jueves, 24 de marzo de 2022

La humanidad alcanzaría el límite climático en 2030, dice reporte de la ONU


Un residente local en un incendio forestalen la isla de Evia (Eubea), Grecia, 8 de agosto de 2021.

Informe del IPCC indica nuestra supervivencia en la Tierra está en riesgo.

Ya no quedan dudas, las emisiones causadas por el hombre son ahora responsables de un planeta alterado y menos estable. Además, si seguimos con las políticas climáticas actuales, es posible que a 2100 la temperatura global aumente 2,7 °C respecto de la era preindustrial, un completo desastre, alertó el nuevo reporte del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), el organismo de Naciones Unidas que estudia la ciencia del clima.

Se trata de la primera parte del Sexto Informe ‘Cambio climático 2021: la base de la ciencia física’, en el que participaron 234 autores, entre ellos la profesora e ingeniera colombiana Paola Andrea Arias (quien estará hoy a las 11: 30 a. m. en las redes sociales de EL TIEMPO explicando los principales hallazgos), y fue aprobado por 195 gobiernos.

La segunda parte de este informe, prevista para febrero de próximo año, mostrará el impacto de estos cambios y cómo la vida en la Tierra se verá irremediablemente transformada en 30 años, incluso menos. Y la tercera parte abordará las soluciones posibles y se espera para marzo.

Uno de los datos más alarmantes revelados es que alrededor del 2030, 10 años antes de lo estimado, se puede alcanzar el umbral de 1,5 ºC, una temperatura peligrosa para nuestra supervivencia en la Tierra, según los científicos, pues produciría desastres “sin precedentes” para la humanidad, ya sacudida por olas de calor récord e inundaciones.

En efecto, el Acuerdo de París establece como objetivo que el aumento de la temperatura para finales de siglo no supere los 2 °C y preferiblemente no ascienda por encima de 1,5 °C. Pero el informe del IPCC es contundente en esto: tanto 1,5 °C como 2 °C se superarán durante el siglo XXI a menos que se reduzca profundamente el dióxido de carbono (CO2), junto con otras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI, causantes del cambio climático), hasta llegar a un nivel neto cero en torno a 2050 o después.

Es decir, estamos en una situación que no tiene precedentes en la historia de la especie humana. “La última vez que la temperatura de la superficie de la Tierra superó los 2,5°C (en comparación con los niveles preindustriales) fue hace más de 3 millones de años”, se lee en el informe.

Ante la evidencia, el secretario general de la ONU, António Guterres, señaló que dicho informe constituye un “código rojo para la humanidad” y resaltó la necesidad de tomar medidas inmediatas y más ambiciosas para frenar el calentamiento global.

Por otro lado, el presidente del Grupo de Países Menos Desarrollados (LDC, por sus siglas en inglés) en la COP26, Sonam P. Wangdi, de Bután, dijo: “Las campanas de alarma están sonando; espero que todo el mundo las esté escuchando. La ciencia es aún más clara: las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero siguen aumentando, la crisis climática se está agravando y los impactos serán devastadores (...) debemos actuar ahora, todos juntos”, dijo.


Más de 500 personas fueron evacuadas del metro de Zhengzhou, de entre las que 12 murieron y cinco resultaron heridas.

Principales hallazgos

El IPCC afirma que las temperaturas de la superficie del planeta han aumentado más rápido desde 1970. Además, que el nivel medio del mar a nivel mundial ha aumentado más rápido desde 1900 que en cualquier otro momento de los últimos 3.000 años. Y que en el 2019, las concentraciones atmosféricas de CO2 fueron más altas que en cualquier momento en al menos dos millones de años. También, que las olas de calor y las lluvias se han hecho más frecuentes desde 1950, afectando más del 90 por ciento de las regiones de la Tierra y es un 66 por ciento más probable que el número de huracanes y tifones se haya incrementado desde 1970.

Un tema altamente preocupante es que, aunque se impulsen políticas proactivas para combatir el cambio climático, el CO2 seguirá aumentando y se estabilizará hacia mediados de siglo, para luego empezar a disminuir, con la caída más pronunciada justo antes del final del siglo.

“El metano y el dióxido de azufre continuarán aumentando y comenzarán a disminuir a mediados de siglo. El óxido nitroso presenta una tendencia al alza y no disminuye hasta bien entrada la segunda mitad del siglo. Con los planes actuales, la mejor estimación es de 2,7 °C en 2100”, se lee en el informe.

