Sarah Evanega, doctora en el campo de la biología vegetal de la Universidad de Cornell.
Sarah Evanega habla sobre cómo esta tecnología será fundamental para enfrentar los retos futuros.
Desde hace casi tres décadas la palabra transgénico comenzó a hacer parte de un debate global que aun hoy despierta desconfianza entre algunas personas, a pesar de que dentro de la comunidad científica mundial existe consenso sobre la seguridad y utilidad del uso de esta tecnología, que permite modificar genéticamente cultivos para, por ejemplo, optimizar su rendimiento, tamaño y calidad.
Resolver los mitos alrededor de esta herramienta biotecnológica y de las nuevas que han surgido en los últimos años -como las llamadas tijeras de edición genética CRISPR, un avance que dejó en manos de sus creadoras un premio Nobel- ha sido la tarea a la que se han dedicado investigadores como la estadounidense Sarah Evanega, doctora en el campo de la biología vegetal de la Universidad de Cornell.
Sarah Evanega.
La doctora Evanega es una de las fundadoras de Alliance for Science: un esfuerzo de comunicación y divulgación científica de esta misma institución, que promueve la toma de decisiones en agricultura basada en evidencia y busca promover el acceso a la innovación científica para mejorar la seguridad alimentaria, contribuir a la sostenibilidad ambiental y elevar la calidad de vida en lugares donde estos temas se han convertido en algo imperativo, como en los países del continente africano.
En lugares como estos, el trabajo de investigadores como la doctora Evanega con tomadores de decisiones y con las comunidades ha permitido derribar mitos y barreras para expandir el uso de la biotecnología en la agricultura. Los resultados han permitido que investigadores locales desarrollen sus propios cultivos modificados, como, por ejemplo, plantas de arroz que hacen un uso más eficiente de nitrogeno y agua, el primer cultivo alimentario transgénico de Ghana.
Evanega, quien dejó recientemente la dirección de la alianza y para hacer parte de la empresa emergente de edición genética, Pairwise, estuvo visitando Colombia para conocer experiencias de agricultores en diferentes regiones y resolver sus dudas y las de estudiantes universitarios que participaron de sus conversatorios. La experta habló con EL TIEMPO sobre la importancia que representan estas tecnologías para afrontar desafíos como el cambio climático y la seguridad alimentaria y las enseñanzas que el debate sobre de este tema nos puede aportar para combatir las noticias falsas y la desinformación que hoy abundan.¿Por qué cree que la desconfianza sobre la biotecnología y los transgénicos persiste?
Creo que la mayoría de los argumentos en contra realmente no tienen mucho que ver con la tecnología y están relacionados más con otros problemas sociales, tal vez un grupo que está en contra de las multinacionales o con monocultivos. A pesar de esto diría que conversación hoy es más positiva. De hecho, recientemente publicamos un articulo sobre un trabajo que hicimos en 2018 hasta finales de 2020 donde analizamos el ambiente mediático a través del tiempo, observamos la conversación alrededor de los transgénicos y alrededor de la edición genética, analizamos cómo estos temas han sido cubiertos por los medios y cuál es la favorabilidad. Lo que vimos fue una conversación favorable que se incrementaba en los medios tradicionales e incluso en las redes sociales.
¿Por qué cree que se ha dado ese cambio?
La gente reconoce que este es un gran problema y que debemos abrazar nueva tecnología para alimentar a las personas en una forma sostenible y empezar a resolver nuestra crisis climática.
Eso es probablemente un reflejo de dónde estamos como sociedad. Entendemos que los desafíos que hoy enfrentamos son enormes: tenemos una gran crisis climática y al mismo tiempo estamos intentando abordar las metas de sostenibilidad, la malnutrición, la inseguridad alimentaria, un problema compuesto porque necesitamos alimentar a los 10 billones de personas que van a habitar esta tierra en los años futuros, mientras que al mismo tiempo aseguramos que la temperatura global no se incremente. La agricultura es un gran fuente de gases de efecto invernadero, un impulsor de deforestación, contribuye a la perdida de la capa vegetal del suelo global, contamina nuestras fuentes de agua y usa mucho de este líquido. Creo que la gente reconoce que este es un gran problema y que debemos abrazar nuevas herramientas, nueva tecnología para alimentar a las personas en una forma sostenible y empezar a resolver nuestra crisis climática.Pero en Colombia incluso se han presentado iniciativas legislativas en el Congreso para prohibir los transgénicos en los últimos años, ¿qué opina de esto?
La gente que es muy vocal y va a escenarios como el Congreso normalmente es un grupo pequeño de personas y es parte de su identidad, parte de la misión de su trabajo y son personas que ya tienen sus ideas construidas al respecto y no la van cambiar. La gente no se levanta en la mañana preocupada por los transgénicos, están preocupados por pagar las cuentas, alimentar a sus hijos, llegar al trabajo a tiempo. Incluso si revisas encuestas en Europa, hay un reciente estudio del Eurobarómetro, que mide las preocupaciones de los europeos sobre los transgénicos en 2019, y si comparas con la última vez que hicieron el estudio se redujo a la mitad el número de personas que expresó preocupación. No es una idea que esté siempre presente, tenemos retos más grandes, no podemos permitirnos más estar preocupados sobre algo en lo que la ciencia ha sido clara desde hace varios años. Otro aspecto es que por largo tiempo la conversación sobre biotecnología ha sido confundida y vinculada con productores a gran escala, pero de hecho está beneficiando más a los pequeños campesinos en países en desarrollo que a productores en países industrializados.
