La respuesta es sí. En este artículo os voy a hablar del Síndrome de Disfunción Cognitiva y la demencia senil en perros. Es muy importante aprender a reconocer sus síntomas para poder iniciar un tratamiento paliativo cuanto antes.
¿Existe el Alzheimer en perros?
Los perros no viven tantos años como los humanos, pero, dentro de su ciclo de vida, proporcionalmente pueden considerarse ancianos (lo que en medicina veterinaria se llama perros geriátricos) a partir de los 7 o los 9 años.
Por supuesto, eso variará mucho dependiendo de la raza o el tipo de perro ya que los perros pequeños suelen ser bastante más longevos que los de gran tamaño.
Cuando un perro es anciano, por lo general experimenta un deterioro físico a diversos niveles. Pero también existe un deterioro cerebral, menos apreciable a simple vista, que puede generar una serie de cambios en el comportamiento del perro que constituyen lo que se denomina Síndrome de Disfunción Cognitiva (SDC).
Alrededor de un 20% de los perros geriátricos desarrollan el denominado Síndrome de Disfunción Cognitiva (SDC), coloquialmente conocido como Alzheimer canino.
Hablar de SDC sería muy parecido a hablar de Alzheimer en perros o demencia senil canina.
¿Afecta más a los perros pequeños?
Aunque las razas pequeñas son más longevas, algunos estudios muestran que este tipo de perros no tiene mayor predisposición a sufrir Alzheimer canino.
Una enfermedad muy triste y frustrante para los tutores de perros
El deterioro cerebral que sufren los perros con Síndrome de Disfunción Cognitiva hace que, progresivamente, pierdan sus rasgos de carácter propios y se comporten de forma muy diferente a como hicieron toda su vida. Esta situación provoca mucha tristeza y, al mismo tiempo, resulta frustrante para la familia humana del perro: es duro presenciar la degeneración de un ser querido, igual que ocurre en los casos de Alzheimer en personas.
Que tu perro no te reconozca cuando entras en casa, por ejemplo, puede llegar a ser muy difícil de afrontar… Sin embargo, hay que esforzarse por entender este tipo de cambios de conducta como parte de un proceso natural de envejecimiento. Por suerte, no todos los perros llegan a padecer Alzheimer o SDC.
¿Qué causa el SDC en perros?
El Síndrome de Disfunción Cognitiva es un trastorno neurodegenerativo, propio de perros de edad avanzada y caracterizado por una disfunción cognitiva gradual. El proceso degenerativo puede durar entre 18 y 24 meses, o incluso más en algunos casos.
Sus causas básicas son las siguientes:Acumulación de una proteína llamada B-amiloide, que tiene propiedades neurotóxicas que afectan a la función de las neuronas del perro. A más cantidad de esta proteína, mayor severidad de los síntomas de la demencia senil canina.
Aumento de los radicales libres, que producen un daño oxidativo que provoca la muerte de neuronas.
Cambio en la expresión de algunos genes.
Disminución del riego sanguíneo.
Síntomas del Síndrome de Disfunción Cognitiva
Es importante aprender a reconocer los síntomas del “Alzheimer en perros” porque, en realidad, la única solución para este proceso de envejecimiento neuronal es el tratamiento paliativo. Cuanto antes se inicia, mejores resultados se obtienen y mayor es la oportunidad de frenar el avance de la enfermedad.Alteración de la interacción social (incluso agresividad hacia los propietarios en algunos casos): el perro ya no se comporta como antes con las personas ni con el resto de perros u otros animales presentes en el entorno o en el núcleo familiar. Hay perros que llegan, incluso, a no reconocer a sus tutor@s o a mostrarse agresivos con ell@s. En algunos casos disminuye el interés por las caricias y el contacto cercano, saludan con menos énfasis que antes, etc. En el otro extremo están los perros que pueden desarrollar hiperapego hacia sus tutor@s cuando antes nunca lo habían mostrado.
Desorientación: algunos perros que padecen “Alzheimer canino” se comportan como si estuvieran desorientados y deambulan por entornos conocidos como si se sintieran perdidos. Incluso pueden intentar entrar por el lado de la puerta equivocado, chocarse con objetos presentes en su camino sin poder esquivarlos o quedarse parados delante de ellos.
Pérdida de capacidades cognitivas: muchos de los afectados por el Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina dejan de responder a órdenes o señales que antes conocían perfectamente. Pierden memoria y capacidad de aprendizaje. Aún así, es necesario seguir ofreciéndoles actividades cognitivamente estimulantes, precisamente para frenar ese deterioro cerebral.
