Esta generación ya se había visto afectada por la crisis financiera hace más de una década.
Aquellos menores de 30 años suelen trabajar en los sectores más afectados por la pandemia, lo que los torna especialmente vulnerables.
La crisis del coronavirus está afectando particularmente a los jóvenes a medida que se agotan sus empleos y se interrumpe la educación, según la Organización Internacional del Trabajo.
Aquellos menores de 30 años suelen trabajar en los sectores más afectados por la pandemia, lo que los torna especialmente vulnerables.
Si bien es un rasgo familiar de las crisis económicas, la situación actual también genera preocupaciones sobre las cicatrices a largo plazo debido a las enormes interrupciones en la formación, dijo la OIT en un informe basado en una encuesta mundial.
"La gran pregunta es cómo afectará esto eventualmente a los jóvenes que llegaran al mercado laboral el próximo año o dentro de dos años", dijo Sangheon Lee, director del Departamento de Política Laboral de la OIT.
Ambos problemas, juntos, significan que "este impacto desproporcionado que ya comenzamos a ver continuará en los próximos años".
Este problema es apenas uno entre toda una serie de desafíos para formuladores de políticas mientras intentan sacar a sus economías de la depresión más profunda registrada.
También muestra como la crisis agrava los problemas de desigualdad, tanto dentro de sociedades individuales como entre las naciones más ricas y las más pobres. Los milenial ya se vieron afectados por la crisis financiera hace más de una década, generando inseguridad laboral y oportunidades reducidas.
También se enfrentaron a una serie de desafíos al inicio de la pandemia, incluida una economía lenta y un aumento de la automatización, dijo la OIT en marzo. Ahora se espera que la falta de vacantes conduzca a una transición más prolongada de los estudios al trabajo, según la organización con sede en Ginebra.
Los trabajadores más jóvenes y aquellos de países con ingresos más bajos también tienen más probabilidades de evidenciar una reducción de su trabajo.
La transición de los campus universitarios al aprendizaje en línea no fue fácil en todo lugar, lo que revelo profundas brechas digitales, especialmente en los países de bajos ingresos, indica la OIT.
Casi uno de cada seis de los encuestados dijo que su educación se había detenido por completo y más de la mitad esperaba que se pospusieran sus estudios.
La encuesta, que se realizó entre 12.000 personas en abril y mayo, también buscó medir el impacto de la crisis en la salud mental de los jóvenes. Uno de cada dos está "posiblemente" sujeto a ansiedad o depresión, y un 17% adicional "probablemente" está afectado.
Esto resalta el vínculo entre "el bienestar mental y el éxito educativo y la integración en el mercado laboral", dijo la organización.
"La mayor sensación de ansiedad y miedo de esta crisis en muchos jóvenes amenaza con retrasar la recuperación en la educación y el empleo juvenil".
La OIT pidió "respuestas políticas urgentes, a gran escala y específicas" para reintegrar a quienes perdieron su empleo en el mercado laboral, por ejemplo, mediante subsidios de contratación o garantías para jóvenes.
Los Gobiernos también deben garantizar que los beneficios por desempleo lleguen a los jóvenes e invertir en infraestructura para apoyar el aprendizaje digital.