miércoles, 7 de marzo de 2018

Policía pide endurecer políticas frente a delincuencia juvenil

General Jorge Nieto, director de la Policía, apoya decisión de prohibir parrillero hombre en moto. 


El general Nieto advierte que el microtráfico en todas las ciudades ha repercutido en el aumento de otros delitos.

El año pasado, casi 18.000 menores de edad fueron detenidos por la policía cuando cometían delitos. La mayor parte de ellos volvieron a las calles a las pocas horas, y los casos de reincidencia son numerosos. Por realidades como esa, que impactan la seguridad de los ciudadanos de a pie en todo el país, el general Jorge Hernando Nieto, director de la Policía, asegura que es necesario revisar las normas para impedir la instrumentalización criminal de los jóvenes.

¿Por qué está disparado el hurto en el país?

La Policía Nacional jamás minimizará los problemas. Tenemos un incremento en el hurto a personas, que es uno de los delitos que más mortifican al ciudadano. A eso se suma la violencia con que actúan los delincuentes, que cobra hasta la vida de personas inocentes, como el joven asesinado en el sector de Kennedy por una bicicleta. Pero, pese a este grave problema, también es cierto que 2017 fue el año más tranquilo de Colombia en las últimas cuatro décadas: se redujo el homicidio en un dos por ciento, al pasar de 12.164 a 11.901 casos. Incluso, en 297 municipios no hubo una sola muerte violenta. El secuestro y las lesiones personales bajaron un 6 por ciento; el hurto a residencias y comercio, un 3 por ciento; el hurto de vehículos, un 21 % y el hurto a entidades financieras, un 17 por ciento. Indiscutiblemente, el delito prospera por diversas causas. Un fenómeno que hemos priorizado es el microtráfico, porque no solo envenena a nuestros jóvenes, sino que es generador de muchos tipos de violencia, como sicariato, extorsión y lesiones personales.

Indiscutiblemente, el delito prospera por diversas causas. Un fenómeno que hemos priorizado es el microtráfico, porque no solo envenena a nuestros jóvenes 

¿Qué se está haciendo para frenar la escalada de robos?

Prevención, investigación y la inteligencia. El objetivo es desarticular estas redes criminales, ubicando, identificando y capturando a ese delincuente operador que está en la calle, al receptador y al cerebro de la organización. El Plan Metrópoli es un esfuerzo a nivel nacional contra el hurto en las modalidades que afectan directamente al ciudadano. Llevamos una línea investigativa muy de la mano con la Fiscalía y con las alcaldías de cada ciudad para identificar e impactar los lugares en donde están los focos de criminalidad que afectan a la ciudadanía.

¿Y los resultados?

Con la Fiscalía trabajamos en dos direcciones: por un lado venimos desarticulando de manera focalizada y estructural estas bandas criminales, lo que nos ha permitido en enero reducir un 11 por ciento este delito; y, de otro lado, venimos fortaleciendo campañas preventivas. En Bogotá, por ejemplo, tenemos a 100 de los mejores investigadores de la institución trabajando concentrados en identificar y atacar las estructuras delictivas en la ciudad.

¿La prohibición del parrillero en moto sirve?

Lo más importante es no descartar ninguna estrategia que nos permita hacerle frente al delito. Esta medida ha funcionado en varias ciudades, y por eso nos parece importante efectuar un plan piloto sectorizado en Bogotá, al término del cual se evaluará y se determinará si la medida es efectiva o no.


Esta medida ha funcionado en varias ciudades, y por eso nos parece importante efectuar un plan piloto sectorizado en Bogotá 

¿Qué frentes deben revisarse en la lucha contra la criminalidad?

Sin lugar a dudas, la instrumentalización de menores de edad y la reincidencia.

¿A qué se refiere con instrumentalización de menores?

La utilización de menores de edad en redes criminales para que cometan delitos, como robo, comercialización de estupefacientes e, incluso, homicidios, con el beneficio de que pueden recuperar la libertad de forma rápida o no ir a la cárcel en su calidad de menores.

¿Y, en este caso, qué se puede hacer?

