La emergencia sanitaria que ha vivido el mundo por la pandemia del COVID- 19 no solo ha afectado la economía global sino el modelo educativo presencial que manejan muchos colegios e instituciones de educación superior. Las universidades han tenido que plantear nuevas estrategias para mantener los niveles educativos y de enseñanza, así como capacitar a los profesores y estudiantes para afrontar una transición
hacia la modalidad virtual.
Según la Unesco, unos 24 millones de estudiantes universitarios en América Latina y 1,4 millones de docentes se han visto afectados por el cierre de los recintos. Ante este panorama, muchas de las universidades colombianas optaron por brindar auxilios para evitar la deserción en el segundo semestre de 2020. En diálogo con La Nota Económica, el Padre José Gabriel Mesa, Rector General de la Universidad Santo Tomás, explica los retos que ha enfrentado esta institución ante el posible riesgo de una caída en las matrículas, de las ayudas económicas que ha brindado la institución y del panorama actual de la educación en el país.
A raíz de la emergencia sanitaria que está viviendo el mundo, varios sectores han tenido que replantear sus estrategias. Debido a esto, ¿Cómo está afrontando la Universidad Santo Tomás el cambio de modalidad presencial a la virtual?
La Universidad cuenta con las modalidades presencial, a distancia y virtual para programas de pregrado y posgrado. La oferta de programas bajo cada una de esas modalidades permanece. La diferencia fundamental recae en la modalidad presencial, la cual ha dado continuidad a la rutina académica de las clases, donde un docente se reúne en horario de aula con los estudiantes, para llevar a cabo los contenidos que componen los planes de estudio. Lo que ha cambiado es que están apoyados totalmente por tecnologías de la información y la comunicación. A esto le hemos denominado Presencialidad Mediada por TIC.
¿De qué manera está ayudando la universidad a los estudiantes que no pueden seguir con sus estudios por la pandemia o por la disminución de ingresos?
La Universidad, además de otras ayudas y del plan de becas durante la pandemia, centrándome solo en la sede principal en Bogotá y la Universidad Abierta y a Distancia, ha aportado cerca de 3.000 auxilios, bien de conectividad o de alimentación, tanto a estudiantes inscritos como a otros que no lograron matricularse. La Vicerrectoría Académica General invitó a todos los alumnos a vincularse en espacios académicos intrasemestrales; esto con el fin de garantizar la formación integral de todas las personas que confían en nosotros.
¿Qué cree que se debe implementar desde las universidades para evitar la deserción universitaria?
Es necesario reconocer las dificultades económicas que muchas familias están atravesando en el marco de esta crisis. Nosotros implementamos un plan de becas durante la pandemia, que ciertamente han representado un alivio importante a los estudiantes. Esa ha sido una acción concreta para
hacerles saber que, como institución, estamos con ellos y que deseamos que sus sueños no se detengan. Por otro lado, es deber de las universidades asegurar la calidad de sus procesos de formación y transmitir confianza a sus estudiantes y padres de familia para que los procesos de enseñanza aprendizaje se mantengan sólidos, a pesar de no asistir físicamente a las aulas. Por último, es necesario que los estudiantes y sus familias entiendan que estamos viviendo una nueva realidad de la que todos estamos aprendiendo y que debemos adaptarnos a ella de la mejor manera posible, fortaleciéndonos no solo a nivel académico sino a nivel personal y espiritual.
¿Cómo mejorar la educación en Colombia?
Desde la perspectiva de la educación superior es preciso analizar con detenimiento la problemática del entorno, de tal forma que se perciba el panorama como una figura geométrica, a partir de las cuatro aristas del cuadrado: primero; desde lo disciplinar, hay que enfocarse más en lo que
el país necesita y requiere de sus profesionales para poder dar respuestas a las múltiples necesidades que nos aquejan. En la segunda línea, confluyen las necesidades de profesionales que hagan buen uso de los recursos públicos y privados. Tercero, se requieren recursos para que, a través de la ciencia y la tecnología, los estudiantes tengan las herramientas para crear respuestas y así aprender desde la creatividad a resolver problemas. Por último, está la tecnológica con el fin de fortalecer procesos de formación que hagan a los profesionales más propositivos, pero no solo desde lo conceptual, sino desde lo real, ver la problemática de un mundo digital es
abordarla y resolverla.
