jueves, 10 de diciembre de 2020

Jóvenes deberán esperar hasta 2022 para vacunarse contra la covid-19

Una decena de posibles vacunas se encuentran actualmente en la fase 3 de ensayos clínicos.


La gente joven tendrá que esperar hasta el año 2022 para recibir una vacuna contra la covid-19, ya que la producción inicial deberá destinarse en prioridad a los grupos de más alto riesgo, dijo este miércoles la científica en jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan.

"La gente piensa que el 1 de enero habrá una vacuna y que las cosas volverán a la normalidad, pero las cosas no serán así. Nadie jamás ha producido vacunas en los volúmenes que se necesitarán, así que en 2021 esperamos tener vacunas, pero en una cantidad limitada", aclaró.

Hay un consenso claro para que los primeros vacunados sean los trabajadores sanitarios que están en primera línea de la lucha contra la pandemia y que luego se pase a los ancianos y personas más vulnerables.

"Una persona joven y saludable tendrá que esperar hasta 2022 para ser vacunada", sostuvo la científica. Una decena de posibles vacunas se encuentran actualmente en la fase 3 de ensayos clínicos; es decir, que se están inoculando en grupos de aproximadamente 30.000 personas en lugares donde el coronavirus sigue circulando de forma intensa.

Esta fase de los ensayos clínicos sirve para verificar la eficacia de la vacuna y descartar efectos secundarios graves. En total, cuarenta ensayos de vacuna se encuentran en alguna de las tres fases de ensayos clínicos y 200 está en pruebas de laboratorio, lo que es un claro indicador del interés que tiene el sector farmacéutico y biotecnológico en dar con la buena fórmula.

"Hasta que no tengamos los resultados de la fase 3 no sabremos cuáles y cuántas de esas vacunas serán seguras, efectivas y protegerán por un periodo largo", comentó Swaminathan.

La representante de la OMS anticipó que esos resultados podrían estar listos a inicios del próximo año, después de lo cual se tendrá que cumplir con las normativas para la aprobación de una o más vacunas.

La OMS ha solicitado a todos los que tienen ensayos avanzados tener acceso a sus resultados para poder acelerar la emisión de directivas y regulaciones que podrían aplicarse en todo el mundo.

"Nada debe comprometer los resultados que se obtengan porque se trata de vacunas que serán utilizadas en miles de millones de personas, así que necesitamos estar totalmente seguros de que es la decisión correcta", dijo Swaminathan.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Gatos y perros vulnerables de Pereira ahora tendrán 'Sisbén'

El beneficio aplica para mascotas de ciudadanos de estratos 1 y 2, de la zona urbana y rural de Pereira.



Alcaldía de Pereira

Buscando la protección y el bienestar de animales como perros y gatos de las familias más vulnerables de la ciudad, la Alcaldía de Pereira, lanzó el programa Sisbén para mascotas.

Con este sistema se busca que los seres de compañía sean beneficiados con consulta veterinaria básica, vacunación antirrábica, desparasitación interna, externa y esterilización.

De acuerdo con el alcalde de Pereira, Carlos Maya, la implementación de este programa obedece a una promesa realizada durante su campaña política, el cual será una realidad a través de un trabajo articulado entre la Secretaría de Desarrollo Rural y el Bioparque Ukumarí.

“Establecimos que es necesario que este programa avance para las familias más vulnerables de Pereira, que si bien es cierto tienen una mascota, no tienen la capacidad económica para llevarla a un veterinario, por ello, desarrollamos este programa denominado Sisbén para perros y gatos a fin de que estos animales de compañía reciban atención en salud y de esta manera se garantice su bienestar”, precisó el alcalde de Pereira.

Según explicó el mandatario de los pereiranos, las personas que cuenten con Sisbén en las categorías 0, 1 y 2, pueden inscribir a sus mascotas en las inspecciones de Policía más cercanas a su lugar de residencia en las zonas urbanas y rurales o en las corregidurías de La Florida, Cerritos, Tribunas- Córcega y Combia Baja. 

De acuerdo con Maya, para la realización de este trámite, las personas interesadas deben residir en Pereira, presentar la fotocopia que los acredite como beneficiarios del Sisbén, presentar una factura de los servicios públicos de estrato 1 o 2 que no tenga más de dos meses de vigencia, además de la cédula de ciudadanía del propietario de la mascota.

Para obtener mayor información de cómo vincularse a este proceso, puede solicitarla en las líneas telefónicas de la Alcaldía de Pereira, de la Secretaría de Desarrollo Rural y también del parque Ukumarí.

martes, 8 de diciembre de 2020

Aves migratorias en Colombia: la “visita real” tras un vuelo de treinta días

Especies llegan a Colombia desde el mes de octubre y hasta finales de febrero mientras dura el invierno en países de Norteamérica.