En el marco de la política criminal, este es uno de los elementos que estamos analizando permanentemente. Hay que revisar qué está pasando. El año pasado tuvimos 17.579 casos en los que hubo participación de menores en calidad de infractores de la ley penal. Pronto tiene que haber un ajuste de la normatividad en ese sentido en Colombia.

¿Y con los reincidentes?

La reincidencia es una situación que nos preocupa. Una de las soluciones claves está contemplada en el proyecto de Ley 014 que lidera el Ministerio de Justicia en el Congreso, que les quita a los reincidentes beneficios jurídicos y además se fortalece el sistema carcelario. Hoy existe un desgaste para la autoridad y para el policía que realiza la captura. Las normas que están en curso buscan celeridad y efectividad en la aplicación de justicia para frenar el accionar de los llamados reincidentes y asegurar que vayan a la cárcel.

¿Por qué, pese a todos los anuncios, no para el robo de celulares? 

Es innegable que el hurto de celulares es un fenómeno que necesita ser enfrentado con mayor contundencia porque se convirtió en un delito transnacional. Para ser más efectivos tenemos que eliminar el duplicado del Imei y continuar con procesos de extinción de dominio sobre los locales que compran y venden celulares robados. En ese sentido venimos trabajando con los tres operadores y el Ministerio de las TIC. Lo fundamental es que entendamos que la seguridad y la convivencia son responsabilidad de todos y que nos unamos como sociedad para derrotar a los delincuentes, porque la indiferencia es la máxima aliada del delito. También hay que invertir más en tecnología, tal como lo vienen haciendo la mayoría de ciudades con la implementación de cámaras. Es necesario avanzar en la creación o fortalecimiento de centros de comando, control, comunicaciones y cómputo, como el que inauguramos en Bogotá en noviembre pasado.

Lo fundamental es que entendamos que la seguridad y la convivencia son responsabilidad de todos y que nos unamos como sociedad para derrotar a los delincuentes 

¿Con más policías se arregla la situación? ¿Cuál es la realidad del pie de fuerza?

Es fundamental fortalecer las operaciones de inteligencia y de investigación criminal, tal como lo venimos haciendo. Pero es claro que se necesitan más policías. Por eso, dentro del proceso de modernización y transformación institucional está contemplado incrementar en 50.000 el número de policías en los próximos 10 años, incluidas 10.000 mujeres. También es necesario invertir más en tecnología y en labores de prevención, así como en trabajo con las comunidades.

martes, 6 de marzo de 2018

Por qué se agreden los estudiantes como pasó en Medellín?

El experto en educación, Julián De Zubiría Samper, analiza los hechos sucedidos en el INEM de Medellín. “Lo más triste de esto es la presencia de las demás compañeras, mientras grababan, se reían y se burlaban de la víctima”.


Un video en el que una estudiante de doce años del INEM de Medellín es apuñalada por unas compañeras se viralizó en las redes. Es difícil contener el llanto cuando se observa una situación tan dramática y triste: La niña es inmovilizada, al parecer por alguien mayor, mientras una compañera le corta el pelo y le clava un arma blanca en su pulmón. Hoy la estudiante está fuera de peligro y las autoridades en Medellín están analizando la situación para tomar las medidas correspondientes. Aun así, quisiera partir de este doloroso hecho para reflexionar a partir de algo que refleja dramáticamente una tragedia a la que no le hemos prestado la atención que merece: la enfermedad de la intolerancia, que se enquistó en las últimas décadas en la sociedad colombiana y que ha sido maquiavélicamente alimentada con propósitos electorales, que terminan siendo de una crueldad similar a la de las niñas que clavaron un puñal a su compañera.

La ira ha terminado por enceguecer a amplios grupos de personas en el país y la adicción al poder ha llevado a algunos políticos a concluir que “todo vale” si de lo que se trata es de mantenerse o de retornar al poder. El propio Nicolás Maquiavelo se sonrojaría de ver lo que son capaces de hacer algunos políticos colombianos.

Según Medicina Legal, en Colombia la mitad de los homicidios que se cometieron entre los años 2014 y 2015 fueron perpetrados por alguien que conocía a la víctima. Previamente, los victimarios habían interactuado de diversas formas con ellas. Por lo general, eran el esposo, un amigo, un familiar o un vecino. En la mayoría de los casos, las agresiones mortales se presentaron mientras los implicados se encontraban departiendo o tomando licor en medio de una actividad deportiva o recreativa.