Puede dar un ejemplo?
Una de las historias de éxito que podemos señalar sobre cómo esta tecnología ha beneficiado a los pequeños agricultores en países en desarrollo es el de Bangladés. En este país desde 2014 los campesinos cultivan una berenjena modificada con biotecnología que se protege a si misma del ataque de insectos plaga. Los agricultores que cultivan esta berenjena usan un 66 por ciento menos de insecticidas, un impacto enorme sobre el medioambiente. Esta es una tecnología que fue desarrollada por investigadores de Bangladesh que trabajan en una institución pública para pequeños agricultores, no hay un gran negocio involucrado y, lo que es más importante, tenemos a los pequeños agricultores usando menos insecticidas y obteniendo frutas que pueden vender en el mercado por precios mayores, tienen menores pérdidas en el campo debido a infecciones y los ingresos promedio se han incrementado seis veces: han pasado de hacer tres dólares por día en promedio a 18 dólares, eso es inmenso.Hemos tenido tiempo para familiarizarnos con los transgénicos, pero CRISPR es una tecnología nueva sobre la que la gente puede decir que no conocemos sus efectos a largo plazo ¿Cómo calmar esos temores?
La edición genética con CRISPR es más sutil y precisa.
Al contrario de la reproducción convencional, la reproducción con mutaciones y los transgénicos, la edición genética con herramientas como CRISPR es mucho más similar a lo que pasa en la naturaleza en un largo periodo de tiempo, es hacer cambios muy sutiles al mismo genoma de la planta o del animal. Sabemos que estos cambios pasan de manera natural en nuestro ADN, todo el tiempo nuestras células se dividen y lo que hacemos no es diferente, más allá de que es intencional. Además, cuando vemos cómo esta tecnología ha sido regulada en otros países alrededor del mundo quienes se encargan de estos procesos también han señalado que es mucho más sutil el cambio, entonces no hay razones para tratarlo diferente de formas de reproducción convencionales de los cultivos. Esto ha permitido, además, que hablemos de una herramienta mucho más democrática que científicos en instituciones publicas compañías pequeñas y medianas, emprendimientos pueden para innovar.
¿Esta democratización está ocurriendo en Colombia?
Creo que está empezando a ocurrir. Tuve al oportunidad de visitar el Ciat y esta es una institución pública donde la gente está usando herramientas avanzadas para mejorar cultivos como el de la yuca, importantes para los agricultores y para la seguridad alimentaria en lugares como la África subsahariana. Estamos solo al principio de una nueva era donde veremos una explosión de innovaciones que realmente nos ayudarán a enfrentar grandes retos, nos ayudaran a producir en un sistema alimenticio más equitativo. Es un momento realmente emocionante.¿Cómo luchar y ganar contra la desinformación en los tiempos en los que vivimos?
La desinformación sobre el cambio climático o su negación se vuelve más difícil cuando se enfrentan sus impactos.
Considero que la gente necesita experimentar las realidades. Por ejemplo, la desinformación sobre el cambio climático o su negación, se vuelve más difícil cuando se enfrentan sus impactos. Por eso entre las personas que se dedican a la agricultura y están tratando de cultivar alimentos en circunstancias que cada vez más difíciles como una mayor salinización del suelo, precipitaciones erráticas, condiciones de siembra impredecibles, tormentas muy extremas, calor sin precedentes o sequías persistentes, es difícil encontrar un agricultor que niegue el cambio climático. Se trata de tener esa experiencia de primera mano, por ejemplo, estar protegido contra el covid porque tienes una vacuna ayuda a disipar la información errónea.Pero no es fácil creer en la ciencia cuando hay personas en posiciones de poder dando información falsa, como hallaron ustedes en un estudio de la U. Cornell. ¿Cómo responder a este fenómeno?
Este es un problema real. Necesitamos líderes que estén rodeados de expertos que puedan garantizar que las decisiones que toman estén absolutamente informadas por la ciencia. Cuando ese no es el caso, como vimos claramente en esta pandemia en países como Estados Unidos y Brasil, donde en los primeros días de la pandemia, había líderes que no estaban de lado de la ciencia con efectos devastadores en la vida de estas poblaciones. Una tragedia absoluta, pero creo que en términos de pensar qué hacer al respecto, ahí es donde los medios pueden desempeñar un papel importante. Si se observa el artículo que hicimos, el mayor aumento de información errónea se produjo cuando hubo cobertura en una rueda de prensa de la Casa Blanca. Existe el peligro de que si los medios ponen demasiada atención en estas personas tan poderosas, en realidad difundan información errónea.
¿Qué hacer con las redes sociales?
Por eso es tan importante que los jóvenes científicos se involucren en estas plataformas para compartir la ciencia y sean accesibles para sus comunidades, ya sean comunidades en línea o en vivo. Si no nos involucramos, sabemos que otras personas lo harán.¿Puede la biotecnología ser al respuesta al cambio climático?
No creo que haya una sola respuesta, necesitamos de todas las disciplinas para atacar este problema masivo. ¿Es la solución? No. ¿Es parte de la solución? Sí. Todos tenemos que hacer nuestra aporte y creo que como personas involucradas en la mejora de cultivos podemos usar estas herramientas para esto, para controlar las especies invasoras, pensar en formas de utilizar la biotecnología para el secuestro de carbono, hay muchas maneras en las que la biotecnología puede contribuir, pero va a ser necesario que todos participen.