Garantizar experiencias adecuadas para los más pequeños es hoy la tarea clave de docentes y familia.
Ante esta circunstancia se deben establecer acuerdos en cuanto a roles, espacios y rutinas para que se atiendan tanto los compromisos laborales como los parentales y maternales.
La suspensión de clases en espacios físicos como medida sanitaria para evitar la propagación del covid-19 trajo consigo para la comunidad educativa -en especial para la de la primera infancia- múltiples interrogantes, sentimientos de incertidumbre e inseguridad sobre qué hacer y cómo continuar el proceso educativo de los más pequeños en casa. ¿Cómo han asumido esta situación jardines infantiles, padres de familia y cuidadores?
Esta contingencia, señala Ángela Correa Céspedes, rectora del Jardín Infantil Stanford de Bogotá, “ha puesto a prueba la creatividad en la búsqueda de estrategias que permitan no solo dar continuidad a los procesos implementados con los niños sino respetarlos en cuanto a su etapa de desarrollo, sus procesos atencionales y sus necesidades a nivel afectivo. Para los niños de 1 a 6 años, lo más importante es el vínculo afectivo, este es el disparador de cualquier proceso de aprendizaje, y sin él atender este momento sería muy difícil”.
Partiendo de este punto, el jardín infantil ha implementado planes escalonados de acompañamiento en conjunto con las familias de los menores, iniciando desde lo más sencillo para ir subiendo el nivel de complejidad cada semana. Lo primero fue sugerir la construcción de una rutina para el día a día en casa.
“En paralelo, enviamos un plan de trabajo en casa, parecido a un calendario, donde encontraban actividades para ser desarrolladas a diario desde las diferentes áreas, las cuales estaban descritas paso a paso, tan sencillas que el cuidador sin importar su edad o preparación las pudiera orientar”, agrega Correa.
Asimismo, han compartido videos con actividades orientadas por las profesoras, las cuales les permitían a las familias tener un poco más cercana la figura conocida para los niños; en forma paralela, implementaron la video llamada para que los niños se pudieran encontrar con sus profesoras y así rescatar ese vínculo tan importante.
A lo largo de esta contingencia, el Stanford inició un encuentro virtual o ‘Circle Time’ con los niños de un grupo con su profesora en el que a través de herramientas tecnológicas en tiempo real podían saludarse, cantar, jugar y expresar cómo se sentían y qué estaban haciendo en casa.
“Esta etapa la vamos a afrontar juntos, por eso buscamos desde el inicio acercar a las profesoras aún más a las familias, a través de llamadas frecuentes, correos electrónicos, chats en vivo. Hemos buscado que las herramientas sean sencillas, de fácil acceso y manejo, porque de lo que se trata es de afianzar al máximo el equipo familia- jardín y así permitir a los niños seguir en sus procesos de aprendizaje”, puntualiza Correa.Tecnología, el gran aliado
Aplicaciones y plataformas educativas, entre otras, hacen parte de las herramientas a las que ha recurrido el Jardín Infantil Bilingüe El Bosque de Bogotá dar continuidad a los procesos de aprendizaje de los más pequeños. “Estamos formando a las familias en educación, generando contenidos para que puedan comprender en profundidad nuestro modelo educativo y aprender a manejar las estrategias que utilizábamos en la presencialidad”, indica Laura Portela, directora pedagógica del Jardín Infantil Bilingüe El Bosque.
La aplicación Zoom la utilizan para generar interacciones con los niños y sus familias; gracias a que el equipo docente se ha adaptado rápidamente a esta situación y a su uso se ha logrado un trabajo en equipo entre familias- jardín infantil.
“Google Classroom ha sido una herramienta que nos permite generar guías de aprendizaje, a través de las cuales diseñamos objetivos de desarrollo y aprendizaje, los compartimos con las familias y sugerimos diversidad en experiencias y materiales que pueden utilizar en casa para desarrollarlas”, añade Portela.Recomendaciones para padres
Esta inusual situación les plantea a los padres de familia múltiples desafíos, en especial para aquellos que teletrabajan, y que ahora deben realizar las labores del hogar.
De acuerdo con Sait Khurama, subdirector nacional campo Neurociencia y Psicobiología del Colegio Colombiano de Psicólogos, ante esta circunstancia se deben establecer acuerdos en cuanto a roles, espacios y rutinas para que se atiendan tanto los compromisos laborales como los parentales y maternales. Estos son algunos de sus consejos:
Establecer con la pareja, si la hay, o con otros miembros de la familia, horarios mediante los cuales haya un equilibrio entre el cumplimiento de las responsabilidades del trabajo y la atención y cuidado de los más pequeños.
Definir roles alternos, de manera que mientras una persona trabaja, otra esté haciendo el acompañamiento de los niños. Este aspecto amerita un plan que incluya actividades de aprendizaje, ocio y para las labores de mantenimiento del hogar.
Adecuar y distribuir espacios para que los momentos de trabajo no sean afectados por los de ocio, juego o invadidos por los pequeños. Esto favorecerá el hacer pausas activas y establecer una atmósfera agradable y productiva para el desarrollo de cada actividad.
Evitar a todo a costa la tentación de dejar que los niños se “conecten” a pantallas sin supervisión. Esto puede dar una falsa idea de tranquilidad, pero las consecuencias de una sobreexposición a estas pueden traer dificultades a mediano y largo plazo.
No subestimar los espacios para jugar con los niños. Durante los juegos ellos aprenden valores como la tolerancia, imaginación y el compartir. La comprensión y la comunicación son dos de los beneficios que tiene el juego con niños y que potenciarán el aprendizaje.