La especie Cardellina Canadensis, conocida también como la reinita del Canadá es un ave migratoria que llega a Colombia desde el mes de octubre.

Una presencia especial se reporta desde el Cauca por estos días. Se trata de un ave, conocida como la ‘reinita del Canadá’, que no supera los diez centímetros y que vuela cinco mil kilómetros durante un mes para ‘pasar vacaciones’ en la zona ecuatorial, hasta que termine el invierno en su país natal. 

Termina septiembre y los sonidos de la reinita del Canadá ya se escuchan en algunos bosques del Suroccidente colombiano. Sus características, señala la bióloga Ana González, son muy particulares pues es “un ave gris por encima, desde la frente hasta la cola y por debajo es amarilla incluyendo el cuello, también tiene un collar estriado negro lo que hace que identificarla en campo sea relativamente fácil”.

La llegada de la especie conocida como Cardelina Canadensis, advierte González, doctora en Ciencias Biologicas y quien actualmente estudia aves migratorias en colaboración con la Asociación Selva y el gobierno de Canadá, se explica porque “mientras en Norteamérica estamos en invierno, estas reinitas están de vacaciones en Colombia, en donde encuentran mejor clima y más comida”.
Biodiversidad y condiciones geográficas

Las primeras especies de la reinita del Canadá, luego de un viaje de 5.000 kilómetros que empezó a principios de agosto, ya se reporta en algunas zonas del Cauca, departamento considerado como el de mayor biodiversidad de Avifauna en el país.

El ornitólogo Fernando Ayerbe, explica que esta región es escogida por las migratorias porque “tiene costas, tiene playas, tiene manglares, tiene zonas lodosas, cuando baja la marea en el Pacífico, entonces llegan muchas aves playeras que son migratorias, también hay bosques donde vienen muchas otras aves bien sea frugívoras o insectívoras a pasar el tiempo”.

Especie en riesgo

La migración mientras dura el invierno en donde nacieron, era notable hacer varias décadas. Como otras especies la reinita del Canadá está amenazada.

“Durante los últimos ocho años hemos trabajado en colaboración con la Organización Selva de Colombia y con el gobierno de Canadá para realizar investigación en las tres cordilleras de los Andes de Colombia con el fin de obtener información que nos permita ayudar a conservar esta especie”, advierte Ana González.

Al igual que esta pequeña ave canadiense el norte de Suramérica será la sede en las próximas semanas de la llegada de miles de aves migratorias. Algunas escogerán a Colombia para quedarse por una temporada.

“Las pequeñas viajan en la noche, entonces las veremos generalmente en la madrugada cuando pasa que amaneció y se escucha cantar en el jardín un ave que no cantaba el día anterior, esa seguramente es un migratoria que acaba de llegar, por eso se recomienda mirar para el cielo, sacar los binoculares y afinar el oído para estar pendientes de las aves que están llegando en su larga migración desde Norteamérica a estas tierras”, agrega Ayerbe.

Además de ser hogar temporalmente para las aves migratorias, por sus montañas en medio de las cuales se forman corrientes de vientos el Cauca también representa una ruta, para otras especies que llegarán más al sur.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Es momento de mejorar la calidad de formación y transmitir confianza a los estudiantes”, rector General U. Santo Tomás.


La emergencia sanitaria que ha vivido el mundo por la pandemia del COVID- 19 no solo ha afectado la economía global sino el modelo educativo presencial que manejan muchos colegios e instituciones de educación superior. Las universidades han tenido que plantear nuevas estrategias para mantener los niveles educativos y de enseñanza, así como capacitar a los profesores y estudiantes para afrontar una transición
hacia la modalidad virtual.

Según la Unesco, unos 24 millones de estudiantes universitarios en América Latina y 1,4 millones de docentes se han visto afectados por el cierre de los recintos. Ante este panorama, muchas de las universidades colombianas optaron por brindar auxilios para evitar la deserción en el segundo semestre de 2020. En diálogo con La Nota Económica, el Padre José Gabriel Mesa, Rector General de la Universidad Santo Tomás, explica los retos que ha enfrentado esta institución ante el posible riesgo de una caída en las matrículas, de las ayudas económicas que ha brindado la institución y del panorama actual de la educación en el país.

A raíz de la emergencia sanitaria que está viviendo el mundo, varios sectores han tenido que replantear sus estrategias. Debido a esto, ¿Cómo está afrontando la Universidad Santo Tomás el cambio de modalidad presencial a la virtual?

La Universidad cuenta con las modalidades presencial, a distancia y virtual para programas de pregrado y posgrado. La oferta de programas bajo cada una de esas modalidades permanece. La diferencia fundamental recae en la modalidad presencial, la cual ha dado continuidad a la rutina académica de las clases, donde un docente se reúne en horario de aula con los estudiantes, para llevar a cabo los contenidos que componen los planes de estudio. Lo que ha cambiado es que están apoyados totalmente por tecnologías de la información y la comunicación. A esto le hemos denominado Presencialidad Mediada por TIC.

