La tasa de desocupación para personas de entre 14 y 28 años subió a 29,7%, y las más afectadas fueron las mujeres.
El desempleo sigue marcando máximos mes a mes. El último dato que reveló el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) a nivel nacional, para julio, fue de 20,2%, pero la más reciente publicación de la entidad, que entregó las cifras para el mercado juvenil (personas ocupadas con edades entre los 14 y 28 años) dejó un panorama todavía más preocupante y desalentador.
La tasa de desempleo nacional entre los jóvenes se elevó 12,2 puntos porcentuales durante el trimestre mayo y julio, y llegó a 29,7%. Para este mismo periodo de 2019, el indicador era de 17,5%.
Esto quiere decir que mientras que el año pasado en este periodo había 5,69 millones de jóvenes empleados, para 2020 la cifra cayó a 4,29 millones de este grupo de personas en el país.
Para el caso de los hombres, que hace un año presentaban una tasa de desocupación de 13,9%, el incremento fue de 10,2 puntos porcentuales, y el desempleo juvenil masculino llegó a 24,1%. Para las mujeres, el aumento fue todavía más crítico, y el dato llegó a 37,7%, tras aumentar 15,4 puntos frente al mismo trimestre de 2019.
“Es una tendencia que viene desde hace un tiempo, con la incertidumbre y la cuarentena claramente los primeros en sufrir son los jóvenes y las mujeres”, aseguró Adrián Garlati, docente de la Universidad Javeriana.
De acuerdo con el experto, en el caso de los jóvenes el mercado muestra una preferencia por trabajadores mayores. “El empleador generalmente, al tener que elegir entre una persona joven y otra más adulta, tiene una disyuntiva en la que considera la experiencia, y como supone menos incertidumbre, opta por el que tiene más edad”, explicó Garlati.
Así mismo, Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, indicó que el desempleo juvenil es un fenómeno mundial, pero que la pandemia profundizó. Ante este escenario, programas por los que ha propendido el Gobierno, como normas para homologar experiencia en prácticas y con rutas preferenciales de accesibilidad al trabajo para los jóvenes, han ganado relevancia.
“Estas iniciativas tienen que ver mucho con dificultades de acceso al primer empleo, mucho más prevalentes en las mujeres, porque están en edades gestacionales y por un patrón machista, muchas veces no son elegidas por esto”, resaltó Jaramillo.
Justamente este elemento es el que explica por qué el desempleo femenino, y especialmente el de las mujeres jóvenes, ha seguido aumentando. En el confinamiento, el incremento de las responsabilidades de cuidado, que según Jaramillo, “tendencialmente se asigna a las mujeres”, ha impactado también, incluso, en las cifras de inactividad femenina, eso quiere decir, que ya no solo están empleadas, sino que ya no está buscando tampoco trabajo.
INFORMALIDAD LABORAL
Además de los datos de desempleo juvenil, el Dane entregó también ayer la medición de empleo informal y seguridad social para el trimestre mayo-junio.
La entidad reportó que la proporción de ocupados informales para las principales 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 46,3% para el periodo, levemente por debajo del dato de 46,4% que se presentó en el mismo lapso temporal en 2019. Para el total de las 23 ciudades, la cifra de informalidad fue 47,0%, también inferior a la del año pasado, que se ubicó en 47,6%.
Jaramillo explicó que esa reducción en la informalidad corresponde en realidad a un efecto estadístico: a menor número de ocupados, el dato de informalidad puede llegar a bajar.
“Mucha de la población que aspiraba a encontrar un trabajo ya no figura como desocupado, que quiere decir que está buscando empleo, sino que pasaron a la inactividad, que son aquellos que ya no están interesados en buscar empleo, y eso pudo haber presionado a la baja la informalidad”, explicó el investigador.
Por ciudades, las que registraron una mayor proporción de informalidad fueron Cúcuta (67,7%), Sincelejo (63,3%) y Riohacha (60,8%), mientras que las urbes con menor proporción en este rubro fueron Manizales (37,7%), Tunja (37,9%) y Bogotá D.C. (39,8%).
El Dane también presentó los indicadores de cotización al sistema de seguridad social, que para las 13 ciudades y áreas metropolitanas en el trimestre muestran que 91,1% de los ocupados reportaron estar afiliados a seguridad social en salud y 54,6% reportó estar cotizando a pensión.
LENTAS EXPECTATIVAS DE EMPLEO PARA EL RESTO DEL AÑO
De acuerdo con una encuesta realizada por la empresa de talento humano ManpowerGroup, los empresarios del país prevén una lenta contratación para el último trimestre del año. Así, la expectativa neta de empleo es del -10%, con un 10% de empleadores pronos- ticando un aumento en las nóminas, un 20% anticipando una disminución y un 67% sin esperar ningún cambio.
De otro lado, la investigación revela que la agricultura y la pesca son los únicos sectores con una expectativa positiva de empleo (8%) y que el Pacífico sería la región con mayor contratación. “Hay compañías que se han instalado allí motivados por los beneficios de la Alianza del Pacífico”, explicó Javier Echeverri, presidente de ManpowerGroup Colombia.