La guerra y las mafias destruyeron el tejido social y debilitaron la confianza. A consecuencia de ello, dejamos de lado la empatía, no aprendimos a escuchar los argumentos, a ponernos en el lugar de los otros; y mucho menos, a respetar a quienes piensan, sienten o viven de manera diferente a nosotros.

Es triste reconocerlo, pero una de las marchas más grandes de los últimos años en el país se adelantó en agosto de 2016 con el fin de garantizar que los colegios no tuvieran que acatar la Constitución Nacional de 1991 y pudieran excluir a los homosexuales de sus aulas. Es la consecuencia oculta de haber construido una de las sociedades más excluyentes, desiguales y segregadoras. Según las Naciones Unidas, somos el segundo país más inequitativo de América Latina y el sexto en el mundo. Pero la mayoría de los colombianos no lo sabe; peor aún, cuando se entera, le es indiferente.

La Encuesta Mundial de Valores del año 2015 destaca que en Colombia tan solo confiamos en el 4% de las personas que nos rodean, en tanto esta misma pregunta es resuelta favorablemente por el 63% de los habitantes de China y por el 67% de los de Suecia. Mientras no cambiemos esto, no será posible construir una nación que respete el carácter sagrado de la vida. El trabajo en equipo y los proyectos nacionales no serán viables mientras no elevemos la confianza entre los colombianos.

Por ello, lo que más entristece del criminal acto de matoneo de las estudiantes que salían en días recientes de su jornada escolar en Medellín es que éste se realizara en presencia de las demás compañeras, mientras grababan, se reían y se burlaban de la víctima. Cuando esto pasa es porque la sociedad tocó fondo y se acostumbró a los actos de violencia, los cuales termina por considerar “naturales”. Sociológicamente, lo que sucede es que, como en Colombia han sido tan frecuentes las violaciones a los derechos humanos, los secuestros, los actos terroristas y los asesinatos, los colombianos hemos terminado por “endurecer el corazón” para no afectarnos ante cada nueva masacre o ante el uso de la motosierra para partir en pedazos a un líder social que alguien con mucho poder en la zona quiere desaparecer. Por ello, cuando vemos en la calle un robo, una agresión o un despojo, la mayoría de colombianos somos indiferentes. Miramos para otro lado y continuamos nuestra marcha. No actuamos, somos indolentes.

Por eso, aunque estemos ante la organización de un macabro y sistemático plan de asesinato de líderes sociales, el país todavía no ha sido capaz de protegerles la vida. El propio ministro de defensa, de la manera más irresponsable, señaló que el problema era en realidad un “lío de faldas”. Vaya lío, porque cientos de líderes que luchan para que les devuelvan la tierra expropiada en la guerra y revendida a ganaderos de las zonas han sido asesinados en los mismos lugares en los que previamente hacían presencia las FARC. Como también lo han sido los líderes ambientalistas que se oponen a la llegada de la minería ilegal o cultivadores de coca que los narcotraficantes envían como “carne de cañón”. En total, más de 180 líderes han sido asesinados en los dos últimos años y el país continúa indiferente. Razón tenía Gandhi cuando decía que no le preocupaba la maldad de los malos, sino la indiferencia de los buenos.

Es imposible en una pequeña nota periodística rastrear los diversos elementos que nos llevaron a una situación de semejante indolencia ante la muerte, pero, sin duda, un elemento esencial fue la convivencia con la guerra más larga y cruenta de América Latina durante el siglo XX. La población se insensibilizó frente a la muerte. Por ello, los sicarios cobran tan poco dinero en Colombia. Por eso, la vida ha perdido parte de su valor sagrado, como lo saben 4.732 madres que aun buscan a sus hijos desaparecidos en asesinatos conocidos en la prensa con el eufemismo de “falsos positivos”. Por lo mismo, algunos la arriesgan tan solo para evadir el pago de los $2.300 que cuesta un viaje en Transmilenio.