¿De qué manera está ayudando la universidad a los estudiantes que no pueden seguir con sus estudios por la pandemia o por la disminución de ingresos?

La Universidad, además de otras ayudas y del plan de becas durante la pandemia, centrándome solo en la sede principal en Bogotá y la Universidad Abierta y a Distancia, ha aportado cerca de 3.000 auxilios, bien de conectividad o de alimentación, tanto a estudiantes inscritos como a otros que no lograron matricularse. La Vicerrectoría Académica General invitó a todos los alumnos a vincularse en espacios académicos intrasemestrales; esto con el fin de garantizar la formación integral de todas las personas que confían en nosotros.

¿Qué cree que se debe implementar desde las universidades para evitar la deserción universitaria?

Es necesario reconocer las dificultades económicas que muchas familias están atravesando en el marco de esta crisis. Nosotros implementamos un plan de becas durante la pandemia, que ciertamente han representado un alivio importante a los estudiantes. Esa ha sido una acción concreta para
hacerles saber que, como institución, estamos con ellos y que deseamos que sus sueños no se detengan. Por otro lado, es deber de las universidades asegurar la calidad de sus procesos de formación y transmitir confianza a sus estudiantes y padres de familia para que los procesos de enseñanza aprendizaje se mantengan sólidos, a pesar de no asistir físicamente a las aulas. Por último, es necesario que los estudiantes y sus familias entiendan que estamos viviendo una nueva realidad de la que todos estamos aprendiendo y que debemos adaptarnos a ella de la mejor manera posible, fortaleciéndonos no solo a nivel académico sino a nivel personal y espiritual.

¿Cómo mejorar la educación en Colombia?

Desde la perspectiva de la educación superior es preciso analizar con detenimiento la problemática del entorno, de tal forma que se perciba el panorama como una figura geométrica, a partir de las cuatro aristas del cuadrado: primero; desde lo disciplinar, hay que enfocarse más en lo que
el país necesita y requiere de sus profesionales para poder dar respuestas a las múltiples necesidades que nos aquejan. En la segunda línea, confluyen las necesidades de profesionales que hagan buen uso de los recursos públicos y privados. Tercero, se requieren recursos para que, a través de la ciencia y la tecnología, los estudiantes tengan las herramientas para crear respuestas y así aprender desde la creatividad a resolver problemas. Por último, está la tecnológica con el fin de fortalecer procesos de formación que hagan a los profesionales más propositivos, pero no solo desde lo conceptual, sino desde lo real, ver la problemática de un mundo digital es
abordarla y resolverla.

¿Cómo le está apostando la Universidad a la investigación en ciencias sociales y en tecnología?

La Universidad Santo Tomás ha definido dos campos de acción en los que enfoca su desarrollo en investigación, innovación y transferencia de conocimiento. Uno de estos campos de acción en la sociedad fue definido a partir del análisis de capacidades de talento humano, las fortalezas estructurales y relacionales, así como de identificación de nichos estratégicos de investigación para el país. Desde esta perspectiva, el interés de las ciencias sociales en la Universidad se enfoca en la comprensión, abordaje y solución de las problemáticas relacionadas con el desarrollo humano; contribuyendo a la equidad en la generación de capacidades, la planeación urbana en armonía con la cultura, las posibilidades y diversidades regionales, así como la disminución de las brechas territoriales, la paz y la justicia social. Dichos intereses se encuentran en estrecha relación con la experiencia de la Universidad que cuenta con 49 grupos de investigación categorizados en el área del conocimiento por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias). De esta forma, la Universidad Santo Tomás apuesta por consolidar alrededor del campo de
acción social un centro de investigación que sea reconocido por Minciencias como actor dentro del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Este reconocimiento traerá beneficios en el establecimiento de alianzas y cooperación académica, así como en el acceso a recursos de regalías para la ejecución de proyectos con impacto social.

¿Cuáles son las oportunidades que brinda la Santo Tomás a los nuevos estudiantes?

Al ingresar a la Universidad, los estudiantes neotomasinos cuentan con un programa de acogida e inducción que les brinda herramientas para la adaptación a la vida universitaria, con el fin de generar una red de apoyo en el desarrollo de su formación. Adicionalmente, a través del Taller de
Integración a la Vida Universitaria, desarrollado por el catedrático Henri Didon del Departamento de Humanidades, los estudiantes crean su plan de carrera desde el primer semestre para determinar las acciones específicas con los docentes líderes de acompañamiento de las facultades, con el fin de
lograr su grado oportuno. Igualmente, se determinan estrategias de acompañamiento en cada uno de los cortes académicos durante el primer año y toda la carrera para evitar desempeños bajos que pongan en riesgo su continuidad en la Universidad. Se cuenta con unas pruebas diagnósticas en competencias de lecto-escritura y en matemáticas, lo cual permite identificar el nivel en que ingresan y así determinar un plan de nivelación durante el primer año.

