Afilarse las uñas es un comportamiento natural de los felinos, hay que darles opciones para hacerlo.
El gato puede ser dueño y señor del sofá mientras no lo rasguñe. Para eso están los rascaderos.
Muchos dueños de gatos sufren porque a su mascota le encantó el sofá y lo tiene vuelto nada con sus rasguños. Consultamos con Paola Cardona, veterinaria especialista en felinos y etóloga sobre este comportamiento.
¿Por qué les gusta a los gatos rasguñar?
Es una forma de marcar territorio que les viene de suvida natural, silvestre, cuando rasguñaban los árboles para dejar señal visual y olfativa y así decirles a otros animales que ese era su espacio. En las almohadillas de sus patas tienen unas glándulas que producen feromonas, que dejan un olor como marca.
También lo hacen para afilar sus uñas y tenerlas en buen estado para trepar, defenderse o cazar. Y otra función muy importante es que así hacen un ejercicio de estiramiento de músculos, tendones y articulaciones que les permite liberar energía, los tranquiliza y genera bienestar.
Si están rasguñando en exceso, es un signo de ansiedad, tensión o estrés.
¿Por escogen un mueble en particular?
Eligen la mejor opción para expresar estos comportamientos. Ellos buscan algo firme, alto y con un superficie similar a ese árbol de su vida natural. Si sus dueños no les ofrecen una mejor opción, ellos eligen un mueble.
¿Cuál sería entonces una mejor opción?
Algo que sea firme, con suficiente altura para que se pueda estirar hacia arriba y de un material que le guste al gato. Lo más común son los rascadores en cabuya, pero puede ser un tronco de madera natural. Debe haber uno apenas llegue el gato a la casa para que se acostumbre a él desde el principio. Si ya eligió un sofá, hacer un rascador y forrarlo con esa tela.
¿Cómo asegurarnos que lo usen?
Es clave la ubicación del rascadero: hay que ponerlo en sitios centrales de la casa, no escondidos. Si ya ha elegido un mueble, hay que ponerlo al lado de este. Si la casa es grande o de dos pisos, conviene tener varios rascadores en distintos puntos. También se puede estimular su uso consintiéndolo y jugando allí con él. Y si se quiere, se le puede untar hierba gatera, que es de la familia de la menta, porque le produce una sensación placentera, que los hace volver ahí.
¿Se le puede enseñar al gato a que no se arrime a los muebles? ¿Si se le regaña entiende?
Como dije, hay que ofrecerle desde el principio otra opción con los rascadores. También se puede bloquear ese mueble que ha estado rondando tapándolo con una cobija, papel aluminio o cinta pegante gruesa puesta al revés, que se le pegue las patas y desestimular el comportamiento. No es conveniente regañarlo porque no entiende, para el gato rasguñar es algo natural, se sentirían atacados.
¿Hay que cortarle las uñas?
Se pueden cortar un poco para evitar que se enreden con telas o cosas, o que nos rasguñen sin querer. Hay que hacerlo desde pequeños para que se acostumbren. Nunca hay que arrancarles las uñas, esto es considerado maltrato.
* Si el rascadero o tronco les permite además mirar por la ventana, mucho mejor.
* Hay gatos que les gusta rasguñar superficies horizontales. En este caso hay que
buscar un rascador horizontal, los más populares son en cartón.
* Si al gato le gusta rasguñar un tapete, haga un rascador y fórrelo con este material.
*Si tiene un mueble muy dañado por el gato y piensa retapizarlo, tenga en cuenta que materiales como la gamuza, el terciopelo o la microfibra no les llama mucho la atención.
* Si el rascador está muy dañado, traiga el nuevo antes de botarlo y estimule su uso para que se acostumbre a usarlo antes de botar el otro.