Se generalizaron las masacres y se volvieron cotidianos actos terroristas y violaciones a los derechos humanos. Llegamos a ser el segundo país con mayor número de secuestrados y de desplazados. La mitad de los líderes sindicales asesinados en el mundo lo fueron en un solo país. Ese país se llama Colombia; y la mayoría no lo sabe o le es indiferente. Una tragedia de magnitudes inimaginables se apoderó del país.

La entrega de las armas, la desmovilización de guerrilleros y el proceso con las FARC no han disminuido el problema anterior. Aunque es difícil de explicar, la intolerancia ha aumentado y no debería haber duda: los intereses electorales explican, por lo menos en parte, este paradójico fenómeno.

En los últimos años un sector de la clase política ha convertido el miedo, la sed de venganza, la mentira y el odio en armas electorales. El miedo ha sido muy utilizado en la historia política mundial. Los dictadores parecen haber sabido siempre que grupos poblacionales con ínfimos niveles de lectura, interpretación y análisis, son fácilmente manipulables. Por ello, la mayoría de los gobiernos autoritarios primero venden miedo y luego se presentan como la solución a los miedos que ellos mismos han creado.

Por lo anterior, el video grabado a las afueras del colegio INEM donde una niña es apuñalada evidencia la enorme irresponsabilidad de quienes han alimentado el odio y la sed de venganza. Su irresponsabilidad es inimaginable y la historia muy seguramente será implacable cuando se haga evidente que lo que hay detrás de esa incitación al odio y la venganza son simplemente estrategias electoreras del más bajo nivel. Ojalá no tuviéramos que esperar décadas para reconocerlo y unas elecciones parlamentarias bastaran para rechazar a quienes nos quieren devolver a un pasado lleno de violencia, odio y exclusiones. Desafortunadamente, un país que lee e interpreta tan poco es fácilmente manipulable con miedos y emociones primarias como las de la ira o la venganza.

Como sabemos psicólogos y educadores, las enfermedades emocionales requieren de mucho tiempo, trabajo conjunto y orientación para sanar; sólo se curan con mediación de calidad y apoyo de los más cercanos. No hay que olvidar que un cambio nunca se logra si el enfermo no es consciente de su enfermedad o si no se esfuerza por superarla. Por ello, comencemos por reconocer que la intolerancia a la que nos han conducido los políticos es una enfermedad de la que los únicos beneficiados son ellos. Según esto, es la sociedad civil con su voto la que de mejor manera puede decidir si continuamos envenenando nuestras relaciones o si nos decidimos por un gran pacto nacional en defensa de la vida y la reconciliación; pacto que debería empezar por garantizar que no sea asesinado ni un solo líder social más, ya que, al asesinarlo, sus victimarios también nos quitan un poco de nuestras propias vidas y de la democracia que decimos defender.

Reconstruir el tejido social y fortalecer la tolerancia son tareas inaplazables para la sociedad colombiana actual. Ello demandará mayor compromiso de los padres, los medios masivos de comunicación, los políticos y los educadores. La educación es el camino para alcanzar la paz, pero ella no sólo está a cargo de los educadores.

lunes, 5 de marzo de 2018

10 consejos para hacer que sus hijos sean más inteligentes

Una de las principales preocupaciones de los padres suele ser cómo ayudar a sus hijos a desarrollar sus habilidades al máximo. Le contamos algunas recomendaciones de los expertos para lograrlo.

 
El filósofo Eric Baker se dedicó a explorar la ciencia detrás de la felicidad de los niños y los tipos de paternidad que funcionan mejor. La revista TIME publicó algunas de las claves que descubrió Baker durante su investigación para que los niños desarrollen su inteligencia al máximo. Le contamos cuáles son.

Llévelos a clases de música:

Un estudio publicado en el periódico Psychological Science afirma que la música mejora el IQ (coeficiente intelectual). En una comparación entre dos grupos de niños, "aquellos que estaban en el grupo de música mostraron mayores incrementos en el IQ". 

Aunque el efecto es pequeño, es generalizado en diferentes mediciones de inteligencia y le da a los estudiantes diferentes ventajas de aprendizaje en el salón de clases. 


"Los cerebros de los músicos están desarrollados de tal forma que los mantiene alerta e interesados en aprender, dispuestos a ver las cosas con calma y objetividad", afirma otro estudio publicado en Expertsvar, en Suecia.