¿Tienen alguna oficina en Bienestar Estudiantil para orientar a los recién graduados de Educación Media a elegir la carrera que más les gusta?

En la Universidad Santo Tomás, la dependencia encargada del proceso de orientación vocacional es el Departamento de Admisiones y Mercadeo. Este programa está a cargo de un grupo de psicólogos y otros expertos; está dirigido a los estudiantes de últimos grados de la educación media, así como
cualquier persona que desee tomar una decisión respecto a su desarrollo profesional y académico. Este proceso no tiene ningún costo. Para acceder a él, la persona realiza su solicitud con el Departamento de Admisiones y posteriormente se envía un examen de orientación vocacional por correo electrónico, en el cual se evalúan los gustos e intereses vocacionales a través de ejes temáticos como los roles y contextos laborales. Esto ha permitido que muchos estudiantes tomen una decisión pertinente en cuanto a su dimensión vocacional de forma profesional y responsable.

Desde su perspectiva, ¿Cómo lograr que las universidades apoyen los proyectos de emprendimiento de los estudiantes?

Las universidades estamos desarrollando esfuerzos para impulsar y apoyar proyectos de emprendimiento al interior de las instituciones. La academia debe jugar un rol protagónico en el desarrollo del emprendimiento en
Colombia y sobre todo del espíritu ético y creativo para generar procesos de conectividad, así como reactivación en todos los ámbitos. Las instituciones de educación superior están adaptando sus metodologías y currículos, con el fin de desarrollar habilidades necesarias para el emprendimiento, la capacidad de resiliencia, el liderazgo y la identificación de oportunidades. Actualmente, la Universidad Santo Tomás apoya los proyectos de los estudiantes, gracias a los programas tanto de acompañamiento y fortalecimiento en los procesos de aceleración, como en concursos internos que ayudan a que el emprendimiento pueda fortalecerse y salir a competir en el mercado.

domingo, 6 de diciembre de 2020

A final de 2021 las bolsas plásticas de mercado y los pitillos desaparecerán en Canadá

Según las cifras del Ministerio de Ambiente, al año se generan tres millones de toneladas de desechos plásticos y solo 9% se recicla

Un año y tres meses después de que el primer ministro Justin Trudeau manifestó su intención de prohibir ciertos plásticos de un solo uso, y tras realizar diversos estudios sobre esta materia, el gobierno canadiense dio a conocer los seis artículos que saldrán de circulación a finales del próximo año. Bolsas para el mercado, pitillos, cubiertos desechables, recipientes de comida hechos a parir de materiales difíciles de reciclar, anillos de plástico para empaques six-pack, y mezcladores de bebidas, no tendrán más cabida en este país.

“Estos artículos son dañinos para nuestro medio ambiente y su valor se pierde en la economía cuando se tiran a la basura. La prohibición propuesta ayudará a impulsar la innovación en todo el país, a medida que los artículos nuevos, y más fáciles de reciclar, ocupen su lugar en nuestra economía”, argumentó el ministro de Ambiente y Cambio Climático, Jonathan Wilkinson.

A mediados del año pasado Canadá había declarado la emergencia ambiental por el Cambio Climático, y a partir de ese momento el gobierno presentó una agenda verde, cuyo principal objetivo es hacer de este país un territorio libre de emisiones Co2 en 2050, y que, además, incluye la extinción de desperdicios plásticos de aquí a 2030. Inicialmente la prohibición de los plásticos de un solo uso estaba prevista para comienzos del próximo año, sin embargo, la emergencia sanitaria generada por el covid-19 obligó a su postergación.

Tras la reciente aprobación en el parlamento del Discurso del trono, que equivale al plan de gobierno, y que le permite a los liberales mantenerse en el poder, la administración Trudeau materializó la iniciativa, la cual está sustentada en el volumen creciente de los residuos en este país. Anualmente en Canadá se generan tres millones de toneladas de desechos plásticos, de los cuales solo 9% se recicla, mientras que casi 30.000 toneladas terminan en mares, ríos y otros entornos naturales.

En lo que tiene que ver con la generación de residuos plásticos per cápita, Canadá tiene un indicador bajo, 0,9 kilogramos (Kg), en comparación con los 0,34 kg de Estados Unidos. Sin embargo, según cifras del Ministerio de Ambiente, los canadienses usan 15.000 millones de bolsas plásticas al año, lo que equivale a 395 por cada habitante. Además, cerca de 57 millones de pitillos son usados a diario en este país.

