Biólogos de la UdeA nombraron su hallazgo como 'Magdalenasaura', en honor a su lugar de origen.
Imagen de Magdalenasaura adercum tomada de noche, de ahí la coloración del ejemplar.
En el interior de un frasco, en el Museo de Herpetología Universidad de Antioquia, se esconde un tesoro sin precedentes para la biología colombiana.
Se trata de 13 lagartos, de entre 12 y 20 centímetros de largo, que fueron colectados durante investigaciones en el oriente antioqueño, la mayoría de ellas llevadas a cabo como parte de las evaluaciones de diversidad biológica cerca de centrales hidroeléctricas, en el año 2015.
Los animales tienen una coloración opaca, y son parecidos a las lagartijas que comúnmente se encuentran en los jardines, pero los rasgos de sus rostros recuerdan más a “pequeños dinosaurios".
Tan pronto las muestras fueron llevadas al Museo, el biólogo Juan Manuel Daza, quien dirige el laboratorio de genética del Grupo Herpetológico de Antioquia, donde hacen análisis de la fauna de reptiles y anfibios colombianos, se puso a la tarea de estudiarlas y pudo constatar que se trataba de ejemplares no asignables a ningún lagarto conocido.
Un ejemplar de Magdalenasaura Leurosquama.
Más tarde, a comienzos del 2018, el investigador José Fang, también biólogo de la UdeA, decidió echar una mirada a aquellos animales. Tras observar detalladamente su morfología notó, con sorpresa, que había dos grupos, cada uno con características particulares que lo diferencian del otro. Sus apreciaciones eran acordes con lo que el profesor Daza había encontrado a nivel genético.
“Vi que posiblemente no se trataba de una, sino de dos especies inéditas de lagartos, lo cual ya era una ganancia significativa”, asegura Fang, quien, en ese momento, constató sus observaciones con los análisis de ADN.
El siguiente paso lógico era describir formalmente a estos animales. “En cuestión de un mes identificamos que entre los dos grupos también había diferencias genéticas significativas, y confirmamos que, en efecto, no teníamos una, sino dos especies nuevas de reptiles para Colombia”, continúa Fang.
Emocionados, los investigadores no se conformaron con sus hallazgos, sino que continuaron estudiando a los pequeños reptiles durante algunas semanas.
Finalmente, y tras detallar sus características, como el número de escamas, y de hacer comparaciones con animales similares, principalmente de Ecuador, llegaron a la conclusión de que no solo estaban ante especies nuevas, sino que había suficiente evidencia como para asignarlas a un género totalmente inédito de lagartos, el cual, además, es endémico del territorio colombiano.Los géneros son las categorías taxonómicas superiores a las especies y sus hallazgos no son habituales.
Un ejemplar de Magdalenasaura adercum.
“Una de las características más importantes para diferenciar a estas especies de las del género más cercano, 'Gelanesaurus', que se distribuyen principalmente en Ecuador, fueron las escamas dorsales, pues de las dos especies nuestras, una tenía las escamas lisas y la otra escamas débilmente quilladas (que tienen una pequeña protuberancia en forma de cresta). Las de Ecuador, en cambio, tienen escamas dorsales fuertemente quilladas y cuentan con unas crestas longitudinales que empiezan en el cuello y van hasta la cola. La otra diferencia estaba en las escamas del costado de la cabeza y que se llaman escamas loreales”, asegura Fang.
Los científicos decidieron nombrar al nuevo género como 'Magdalenasaura', en honor a la región donde fueron encontrados los especímenes y, a las dos especies, como 'Magdalenasaura adercum', palabra que viene del griego 'aderkes' y significa poco visto o inesperado, y 'Magdalenasaura leurosquama', que significa de escamas lisas. Su hallazgo acaba de ser publicado en la revista 'Systematics and Biodiversity', en un artículo del que también es autor el biólogo Juan Daniel Vásquez.
Vásquez explica que este descubrimiento no solo sirve para aumentar el catálogo de la biodiversidad colombiana, sino que ayuda a llenar un vació en el conocimiento sobre los reptiles de la región.
“Lo más parecido a 'Magdalenasaura' se encuentra en el amazonas ecuatoriano, con cientos de kilómetros de separación del oriente antioqueño, donde estas nuevas especies se encontraron. En medio de esta región geográfica tenemos un enorme vacío de conocimiento. Ahora, esta brecha la estamos llenando con estas especies que, además, nos ayudan a hacernos nuevas preguntas sobre evolución y biogeografía”, asegura Vásquez.
Mapa de la zona donde fueron encontrados los ejemplares del género Magdalenasaura.
Lo más parecido a 'Magdalenasaura' se encuentra en el amazonas ecuatoriano, con cientos de kilómetros de separación del oriente antioqueño, donde estas nuevas especies se encontraron
Hasta el momento, es poco lo que se sabe de 'Magdalenasaura adercum' y 'Magdalenasaura leurosquama', pues solamente han podido estudiar pocos ejemplares vivos.
“Lo único que sabemos es que viven cerca de los cuerpos de agua y entre las rocas; posiblemente se alimentan de pequeños insectos. No son fáciles de ver, aunque las posibilidades aumentan de noche, cuando duermen sobre la vegetación”, asegura Vásquez.
La zona en la que viven comprende tan solo tres localidades conocidas en los municipios de San Rafael, Alejandría y Carmen de Viboral. De acuerdo con Vásquez, al contar con una distribución geográfica tan restringida, las especies descritas sirven para mandar un mensaje sobre la importancia de proteger los ecosistemas de la región.
“Con el ritmo tan rápido al que estamos deteriorando la naturaleza los humanos, podemos estar afectando especies que habitan lugares específicos y que, desafortunadamente, podríamos no llegar a conocer. Estos dos lagartos son una prueba de que debemos seguir explorando nuestro territorio”, apunta Vásquez.