A los pugs se les conoce también como carlino, por la máscara negra que suele tener.
Estas mascotas sufren afecciones respiratorias, oculares, vertebrales y de la piel.
Detrás de la mirada tierna de un perro de raza pug se pueden esconder problemas que los futuros tutores deberían tener en cuenta antes de decidirse por un animal de esta raza.
Conocido también como carlino, por la máscara negra que suele tener, o mops, por la apariencia arrugada de su cara, el pug es una raza que, podría decirse, genera controversias.
El primer debate gira en torno a su origen: una teoría señala que surgieron en el Lejano Oriente, mientras que otros aseguran que proviene de Europa, principalmente de Holanda.
Otros zanjan la discusión fijando su origen en China, donde se encontraron figuras de porcelana de este perrito que datan del año 700 a. C., acompañando a miembros de la nobleza china y también a monjes tibetanos. De China habrían pasado a Japón, y de allí a Europa, donde conquistaron a la realeza y a personas de nivel socioeconómico alto.
Así las cosas, estaríamos hablando de una de las razas más antiguas del mundo. La otra controversia tiene que ver con el desarrollo de esta raza; para llegar a ella tuvieron que hacerse múltiples cruces entre distintas razas, como el pekinés, los bulldog y el mastín de Burdeos miniatura.
En 1883 se creó el primer club para esta raza en Inglaterra y, posteriormente, en 1885 fue aceptado en el American Kennel Club, en Estados Unidos, dentro del grupo de los perros miniatura.Señas únicas
El pug es un perro de talla pequeña (aproximadamente 33 centímetros de altura) y robusto, de bajo peso (8 a 9 kilogramos), braquicéfalo (de cabeza redonda y achatada), con cara arrugada, de ojos saltones, pelo y patas cortas, cola enrollada, colores de pelaje que van del marrón claro y el atigrado al negro y un temperamento amigable; se adapta fácilmente a cualquier ambiente y no es apto para realizar actividad física intensa.
Muchas de esas características fueron adquiridas por el gran entrecruzamiento que tuvieron, incluso entre miembros de una misma comunidad (conocido como endogamia), con el fin de conservar sus rasgos más llamativos, como la apariencia física o el tamaño. Precisamente, una investigación del Imperial College de Londres mencionó que el material genético de 10.000 perros provendría tan solo de 50 individuos.
Por ese alto nivel de entrecruzamiento, tienden a desarrollar graves problemas de salud, incluso con mayor frecuencia y gravedad que otras razas.
Un estudio llevado a cabo por el Royal Veterinary College determinó que son más propensos a sufrir de 23 trastornos diferentes como el síndrome de obstrucción de las vías respiratorias (por la conformación anatómica de la cabeza y por la estrechez de las fosas nasales), problemas oculares (causadas por los ojos saltones y los párpados cortos), infecciones en la piel (debidas a los pliegues), malformaciones de las patas, obesidad e incluso problemas en las vértebras finales (por la forma enroscada de la cola).
Todo esto hace que desde muy pequeños tengan visitas más frecuentes al consultorio veterinario, sean sometidos a cirugías con mayor frecuencia y sufran accidentes por dificultad respiratoria o golpe de calor; lo que, además, les otorga una menor esperanza de vida (de 10 a 14 años, aproximadamente).¿Qué hacer?
Como son propensos a sobrepeso u obesidad, necesitarán dietas bajas en grasas y carbohidratos.
Países como Australia o España buscan evitar la cría y comercialización de esta raza, mientras que Noruega y Holanda ya lo hicieron, apelando a que reproducirlos y fomentar su tenencia como mascotas constituye una violación grave del bienestar animal.
Estas son algunas acciones que usted puede tener en cuenta para parar el sufrimiento de esta raza:
Evite comprarlos, de esta forma se contribuirá a no perpetuar características poco saludables.
Si ya tiene uno en casa, esté atento a:
– Alimentación: ya que son propensos a sobrepeso u obesidad, necesitarán dietas bajas en grasas y carbohidratos.
– Actividad física: por lo menos dos veces al día, pero no debe ser intensa ni en horarios de altas temperaturas.
– Limpieza de la piel: hay que hacerlo una vez a la semana usando productos especiales para animales y que estén libres de alcohol o perfumes.
– Orejas: asearlas con productos especializados y sin hacer uso de copitos o algodón.
– Pechera: es preferible usarla antes que los collares habituales, que pueden lesionar las vías respiratorias.
– Temperatura: debe mantenerse al animal en una zona fresca, ni muy caliente ni muy fría, para evitar el golpe de calor o aparición de enfermedades respiratorias.
– Ojos: suelen acumular secreciones, por lo que hay que limpiarlos con frecuencia y, en algunos casos, hacer uso de lágrimas naturales para hidratarlos.
– Evitar la reproducción: no solo por cuestiones de responsabilidad, sino también porque suelen tener problemas en el parto por el tamaño de la cabeza de las crías.
– Dientes: por la conformación de la cabeza acumulan comida entre los dientes, por lo que la higiene oral y la profilaxis debe ser más frecuente.
– Ronquidos: son frecuentes en esta raza, pero hay que prestar atención al desarrollo de “apnea del sueño”, es decir, pausas en la respiración de 10 segundos o más.
– Vigilancia constante: pueden desarrollar episodios de pérdida temporal de la conciencia.
– Visitas al veterinario: para prevenir y tratar a tiempo cualquier signo de enfermedad que puedan llegar a manifestar.