A mediados de septiembre algunas organizaciones estadounidenses y canadienses habían emprendido una campaña alertando sobre los efectos que esta medida podría tener en los frentes de la salud pública y el comercio internacional. Por un lado, argumentaban que prohibir los plásticos de un solo uso en medio de una pandemia podría afectar utensilios de protección usados contra el covid. Por su parte, algunos industriales de Estados Unidos escribieron una carta al secretario de comercio de ese país, asegurando que se podría estar incumpliendo lo pactado recientemente en el Usmeca, acuerdo firmado en reemplazo del Nafta.

LOS CONTRASTES

Jonathan WilkinsonMinistro de Ambiente y Cambio Climático

“Estos artículos son dañinos para nuestro medio ambiente y su valor se pierde en la economía cuando se tiran a la basura. La prohibición ayudará a la innovación”.

El listado final revelado por Ottawa no incluye plásticos relacionados con el sector salud. Lo mismo ocurre con otros elementos que han sido polémicos por su uso masivo y su dificultad para ser reciclados, como las tazas desechables para el café. Algunas tiendas venían incentivando el uso de vasos reutilizables, pero lo dejaron de hacer para prevenir el riesgo de contagio del covid. De ahí que esta situación haya podido influir en su no inclusión dentro de la norma. Desde el sector privado se reconoció el valor de la iniciativa, pero se hizo un llamado para mejorar los procesos y la infraestructura disponible para el manejo de residuos.

“Las empresas canadienses reconocen los importantes beneficios de las alternativas a los plásticos de un solo uso y la importancia de impulsar una economía circular en Canadá. Sin embargo, el enfoque debe ir más allá de cuestiones superficiales como las prohibiciones”, dijo Aaron Henry, director senior de la Cámara de Comercio de Canadá.

La norma anunciada por Ottawa abre oportunidades de negocio, ya que se requerirá de nuevas soluciones, que reemplacen el plástico y promuevan un mejor manejo de los residuos. Las estimaciones hechas por el gobierno apuntan a que estas industrias nacientes podrían generar cerca de 42.000 nuevos puestos de trabajo.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Pandemia Qué hacer para que esta generación de jóvenes no se pierda?

El costo de que tantos de ellos no puedan obtener ingresos y tampoco mejorar sus conocimientos es inmenso.


Experiencias anteriores de crisis profundas en países individuales llevan a pensar que la autoestima o el propio ánimo de emprender un proyecto cambian.

Hasta hace apenas unos meses, el calificativo de generación perdida describía ante todo a un grupo de escritores estadounidenses que se afincó en Europa –principalmente en París– en los años siguientes al fin de la Primera Guerra Mundial.

Plumas tan conocidas como Ernest Hemingway, John Steinbeck o William Faulkner fueron bautizadas así por Gertrude Stein en una época en la cual estaban frescos los horrores del gran conflicto y de la mortandad causada por la gripa española.

Ahora el término ha vuelto a ser usado para describir el posible extravío de un conglomerado mucho más numeroso: el de decenas de millones de jóvenes que por cuenta de la pandemia del covid-19 se enfrentan a un presente difícil y un futuro incierto. Y es que para aquellos que están entre los 15 y los 25 años de edad –que en Colombia equivalen a casi una quinta parte de la población–, el camino se volvió mucho más tortuoso.

Esas complicaciones son de diversa índole y van desde el plano laboral hasta el emocional. También involucran la capacidad y el deseo de aprender, junto con el desarrollo de herramientas de relacionamiento social.

Dado que el final de la emergencia causada por el coronavirus todavía puede demorarse un largo tiempo, los expertos señalan que el trauma está lejos de ser temporal. Las preocupaciones sobre las secuelas que dejará esta situación son comunes en la mayoría de los países, por motivos de diversa índole.

No hay duda de que si las alarmas son ignoradas, tendrán incluso efectos políticos por parte de quienes ejercerán su derecho al voto para castigar a partidos y líderes que no lograron –o no supieron– mitigar la crisis.

UN CAMBIO ABRUPTO

Muchos de los afectados tratan, por el momento, de racionalizar lo que les sucedió.
Ese es el caso de Luciana García, quien comenzó 2020 con grandes expectativas de lo que serían sus últimos meses en el bachillerato. “Estaba esperando cerrar esta etapa de mi vida de la mejor manera, disfrutando los viajes, eventos y ceremonias que teníamos en mente”, cuenta.

Agrega que cuando se suspendieron las clases presenciales el 13 de marzo, “todos pensábamos que sería algo de dos semanas, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que ese había sido nuestro último día de colegio”.