Un apartado de América Latina

Este también incluye un apartado de cómo el calentamiento global cambiará cada región del planeta, incluyendo América Central y Suramérica. En Centroamérica es muy probable un aumento en el número de días secos y una mayor frecuencia de sequías. El aumento de factores como la sequedad, la aridez del suelo y el mayor riesgo de incendios forestales tendrá consecuencias potenciales en más de un sector, desde la agricultura, la conservación de bosques, la salud y los ecosistemas.

En Suramérica se estima la pérdida de volumen de los glaciares y el deshielo del permafrost probablemente continúe en la cordillera de los Andes, bajo todos los escenarios de emisiones de efecto invernadero en este informe.

¿Qué hacer?

Según el IPPC, para detener el calentamiento global, los tomadores de decisiones deben poner en marcha planes de cero emisiones neto.

“El informe del IPCC subraya la importancia de atajar los gases de efecto invernadero, como el metano. El ganado rumiante y los arrozales inundados son fuentes agrícolas clave de estas emisiones. Los esfuerzos de mitigación deben centrarse en la gestión de la demanda, incluyendo el cambio a dietas con más cereales, legumbres y verduras. La producción ganadera debería realizarse mediante sistemas de pastoreo integrados, como los silvopastoriles, que ayudan a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero al capturar el dióxido de carbono en los árboles y el suelo”, señaló Miguel Taboada, científico del suelo y del clima de la Universidad de Buenos Aires (Argentina).

Los científicos también advierten que no podemos dejarles todo el trabajo a los sumideros de carbono terrestres y oceánicos, como, por ejemplo, la selva amazónica. “A medida que los niveles de emisiones de CO2 sigan aumentando, se prevé que los sumideros de carbono sean menos eficaces para frenar la acumulación de CO2 en la atmósfera”, dice el informe.

De ahí la importancia, dice el IPCC, de hacer uso de otros métodos de secuestro de dióxido de carbono que van desde la reforestación y la restauración de humedales hasta la captura y almacenamiento directo de carbono en el aire con tecnología DACCS (por sus siglas en inglés) y la fertilización de los océanos¿Qué dice el Ministro de Ambiente de Colombia?

¿Cómo recibe Colombia este sexto informe del IPCC sobre el futuro climático del planeta? ¿Qué es lo que más debería preocuparnos?

Este informe demuestra una vez más la necesidad del país y del mundo de adoptar modelos de desarrollo sostenible. Las conclusiones que entrega el panel confirman nuestras medidas para hacer frente al cambio climático, como las acciones de mitigación, adaptación de las comunidades más vulnerables y la protección de nuestra biodiversidad. Los páramos, por ejemplo, son ecosistemas muy sensibles a estos cambios que pueden causar pérdida de especies de fauna y flora únicas en el mundo.

Este informe sale unos meses antes de la COP26, ¿cree que incidirá para avanzar en las negociaciones en Glasgow y para que los líderes políticos avancen en la descarbonización?

Colombia ha sido y será un actor estratégico en todo este proceso. Actualizamos nuestras Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) el año pasado y anunciamos el compromiso de reducir nuestras emisiones en un 51% a 2030 y pronto presentaremos nuestra estrategia de carbono neutralidad al 2050. Nosotros siempre hemos enfatizado en tomar las decisiones de la mano de la ciencia.

La meta más importante es evitar que el mundo se caliente a más de 1,5ºC requiere de un compromiso importante de todos los países a mediano y largo plazo. Esperamos que este informe soporte la necesidad de financiar la lucha contra el cambio climático en la COP26.

¿Hoy cuál es la vulnerabilidad de Colombia ante el cambio climático y qué estamos haciendo para tomar medidas?

Si bien Colombia no es un gran emisor de GEI, emitiendo tan solo el 0,6% del total de emisiones a nivel global, al ser uno de los más biodiversos del planeta, es particularmente vulnerable a la crisis climática que enfrentamos.

Por eso, venimos trabajando en varios frentes: una NDC altamente ambiciosa que ha sido aplaudida por la comunidad internacional y el camino hacia la Carbono Neutralidad en 2050 con la estrategia E2050. Aquí el trabajo articulado con todos los sectores de la economía es clave, por eso, planteamos el Programa Colombia Carbono Neutral, que involucra al sector privado (ya se han vinculado más de 100 empresas), buscamos, además que todas las entidades del gobierno nacional sean carbono neutrales a 2030 y que los colombianos puedan medir su huella personal de carbono para tomar decisiones. Además, en los próximos días presentaremos al Congreso la Ley de Acción Climática que elevará a rango legal las metas para enfrentar el cambio climático en el marco del Acuerdo de París.