Alteraciones de los ciclos de sueño y vigilia: es frecuente que estos perros no duerman igual que lo hacían antes, siguiendo patrones de sueño estables. Puede pasar, incluso, que duerman durante el día y luego estén despiertos toda la noche.
Pérdida de hábitos higiénicos: éste es un síntoma característico del Alzheimer en perros. Se trata de la pérdida de hábitos a la hora de orinar o defecar. Perros que siempre hicieron sus necesidades en la calle, o en un lugar concreto de la casa o el jardín, empiezan a hacer pis y caca en otros lugares.
Disminución de la actividad, la inquietud por explorar cosas o entornos nuevos y de la respuesta a estímulos: el perro se vuelve más pasivo y no muestra interés en el entorno. Ahora bien, en algunos canes también puede aparecer ansiedad o inquietud que puede manifestarse de diversas formas. Algunos perros descansan menos, muestran ansiedad al quedarse solos en casa, están más irritables, ladran más, desarrollan conductas estereotipadas, destrozan cosas en casa, etc.
Diagnóstico excluyente
Los síntomas que acabamos de describir son característicos del Alzheimer en perros pero no exclusivos de esta enfermedad. Eso quiere decir que todos esos cambios de comportamiento también pueden deberse a otras causas no relacionadas con el deterioro neuronal. El Síndrome de Disfunción Cognitiva es un diagnóstico excluyente.
Para que se entienda: un perro anciano que de repente muestre agresividad hacia sus tutor@s puede ser un perro que, simplemente, tenga un problema físico que le cause dolor (artrosis, por ejemplo) y ello le haga estar más irritable, o bien utilice la agresividad para evitar que le toquen allí donde le duele. No tiene por qué ser un perro que padezca SDC.
Tratamiento del Alzheimer en perros
Como ya hemos dicho, cuanto antes se inicia el tratamiento en perros con Síndrome de Disfunción Cognitiva, mejor es el pronóstico para esta enfermedad, ya que lo importante es frenar su avance.
El tratamiento se basa en los siguientes puntos fundamentales:
Modificación del ambiente: Se recomienda mantener una rutina diaria estable en todas las actividades que giran entorno al perro. El objetivo es hacer el ambiente todo lo predecible posible porque eso genera menos estrés en el animal. Si el perro sabe siempre qué va a pasar, dónde va a estar, con quién, etc., se sentirá más tranquilo y estable. Debemos evitar los cambios bruscos en todos los sentidos. Además, hay que tener presente que los perros ancianos tienen sus capacidades sensoriales mermadas (ven peor, oyen peor, etc.), de manera que otra de las recomendaciones básicas es modificar el ambiente familiar para hacerlo apto para el perro geriátrico: intentar no dejar objetos en las zonas de paso, facilitarle un lugar agradable y de fácil acceso donde dormir, etc.
Estimulación cognitiva: los perros ancianos son abuelos caninos a los que hay que estimular para evitar que caigan en la inactividad y pierdan el interés por el medio. Es bueno proponerles juegos de olfato, hacerles buscar premios escondidos, ofrecerles juguetes interactivos rellenos de comida, etc. Todo ello hará que mantengan su cerebro activo y ayudará a frenar la degeneración neuronal. También son muy recomendables los paseos cortos pero frecuentes en los que el animal pueda interaccionar con los estímulos del ambiente.
Evitar reñir o castigar al animal: puede que muchos de los cambios de comportamiento asociados al Alzheimer en perros nos resulten incómodos, desagradables o problemáticos. Aún así, hay que procurar ser comprensivos y no reñir o castigar al perro, porque ello le generará más ansiedad y podría empeorar el problema.
Tratamiento con psicofármacos: el tratamiento con determinados fármacos puede ayudar a frenar la oxidación y el proceso de envejecimiento neuronal. Siempre debe ser el veterinario quien lo prescriba y lo paute.
Tratamiento nutricional: fundamentalmente en aquellos casos que se detectan precozmente, se puede intervenir a nivel nutricional mediante alimentos y nutracéuticos que aportan antioxidantes y protectores de las membranas celulares.
En realidad, el tratamiento para el Síndrome de Disfunción Cognitiva en perros siempre es paliativo y nunca curativo ya que no hay solución, a día de hoy, para este síndrome. Sin embargo, es fundamental estar atentos a los síntomas de la enfermedad ya que, cuanto antes se inicia el tratamiento, mejores son los resultados y mayor calidad de vida se le puede ofrecer al perro, para tener finalmente mejor bienestar en la familia multiespecie.