El impacto no ocurrió solo en ese momento. “Los planes que tenía se vieron afectados y me tocó cambiar de universidad y carrera. Hoy, en medio de la pandemia y cinco meses después, siento que la incertidumbre es peor y que nada es como pensamos que iba a ser”, concluye esta bogotana de 18 años.

Si bien no faltará quien menosprecie la trascendencia del acto de grado o de despedirse de los compañeros de siempre, los expertos coinciden en la importancia de clausurar ciertas etapas y más esta, que implica el ingreso a la edad adulta.

El choque anímico puede incluso hacer más difícil el aprendizaje para quien desee seguir estudiando, entre otras porque la virtualidad continuará siendo la norma y no la excepción. Y a propósito del aprendizaje a través de herramientas digitales, la polémica sobre su prolongación indefinida no cesa.

Más allá de los temores sobre si los alumnos en edad escolar son vectores de contagio o forman parte de la población en riesgo, abundan las opiniones de quienes señalan que la inasistencia a un salón de clases amenaza el proceso cognitivo y la propia calidad de lo que se dicta, aun para aquellos que cuentan con acceso a un computador y a una conexión de banda ancha.

Mucho peor es la suerte de los que reciben cartillas para que estudien solos, supuestamente con el acompañamiento de sus padres.

Los reportes de diferentes puntos del país sugieren que en las zonas rurales es poco o nada lo que se logra, mientras que en las urbanas hay una enorme disparidad. Debido a ello, la desigualdad en el nivel de la educación recibida –que ya era un problema antes– es mayor ahora.

En palabras de Adolfo Meisel, rector de la Universidad del Norte, para una gran cantidad de niños “este será un año perdido para el aprendizaje escolar, con el peligro de que aumente la deserción”.

Semejante eventualidad puede traer consecuencias profundas y afectar los ingresos de estos trabajadores del futuro.

Tampoco se pueden ignorar los trastornos en el desarrollo de la personalidad, que se pueden hacer evidentes en la edad adulta. Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero experiencias anteriores de crisis profundas en países individuales llevan a pensar que la autoestima o el propio ánimo de emprender un proyecto cambian.

DE BRAZOS CAÍDOS 

Las urgencias comienzan a verse desde ahora. El desplome de la gran mayoría de economías en el planeta les ha pasado una onerosa cuenta de cobro a los jóvenes que habían comenzado su vida laboral, algo que también sucede en Colombia.

Según las cifras del Dane, mientras en junio la población ocupada a nivel nacional disminuyó un 19 por ciento, en el caso del grupo hasta los 24 años de edad el descenso fue de 25 por ciento. Y en ese conjunto de personas, la mayor afectación se dio entre las mujeres, con una descolgada del 36 por ciento.

Adicionalmente, la misma entidad señala que para el segmento de población entre 14 y 28 años, la tasa de desempleo promedio durante el segundo trimestre de 2020 ascendió a 29,5 por ciento, un salto de más de 12 puntos porcentuales frente al mismo periodo del año precedente. En Neiva e Ibagué, el índice superó el 50 por ciento, mientras que para las 23 áreas metropolitanas más grandes, el guarismo llegó a 35 por ciento.

Los líos no terminan ahí. En mayo, Laura Gaitán recibió su grado en Mercadeo y
Relaciones Internacionales de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá, tras haber terminado materias el diciembre anterior. “He mandado mi hoja de vida a centenares de sitios, pero no he conseguido nada”, señala.

Una experiencia similar es la de Laura Manuela Mejía, quien viene de concluir su diplomado en Sistemas de Gestión de la Calidad en el Sena de Armenia y cuya prioridad es conseguir dónde hacer la práctica para poderse certificar. “Mis compañeros y yo estamos en las mismas: a la espera de que nos digan que sí en algún lado”, dice.

Lo anterior quiere decir que no solo ha tenido lugar una destrucción masiva de empleos, sino que muchas puertas están cerradas para quienes llegan por primera vez al mercado laboral.

Parte del problema es que el sector de servicios –que tradicionalmente demanda mano de obra joven– anda a media marcha, por cuenta de la crisis de los restaurantes o la parálisis del transporte y el turismo. Para colmo de males, en los casos en que hay vacantes, las remuneraciones tienden a ser menores.

Stefano Farné, quien dirige el Observatorio Laboral de la Universidad Externado de Colombia, opina que hay opciones como la de financiar pasantías por parte del Estado o ampliar la cobertura de programas como Jóvenes en Acción, aprovechando la virtualidad. “Romper el círculo vicioso de la falta de experiencia es clave”, anota.

Por su parte, el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, señala que tiene el tema entre ceja y ceja. “Aparte de resaltar los alivios tributarios que ya existen por enganchar a un joven, nos estamos moviendo en que las prácticas se asemejen a experiencia laboral o en abrir oportunidades en plataformas digitales”, subraya el funcionario.

