Los gatos tienen una amplia capacidad para adaptarse y vivir en armonía con otras especies.
Con paciencia es posible lograr que los felinos socialicen sin problema con perros u otras especies.
Quizá uno de los mitos más extendidos sobre los gatos es que son animales de carácter individual y comportamiento territorial.
Esta ‘mala fama’ puede deberse a la conducta de sus parientes lejanos: felinos silvestres como el león, el jaguar y el puma, que tienden a formar manadas cerradas y pueden tener enfrentamientos cuando aparece en el panorama un individuo nuevo al que pueden percibir como una amenaza.
Esta herencia en muchas ocasiones es interpretada como un comportamiento competitivo de los gatos, que tiende a desencadenar conflictos dentro del hogar.
Sin embargo, el gato doméstico tiene una amplia capacidad de adaptación; si bien en los primeros momentos puede ser reticente a cambios y novedades, termina logrando una sana convivencia con otros individuos de su misma especie u otras, como los perros.
No es una tarea fácil, pero tampoco imposible. Quienes tienen la fortuna de convivir con gatos en casa saben que ellos pueden cohabitar con otros animales de forma sana y armónica; eso sí, se requiere paciencia y llevar a cabo un proceso de adaptación adecuado, progresivo y que no sea forzado.
Es importante mencionar que si bien los gatos adultos tienen la misma capacidad de adaptarse a las nuevas compañías, el proceso puede ser mucho más fácil en gatos pequeños, porque su temperamento es más maleable y tranquilo.
Otro factor para tener en cuenta antes de introducir otro individuo al hogar es que el gato tiende a competir por recursos como alimento, áreas de descanso, bebida, atención y afecto y areneros, por lo que la decisión debe contemplar también el aspecto económico.¿Amigos y rivales?
Probablemente una de las rivalidades más conocidas y difundidas, de forma errónea, se relacione con la rivalidad entre perros y gatos.
Antes que nada, es importante conocer las características comportamentales y necesidades de cada especie.
Los gatos son animales más independientes, autónomos, necesitan sus propios espacios, tienen sus propios tiempos para socializar y no requieren actividad física constante.
Los perros son más dependientes, de comportamiento más social, disfrutan estar siempre al lado del ser humano, requieren de dos o tres paseos diarios y, para liberar la energía acumulada, necesitan hacer actividad física durante 20-40 minutos por lo menos, tres veces a la semana. Esas necesidades propias de cada especie deben ser suplidas por los amos o tutores de las mascotas.
De la satisfacción de cada uno de esos requerimientos dependerá que se garantice el bienestar de cada animal. Ese es el punto de partida básico para un entendimiento de los mundos particulares de perros y gatos.
En el caso de la convivencia de los mininos con otras especies, como aves, peces o roedores, la situación puede ser un poco diferente. El gato, por su carácter predador, puede ver a estos animales como una potencial presa, por lo que puede salir a relucir su espíritu cazador.
En esos casos hay que tomar precauciones especiales, como tener espacios o jaulas ‘a prueba de felinos’, tener a los gatos estimulados mental y físicamente con juguetes y brindarles una alimentación adecuada y atención constante.Paso a paso para acercar a perros y gatos
Antes de entrar a mencionar los pasos para una adecuada socialización entre estas dos especies, es importante conocer el temperamento de los animales y también las experiencias previas de cada uno.
No todas las razas de perros y gatos toleran de la misma manera al otro individuo; además, hay que tener en cuenta las experiencias positivas y negativas que ha tenido cada uno: un gato que haya sido agredido por perros tendrá un proceso de adaptación más prolongado, por lo que se necesitarán paciencia y el acompañamiento de un profesional etólogo veterinario.
Los primeros acercamientos entre perros y gatos deben ser controlados y vigilados para evitar agresiones.
Este es el paso a paso que deberá tener en cuenta:
1. Es muy probable que al inicio haya cierta reticencia entre los individuos. Por este motivo, los primeros acercamientos deben ser controlados y vigilados para evitar agresiones. Lo ideal es que antes de una aproximación física se les permita a ambos animales tener estímulos de los sentidos, como olfatear objetos del otro, tener contacto con sonidos e incluso poder hacer contacto visual a distancia.
2. Paciencia: estos procesos no deben presionarse ni acelerarse; deben practicarse en ambientes neutros y controlados.
3. Lo ideal es que durante el proceso de adaptación cada animal tenga su propio espacio restringido. Esto hará que puedan ser conscientes de la presencia de otro animal, evitando el contacto directo que puede causar enfrentamientos. Pasado cierto tiempo se pueden ir ampliando esos espacios hasta llegar a un punto en el que puedan estar en los mismos lugares.
4. Superadas las primeras etapas, es momento de un contacto físico. Para ello, los gatos deberán tener zonas seguras que les permitan huir en caso de estar nerviosos. Estos primeros encuentros deben ser supervisados por el tutor.
5. Conviene hacer uso del refuerzo positivo por buen comportamiento: premios, juguetes, palabras y caricias son buenos recursos.
6. En caso de observar agresividad o nerviosismo excesivos, el proceso deberá suspenderse para evitar el estrés de ambos.Entre gatos
El proceso es muy similar al anterior. Sin embargo, como ya lo mencionamos, es importante adecuar el hogar para evitar competencia por espacios u objetos: tener comederos, bebederos y cajas de arena suficientes, disponer de juguetes y espacios de recreación para cada gato, como también contar con zonas que les permitan estar alejados el uno del otro.
Los primeros acercamientos deben ser sensoriales: olfativos, auditivos y visuales. Luego, ya es momento de acercamientos vigilados para, finalmente, poder permitirles un encuentro más cercano.
Inicialmente, ambos gatos pueden manifestar cierta reticencia entre sí, por lo que se deberá tener mucha paciencia y observación constante para evitar momentos incómodos. Cabe mencionar que el éxito del proceso no radica en que los gatos se conviertan en los mejores amigos, sino en que puedan convivir sin tener enfrentamientos o hacerse daño.