Crisis climática intensificará la reducción de diversidad tropical hasta niveles sin precedentes.
La disminución de la diversidad tropical que ahora se observa en el océano no está solo inducida por el impacto de la actividad humana. Sin embargo, empeorará considerablemente si no se limita el calentamiento global antropogénico. Esta es la conclusión de un estudio en el que participa Andrés Baselga, investigador en la Universidad de Santiago de Compostela (España).
La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (Pnas), se basa en patrones de biodiversidad marina del pasado para entender qué cambios pueden ocurrir en el futuro.
“La biodiversidad suele ser alta en los trópicos y baja en los polos. Llamamos a este patrón gradiente de diversidad latitudinal. Sin embargo, estudios recientes han encontrado que los niveles de diversidad marina global a menudo muestran una disminución ecuatorial de la diversidad. Queríamos explorar qué ha causado esto, y si ha sido un patrón reciente”, explica el autor principal del estudio, Moriaki Yasuhara, investigador de la Universidad de Hong Kong.
El estudio utilizó registros fósiles para reconstruir los patrones de la biodiversidad oceánica global desde la última glaciación, hace 20.000 años, y el período preindustrial, antes de 1800. “Estos patrones se usaron para construir modelos con los cuales hacer proyecciones de la biodiversidad marina global en el futuro, específicamente en el 2090”, explica Baselga.
Al estudiar fósiles de foraminíferos fósiles, un grupo de protistas ameboides, que sirvieron de “ventana” para ver los ecosistemas pelágicos del pasado, los autores descubrieron una disminución ecuatorial en la diversidad durante el período preindustrial, que se agudizará a finales de este siglo debido a la crisis climática.
Efectos de las emisiones
El declive actual de la diversidad tropical probablemente comenzó después de la última glaciación, hace unos 15.000 años. Sin embargo, según los científicos, la magnitud de la disminución se amplificará por el calentamiento antropogénico. A finales del siglo XXI, la diversidad tropical puede disminuir hasta niveles no observados durante millones de años si el escenario actual de emisiones de dióxido de carbono se mantiene.
“Encontramos que la disminución de la diversidad en las regiones ecuatoriales del océano es causada por cambios en la distribución de especies como resultado del calentamiento del océano después de la última edad de hielo”, señala Chih-Lin Wei, profesor de la Universidad Nacional de Taiwán.
Las áreas pelágicas cubren la mayoría de la superficie de la Tierra y son el ecosistema más grande del planeta. También albergan el plancton, que tiene un papel clave en la cadena alimentaria, fundamental para especies depredadoras cada vez más amenazadas por el cambio climático y con importantes consecuencias económicas.
“Estos vínculos claros entre calentamiento y reducción de biodiversidad tropical significan que para finales de este siglo, la diversidad oceánica en el ecuador puede caer a un nivel sin precedentes en la historia humana”, concluye Derek P. Tittensor, profesor de la U. de Dalhousie y coautor del artículo.
Estos vínculos entre calentamiento y reducción de biodiversidad tropical significan que para finales de este siglo, la diversidad oceánica en el ecuador puede caer a un nivel sin precedentes
Consecuencias funestas
Andrés Franco, biólogo marino tadeísta y Ph. D. en Oceanografía, explica que el calentamiento global tiene varios efectos negativos en los océanos. El primero es que “la elevación del nivel medio del mar afecta las zonas costeras y entre 55 y 60 por ciento de la población mundial vive allí”, dice.
También, las alteraciones en el pH. Cuando aumenta la concentración de dióxido de carbono en el agua de mar, esta tiende a acidificarse. “Esto tiene impacto en zonas tropicales, en templadas y polares. Puede ir desde pérdidas de biodiversidad a cambios en patrones migratorios de las especies”, explica.
La acidificación afecta a organismos que tienen carbonato de calcio, como arrecifes de coral, praderas de pastos o ecosistemas de manglar. El problema, explica Franco, es que “son importantes en la captación de CO2 antropogénico”. Si se afectan, sus servicios se alteran. “Por ejemplo, los corales quitan energía a las olas y evitan la erosión costera. Si las cabezas se debilitan, la ola pasa por encima y causa erosión”, dice.