FUERA DEL RADAR

Actuar en los frentes de educación y de empleo es fundamental para evitar que se disparen las cifras de lo que se conoce como los ninis. El término hace referencia a los menores de 25 años que ni estudian, ni trabajan ni se capacitan.

Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicado hace un par de años y que lleva el título de ‘Millennials en América Latina y el Caribe’ señala que en la región había 20 millones de jóvenes que entraban en esa categoría. El dato equivale al 21 por ciento de esa población, mientras que en el caso de Colombia la proporción era del 16 por ciento.

En contra de lo que se podría pensar, formar parte de la categoría de los ninis no quiere decir que el ocio sea la forma de vida escogida. De hecho, en lo que atañe al país, dos terceras partes de los que estaban en ese grupo declararon que estaban buscando empleo, el doble del promedio del área.

Además, la gran mayoría afirma colaborar con las labores domésticas o con el cuidado de familiares, algo en lo que tiene que ver la incidencia del embarazo adolescente.

Salta a la vista que pertenecer al segmento en cuestión no es resultado de la libre escogencia, sino de la falta de oportunidades. El costo de que tantos jóvenes no puedan obtener ingresos y tampoco mejorar sus conocimientos es inmenso, pues no solo ahonda aquello que se conoce como trampas de pobreza, sino que constituye nada menos que un desperdicio inmenso de recursos.

Y ese déficit apunta a ser muchísimo mayor ahora que la pandemia les cambió las condiciones a los que pertenecen a las nuevas generaciones. Por ese motivo es tan importante buscar el retorno a la normalidad –con las precauciones de bioseguridad conocidas– tan pronto como se pueda.

De lo contrario, puede incubarse una frustración que fácilmente llevaría a sentimientos de rabia. Esta puede expresarse en el ámbito individual o familiar, a través de la falta de motivación, la agresividad o el aislamiento.

También hay que pensar en lo colectivo. Dado el clima de agitación social que ya se expresaba en las calles a finales del año pasado, no resulta exagerado afirmar que la turbulencia puede ser mucho mayor a la vuelta de unos pocos meses.

Pero una cosa es la protesta ciudadana cuando su génesis tiene que ver con el inconformismo y otra cuando está relacionada con la desesperación.

Para decirlo con franqueza, hay una gran diferencia entre exigir que las cosas se hagan bien y actuar con propósito de revancha en contra de las instituciones o de aquellos que parecen indemnes a la crisis.

Usualmente los jóvenes latinoamericanos –y eso lo confirma el trabajo del BID– han tenido un talante optimista que se expresa en la confianza de que vendrán tiempos mejores. Si esa actitud es remplazada por la desesperanza, se abre la posibilidad de cambios abruptos que se salgan incluso de los canales democráticos.

En conclusión, hay que buscar soluciones ante las dificultades que atraviesan los menores de 25 años, sin importar si muchos de ellos votan o no.

La razón no es solo la de evitar escenarios indeseables, sino sobre todo de carácter ético: consiste en actuar con responsabilidad para salvaguardar a quienes están en condición de vulnerabilidad por cuenta de un verdadero evento catastrófico.

Una buena mezcla de políticas públicas con el respaldo del sector privado evitará que el desenlace sea el de la generación perdida. Reacciones a tiempo y correctivos oportunos permitirán convertir las debilidades actuales en fortalezas, los temores en certezas y el complejo presente en un porvenir prometedor.

Atender el llamado silencioso de aquellos que tienen toda la vida por delante no es una opción, sino una obligación con nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. A fin de cuentas, el futuro es de ellos. Lo ideal es que no lo encuentren hipotecado.

viernes, 4 de diciembre de 2020

El rector de la Javeriana afirmó que los auxilios otorgados a sus estudiantes han representado cerca de $33.660 millones

Las universidades, y la educación en general, están viviendo un proceso de transformación que tendrá como resultado un modelo con un balance entre la virtualidad y la presencialidad. Jorge Humberto Peláez Piedrahita, rector de la Pontificia Universidad Javeriana, aseguró que las cuentas que hacían de estudiantes para este segundo semestre no eran buenas, pero se llevaron una gran sorpresa al ver que este periodo académico el número de estudiantes de pregrado bajó 4,5% y en posgrado subió 3,9%.

¿Qué variación tuvo el número de estudiantes?

Las especulaciones que hacíamos en universidades públicas y privadas, al comienzo de la pandemia eran aterradoras y finalmente los resultados fueron más positivos.

En el segundo semestre del este año, tuvimos una disminución de 9,4% en neojaverianos en pregrado y en posgrado las matrículas bajaron solo 0,1%. En términos generales, consolidando la información de antiguos y nuevos, la población total de pregrado bajó 4,5% y en posgrado subió 3,9%.

