Esta especie desaparecerá en el 2100 si el hombre no reduce sus emisiones, advierte un estudio.
Osos polares consumiendo comida de un basurero en Rusia.
Por años, la situación de los osos polares ha sido unos de los ejemplos más elocuentes de los graves efectos del calentamiento global. Con fotografías de osos en los huesos, buscando comida en basureros, quienes luchan por concientizar a la humanidad sobre este drama han conseguido que haya una mejor compresión de la crítica situación del ecosistema del Ártico. Pero el tema empeora día a día y ahora la posibilidad de perder para siempre a un animal único que refleja la salud del planeta ya tiene fecha establecida.
Un estudio que examinó 13 de las 19 subpoblaciones de osos polares del mundo, que representan el 80 por ciento del total de la especie, concluyó que casi toda la población de osos del Ártico se vería aniquilada para el 2100 si las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) continúan como van. Es decir, si se superan las 56 gigatoneladas de CO2 que podríamos alcanzar para el 2030.
Solo en una de las subpoblaciones, en las islas Reina Isabel, en el Ártico de Canadá, lograría sobrevivir para fines de siglo, ya que allí habitan en una zona en la que el hielo marino no se derrite con facilidad y permanece hasta el final del verano. Pero eso solo será posible si las emisiones de GEI bajan.
“Anteriormente sabíamos que los osos polares desaparecerían a menos de que detuviéramos el aumento de GEI. Pero saber cuándo comenzarán a desaparecer en diferentes áreas es fundamental para informar a los gobiernos, construir políticas y llamar a la acción climática”, dijo Peter K. Molnar, investigador de la Universidad de Toronto Scarborough y autor del estudio publicado en la revista Nature Climate Change.
Los investigadores subrayan que aunque lográramos reducir las emisiones como lo ha definido el Acuerdo de París, lo más probable es que la mayoría de las subpoblaciones no logren sobrevivir. ¿La razón? El estudio muestra que ya hay una disminución irrecuperable de hielo, que ya tiene un impacto negativo en los hábitats de los osos y que será imposible de revertir.
Su alimento está en el hielo marino, si este se derrite, los osos polares se quedan sin comida.
“Una vez se cruzan los umbrales, las curvas de impacto se elevan abruptamente, pues unos pocos años de hielo extremadamente pobres ya provocan una disminución no recuperable de la población” y ni hablar cuando “esos años sin hielo sean la norma”, dice el estudio.Su hábitat se derrite
A mediados de julio, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que lo más probable es que durante este 2020 el Ártico se caliente más del doble que la media mundial, cuya temperatura estará un grado centígrado por encima de la de los niveles preindustriales entre el 2020 y el 2024, pero con un 20 % de posibilidades de que en alguno de esos años se eleve a 1,5 grados.
Los científicos estiman que quedan menos de 26.000 osos polares distribuidos en 19 subpoblaciones en Canadá, Alaska, Siberia, la isla Svalbard y Groenlandia. Por el derretimiento del hielo, los osos polares hoy no pueden encontrar suficientes focas para cazar y en tierra firme no cubren su alimentación básica. Por eso ya los hemos visto deambulando en pequeñas comunidades de Rusia casi moribundos, por falta de comida, y escarbando en los basureros de esas poblaciones.
Pese a que el hielo marino se derrite y se derretirá en primavera y verano como siempre ha sucedido, a medida que el Ártico se calienta la extensión del hielo en verano ha disminuido a un ritmo de un 13 por ciento por década, dicen los investigadores. Y mientras más hielo perdamos, más cerca estarán los osos de la extinción.
Algunos se preguntarán: ¿pero cómo es esto posible si los osos están acostumbrados a guardar reservas de energía para momentos difíciles? Los investigadores explican que a falta de hielo y, por tanto, de comida, los osos tendrán periodos más largos de ayuno y menos energía. Y “esto afecta no solo la reducción de su condición corporal, sino su reproducción y la supervivencia en algunas poblaciones”, afirman en el estudio.
Los osos polares han sido considerados mensajeros de los síntomas del cambio climático que afectarán a toda la vida, incluidos los humanos
Esta es una relación que ya ha sido estudiada en años anteriores. Por ejemplo, en la población del mar de Beaufort de Alaska, en una investigación publicada en 2015, biólogos registraron una reducción en la población de osos polares del 25 al 50 por ciento, del 2004 al 2006, durante los periodos de hielo bajos, es decir, cuando los osos se han visto obligados a ayunar por demasiado tiempo.Proyección de vida
Aunque ya se habían hecho predicciones de cuán afectados se verían los osos polares por la crisis climática, no se conocía las fechas en las que sus poblaciones dejarían de existir. Para calcularlo, los investigadores estimaron el peso máximo y mínimo de los osos, y modelaron su gasto energético; así obtuvieron el número límite de días de ayuno que soporta un oso polar antes de que la tasa de sobrevivencia de los adultos y pequeños comience a declinar.
Esto lo combinaron con las proyecciones de días sin hielo hasta el 2100, si las tasas actuales de calentamiento continúan. Así determinaron que para las 13 subpoblaciones el tiempo en que los animales se verían obligados a ayunar excedería su tiempo límite de vida. En pocas palabras, que los animales morirán de hambre.
La falta de hielo y comida afecta no solo la reducción de su condición corporal, sino su reproducción y la supervivencia en algunas poblaciones.
Por ejemplo, un macho de la población de la bahía de Hudson con un peso 20 por ciento por debajo de lo normal al inicio del ayuno sobrevivirá 125 días, en vez de 200 con peso normal. Así las cosas, por falta de energía, lograron establecer que los osos polares de ese lugar y del estrecho de Davis, en Canadá, son “muy propensos” a experimentar una falla reproductiva para el 2040 si las emisiones de GEI no son mitigadas.
Los osos polares en gran parte de Alaska y Rusia estarán en serios problemas para el 2080. Y para el 2100 es inevitable que estas poblaciones experimenten fallas reproductivas, lo que llevará a la extinción si los países no reducen drásticamente las emisiones de gases que atrapan el calor dentro de nuestras atmósfera.
También identificaron que el deshielo es un desafío especial para las hembras que entran en el otoño a sus refugios para parir en medio del invierno y emerger luego en la primavera con sus oseznos. “Deben atrapar suficientes focas para guardar grasa y producir la leche requerida para alimentar a sus pequeños”, explicó Steven Amstrup, coautor del estudio en un comunicado de la ONG Polar Bears International de la que hace parte.
Para Amstrup, esta investigación quiere mostrar el enorme impacto que tienen y tendrán las emisiones actuales. De ahí su llamado a una acción climática más ambiciosa, justo en el momento en el que los países tienen la oportunidad de construir una apuesta de ‘recuperación verde’ para sus economías.
“Los osos polares han sido considerados mensajeros de los síntomas del cambio climático que afectarán a toda la vida, incluidos los humanos. Sabemos que las inundaciones, las sequías y los incendios forestales se volverán más frecuentes y graves a medida que el mundo continúe calentándose, pero los plazos para tales eventos son difíciles de predecir. Mostrar cuán inminente es la amenaza para diferentes poblaciones de osos polares es otro recordatorio de que debemos actuar ahora para evitar el peor de los problemas futuros que enfrentamos todos”, concluyó Amstrup.