Empresas como Nestlé, Nutresa y Nespresso utilizan estos elementos para hacer herramientas, sillas para colegios, nuevas cápsulas e incluso como fertilizantes
El café es algo inherente a los colombianos y así lo demuestra un estudio entregado por Kantar, en el que se evidenció que los hogares colombianos gastaron aproximadamente $712.000 millones en café en 2019, por lo que por hogar consumen 1.126 tazas al año.
Por estas cifras es que las máquinas de café personales desde hace algunos años han sido una forma de potenciar el consumo de este producto tradicional. Y han dado resultado, pues según Euromonitor durante 2019 el mercado de estas cápsulas movió US$226,8 millones, y la proyección para 2024 es llegar a US$508,2 millones. Siendo Nestlé S.A., Grupo Nutresa y la Federación Nacional de Cafeteros los líderes del mercado, en ese orden.
No obstante, con la preocupación por el medio ambiente, una de las críticas iniciales fue el poco aprovechamiento posconsumo que podrían llegar a tener estos elementos. Así, empresas como Nestlé, Nutresa y Nespresso han establecido programas especiales de reciclaje para aprovechar 100% a estos residuos.
Nestlé, por ejemplo, con las cápsulas Nestlé Dolce Gusto le da una segunda vida a las cápsulas que contienen el café, para fabricar herramientas que utilizan los caficultores colombianos. El proceso para hacer correctamente el reciclaje es lavar las cápsulas después de su uso, agruparlas en las bolsas entregadas por la compañía y después depositarlas en los puntos de acopio de Bogotá como: Éxito Country, Jumbo calle 170, Jumbo Santa Ana y Falabella Unicentro.
Esta entidad ha implementado varios programas para reducir el impacto, y como afirmó su presidente en Colombia, Antonio Núñez, “desde hace varios años en Nestlé venimos trabajando en acciones para mitigar el impacto de nuestros empaques en el medio ambiente. Este ha sido un plan gradual, sin embargo, estamos acelerando”.
Las cápsulas express de Nutresa también tienen una vida después de usadas. David Echavarría, gerente de mercado de negocio cafés Grupo Nutresa, explicó que basaron su estrategia en el programa ‘Retoma’ con el que disminuyen el impacto ambiental generado por las cápsulas, y hacen mobiliario para escuelas adscritas a la Fundación Nutresa.
Según explicó Echavarría, “de 30 millones de cápsulas que hemos vendido, 2,7 millones han sido recogidas para reciclaje. Respecto a cifras de 2019, 7% de las cápsulas que se vendieron, se recogieron. Finalmente después del proceso, en 2019 se entregaron 89 muebles a las escuelas”.
Lo que hace Nutresa es separar las cápsulas por materiales orgánicos como café, té y chocolate y plástico que ya incluye las cápsulas y rejillas. Después de esto es cuando se entregan a la empresa Proplanet que los utiliza como insumo para fabricar elementos similares a madera comprimida, que posteriormente es utilizada para la fabricación de muebles.
Nespresso es otra de las compañías que ha encontrado una forma de contribuir al ambiente por medio de estos elementos. Es por eso que sus cápsulas incluyen aluminio, que posteriormente entra en proceso de aprovechamiento, tanto de este material como de los residuos de café.
LOS CONTRASTES
Antonio NúñezPresidente de Nestlé Colombia
“Desde hace varios años en Nestlé venimos trabajando en acciones para mitigar el impacto de nuestros empaques en el medio ambiente. Estamos acelerando resultados”.
Natalia VelásquezDocente I. Ambiental U. El Bosque
“Estas iniciativas son bien vistas en el postconsumo, pero las empresas deben pensar bien en cómo contar eso a sus clientes de la forma correcta e involucrarlos más”.
Según Nespresso, tienen más de 100.000 puntos de recolección en todo el mundo, y con las cápsulas que recogen pueden aprovechar el material y transformarlo en otras cápsulas, bicicletas, navajas suizas, escaleras metálicas y marcos de ventanas; y los residuos de café son transformados en compuestos para fertilizantes.
Aunque los programas están, Natalia Velásquez, docente de Ing. Ambiental de la Universidad El Bosque y directora de View Green, afirmó que “estas iniciativas son bien vistas en el postconsumo, pero las empresas deben pensar bien en cómo contar eso a sus clientes de la forma correcta e involucrarlos más. Por eso, deben ser iniciativas más prácticas y flexibles”.