LOS CONTRASTES

Jaime AriasRector Universidad Central

“La coyuntura nos ha llevado a cambiar la estructura y soportarla en tecnología integral, porque no solo se trata de adquirir o utilizar plataformas”.

¿Cuántos estudiantes tienen actualmente?

En números redondos tenemos 18.000 alumnos de pregrado y 4.000 de posgrado, para un total de 22.000 estudiantes.

¿Cuáles fueron las carreras en las que más se disminuyeron las inscripciones?

Las ingenieras han venido en crisis desde hace años, menos en China e India. Para el segundo semestre de 2020 habíamos logrado una reforma curricular importante, pasando de 10 semestres a ocho en ingeniería, y la creación de nuevas carreras en medicina como mecatrónica y bioingeniería, entonces esto nos ayudó a balancear y a estabilizar.

¿Cómo le fue al periodismo?

En un momento de redes sociales y de un mundo interconectado, esta es una carrera muy exitosa. Van apareciendo con fortaleza el tema de nuevos medios y el periodismo científico ante la imprecisión de los datos sobre los efectos de la pandemia, las vacunas y demás.

¿Cómo se vio la deserción?

No hubo mayores diferencias frente a un año normal, pero sí una tendencia de pasar de matrícula completa a media matrícula. Allí jugó un papel muy grande el tema de financiación, pues en este momento 65% de los estudiantes son estratos 3 y 4.

¿Cuánto representan los alivios otorgados a los estudiantes para la universidad?

Los alivios que hemos otorgado a nuestros estudiantes representan cerca de $33.660 millones hasta el momento. Los apoyos por alimentación han sido por $583 millones; el 5% de descuento en la matrícula por pronto pago significó $4.596 millones; las becas de 50% de matrícula, sobre todo en carreras con menor demanda, $984 millones.

Asimismo, el plan rescate, que les permite pagar 30% del semestre ahora y el restante al final de la carrera, $3.862 millones; los créditos a corto plazo para 2.535 estudiantes, $22.000 millones; y los convenios con entidades, como las Fuerzas Armadas, por el número de estudiantes, casi $1.636 millones.

¿Cómo se ve el futuro de la educación?

La revolución digital llegó para quedarse, pero eso no significa que la presencialidad no siga siendo la columna y el elemento fundamental, principalmente en los pregrados.

La virtualidad nos ofrece grandes posibilidades. Entre marzo y abril se dio un paso a lo digital de emergencia, después de esto se ha dado una sofisticación en el uso de las herramientas digitales. Organizamos modelos de capacitación virtual para el profesorado de la universidad, pues no es solo colgar material en internet.

¿Habrá un retroceso en la educación por la pandemia?

Si hablamos de los niños y niñas, los expertos dicen que habrá un retroceso en los procesos de socialización. Pero en el caso de los estudiantes universitarios, por lo menos lo que veo en la entidad, no puedo hablar de un retroceso. Hubo uno acomodación que nos costó a todos, un ajuste duro para estudiantes y profesores, pero no se habla de un retroceso, sino que esto nos obligó a reinventarnos, aunque el verbo ya esté muy desgastado.

¿Qué necesitan las universidades ahora?

Hay cuatro aspectos importantes para que las universidades salgamos fortalecidas. El primero es la institucionalidad, es importante tener un órgano de gobierno unido y trabajando en pro de la universidad.

El segundo es invertir en infraestructura tecnológica, pero acompañar eso con un plan de desarrollo tecnológico, no es solo comprar equipos.

El tercero es el flujo de caja, se necesitan recursos económicos y nosotros logramos manejar nuestras finanzas para mantener el salario de nuestros profesores y ayudar a los estudiantes.

El cuarto es una visión estratégica de planeación, saber cuáles son los pasos que se deben tomar, en qué momento darlos y para dónde va la entidad.

El perfil

El Padre Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J. obtuvo las licenciaturas en Filosofía y en Teología, y su maestría en Ciencias Políticas en la Pontificia Universidad Javeriana. Es doctor en Teología Moral de la Universidad Gregoriana, de Roma. Desde 1981, cuando culminó sus estudios doctorales, se vinculó a la Javeriana, donde ha trabajado ininterrumpidamente durante 39 años. Como resultado de su actividad académica y pastoral, ha publicado 8 libros y numerosos artículos.

Fue Decano del Medio Universitario en las Facultades de Teología y Medicina, y Vicerrector Académico en Bogotá y en Cali; ocupaba el cargo de Rector de la Seccional cuando fue nombrado Rector de la Sede Central. Desde el 28 de febrero de 2014 es Rector de la Pontificia Universidad Javeriana. Desde octubre de 2014 hasta octubre de 2016 fue presidente de la Asociación Colombiana de Universidades ASCUN. Actualmente es Representante de las Universidades Privados en el Consejo Nacional de Educación Superior.