expertos advirtieron que su ruptura aumentaría la tasa de derretimiento en todo el continente.
Se trata del hielo marino más antiguo y espeso del Ártico, descrito como el "último sobreviviente" del hielo marino plurianual del Ártico, el que permanece congelado año tras año, incluso durante los meses de verano.
Este fenómeno, que nunca se había registrado antes –desde los registros satélites que comenzaron en la década de 1970–, se ha producido dos veces este año debido a los vientos cálidos y una ola de calor provocada por el cambio climático en el hemisferio norte.
"Aterrador", escribió Thomas Lavergne, un científico del Instituto Meteorológico de Noruega, en un retuit de un gif satelital del evento meteorológico.
El fenómeno "altamente inusual" es el resultado de temperaturas más cálidas que hacen que el hielo marino en esta región sea más delgado.
Como resultado, el hielo es más liviano y está más fracturado, permitiendo que los vientos que soplan desde el Atlántico hasta el lado Pacífico del Ártico puedan alejarlo de la costa de Groenlandia
Reducción del hielo plurianual
"En el pasado, la mayor parte del hielo en el Ártico ha sido hielo plurianual, pero se ha estado reduciendo y ahora casi todo el hielo en el Ártico no lo es", le dijo Peter Wadhams, director del Grupo de Física Polar del Océano en la Universidad de Cambridge, a The Independent.
"La única zona donde ha sobrevivido hielo plurianual es en el norte de Groenlandia, pero ahora se está abriendo y se aleja de la costa", agregó.
"El hielo no tiene otro lugar a donde ir, por lo que se acumula. En promedio, tiene más de cuatro metros de grosor y puede apilarse en crestas de 20 metros o más. Este hielo denso y compactado generalmente no se mueve con facilidad. Sin embargo, ese no fue el caso de este invierno (en febrero y marzo). El hielo está siendo empujado lejos de la costa por los vientos", dijo, por su parte, Walt Meier, científico investigador del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos, al diario británico The Guardian.
Expertos también señalan que el fenómeno tendrá consecuencias "graves" para la vida silvestre, incluidos los osos polares, aunque la magnitud del daño solo se conocerá hasta la próxima primavera, cuando los animales salgan de la hibernación.