¿Cómo le está apostando la Universidad a la investigación en ciencias sociales y en tecnología?
La Universidad Santo Tomás ha definido dos campos de acción en los que enfoca su desarrollo en investigación, innovación y transferencia de conocimiento. Uno de estos campos de acción en la sociedad fue definido a partir del análisis de capacidades de talento humano, las fortalezas estructurales y relacionales, así como de identificación de nichos estratégicos de investigación para el país. Desde esta perspectiva, el interés de las ciencias sociales en la Universidad se enfoca en la comprensión, abordaje y solución de las problemáticas relacionadas con el desarrollo humano; contribuyendo a la equidad en la generación de capacidades, la planeación urbana en armonía con la cultura, las posibilidades y diversidades regionales, así como la disminución de las brechas territoriales, la paz y la justicia social. Dichos intereses se encuentran en estrecha relación con la experiencia de la Universidad que cuenta con 49 grupos de investigación categorizados en el área del conocimiento por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias). De esta forma, la Universidad Santo Tomás apuesta por consolidar alrededor del campo de
acción social un centro de investigación que sea reconocido por Minciencias como actor dentro del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Este reconocimiento traerá beneficios en el establecimiento de alianzas y cooperación académica, así como en el acceso a recursos de regalías para la ejecución de proyectos con impacto social.
¿Cuáles son las oportunidades que brinda la Santo Tomás a los nuevos estudiantes?
Al ingresar a la Universidad, los estudiantes neotomasinos cuentan con un programa de acogida e inducción que les brinda herramientas para la adaptación a la vida universitaria, con el fin de generar una red de apoyo en el desarrollo de su formación. Adicionalmente, a través del Taller de
Integración a la Vida Universitaria, desarrollado por el catedrático Henri Didon del Departamento de Humanidades, los estudiantes crean su plan de carrera desde el primer semestre para determinar las acciones específicas con los docentes líderes de acompañamiento de las facultades, con el fin de
lograr su grado oportuno. Igualmente, se determinan estrategias de acompañamiento en cada uno de los cortes académicos durante el primer año y toda la carrera para evitar desempeños bajos que pongan en riesgo su continuidad en la Universidad. Se cuenta con unas pruebas diagnósticas en competencias de lecto-escritura y en matemáticas, lo cual permite identificar el nivel en que ingresan y así determinar un plan de nivelación durante el primer año.
¿Tienen alguna oficina en Bienestar Estudiantil para orientar a los recién graduados de Educación Media a elegir la carrera que más les gusta?
En la Universidad Santo Tomás, la dependencia encargada del proceso de orientación vocacional es el Departamento de Admisiones y Mercadeo. Este programa está a cargo de un grupo de psicólogos y otros expertos; está dirigido a los estudiantes de últimos grados de la educación media, así como
cualquier persona que desee tomar una decisión respecto a su desarrollo profesional y académico. Este proceso no tiene ningún costo. Para acceder a él, la persona realiza su solicitud con el Departamento de Admisiones y posteriormente se envía un examen de orientación vocacional por correo electrónico, en el cual se evalúan los gustos e intereses vocacionales a través de ejes temáticos como los roles y contextos laborales. Esto ha permitido que muchos estudiantes tomen una decisión pertinente en cuanto a su dimensión vocacional de forma profesional y responsable.
Desde su perspectiva, ¿Cómo lograr que las universidades apoyen los proyectos de emprendimiento de los estudiantes?
Las universidades estamos desarrollando esfuerzos para impulsar y apoyar proyectos de emprendimiento al interior de las instituciones. La academia debe jugar un rol protagónico en el desarrollo del emprendimiento en
Colombia y sobre todo del espíritu ético y creativo para generar procesos de conectividad, así como reactivación en todos los ámbitos. Las instituciones de educación superior están adaptando sus metodologías y currículos, con el fin de desarrollar habilidades necesarias para el emprendimiento, la capacidad de resiliencia, el liderazgo y la identificación de oportunidades. Actualmente, la Universidad Santo Tomás apoya los proyectos de los estudiantes, gracias a los programas tanto de acompañamiento y fortalecimiento en los procesos de aceleración, como en concursos internos que ayudan a que el emprendimiento pueda fortalecerse y salir a competir en el mercado.