Incentive que hagan deporte:

Los beneficios de tener una vida activa son amplios. Incentivar una rutina que incluya deporte le traerá a sus hijos beneficios por el resto de su vida y les ayudará a tener un mejor desempeño académico. 

"Tener un buen estado físico incrementa su habilidad de aprender", afirma Baker. Un estudio Alemán titulado Spark: La revolucionaria ciencia del ejercicio y el cerebro, encontró que la velocidad con la que los niños retienen vocabulario aumenta en un 20% después de que hacen ejercicio. 

Baker explica que "una rutina de ejercicio constante durante tres meses incrementa en un 30% el flujo sanguíneo en la parte del cerebro que está enfocada en aprender y memorizar" y que es un mito que los estudiantes deportistas no tienen tiempo para enfocarse en lo académico.

No le lea a sus hijos, lea con ellos:

Aproveche el momento en el que está con sus hijos para reforzar sus habilidades lectoras. "Cuando su hijo esté aprendiendo a leer, no se limite únicamente a mostrarle las imágenes en los libros, mientras usted hace toda la lectura", advierte Baker. Y añade: "Enfoque su atención en las palabras y letras".

Compartir la lectura prestando especial atención a las estrategias y habilidades de sus hijos es una forma de promover la capacidad de alfabetización, incluso en niños con desventajas. Esto, además, aumentará la confianza de sus hijos y les permitirá desenvolverse mejor en el aula de clase.
Evite que pierdan horas de sueño

"Hay una correlación entre las calificaciones y la cantidad promedio de sueño", advierte Baker. Incluso, 15 minutos hacen la diferencia; dos estudios norteamericanos lo comprobaron.

"Los adolescentes que tenían los puntajes más altos dormían en promedio 15 minutos más que aquellos que tenían un puntaje medio, quienes a su vez dormían un promedio de 15 minutos más que aquellos que tenían un puntaje bajo", concluye un estudio de la investigadora Kyla L. Wahlstrom. Los resultados fueron casi exactos a los de un estudio realizado en Rhode Island a más de 3.000 alumnos. 
La autodisciplina es más importante que el IQ

"Los estudiantes que ejercieron altos niveles de fuerza de voluntad tenían más probabilidades de obtener calificaciones más altas en sus clases y ser admitidos en universidades más exigentes", concluye Charles Duhigg en su libro El poder de los hábitos: porqué hacemos lo que hacemos en la vida y en los negocios.

Según Duhigg, "la autodisciplina tiene un mayor efecto en el rendimiento académico que el talento intelectual", Es decir que si su hijo es aplicado y constante, sus oportunidades de lograr el éxito pueden superar a las de niños más inteligentes. "La determinación y pasión por cumplir las metas son fundamentales a la hora de lograr objetivos”. Para esto es importante crear rutinas que generen hábitos de estudios e incentivar el aprendizaje por fuera del aula. Entender que no todos los niños tienen las mismas pasiones y enfoques es también fundamental a la hora de pensar las rutinas.


Aprender es un proceso activo

"Nuestros cerebros evolucionan haciendo cosas, no escuchando sobre ellas", dice Dan Coyle, autor del libro El código del talento. "Hay una regla de dos tercios. Si por ejemplo usted se quiere memorizar un poema, es mejor pasar el 33% del tiempo leyéndolo y el otro 67% del tiempo evaluando ese conocimiento". 

Es por esto que se recomienda que en la rutina de estudio de sus hijos incluya un tiempo para evaluar lo que está aprendiendo. Siéntese con él, pregúntele qué proceso matemático está usando para su tarea o pídale que le explique el proceso de fotosíntesis. Esa conversación le permitirá saber en dónde están las fortalezas de su hijo y en qué puede estar teniendo dificultades.

Cuide su alimentación 

Una alimentación balanceada es clave para el desarrollo integral de su hijo. Es, además, una manera de contribuir a que su nivel académico se mantenga alto. Sin embargo, es común que los niños se emocionen con comida ‘chatarra‘ o dulces y que sus padres utilicen esto como una especie de premio por buen comportamiento.

Eric Baker afirma que esto es una equivocación. "Por supuesto que el ideal sería que los niños se alimentaran de manera saludable todo el tiempo, pero la realidad es otra", dice este filósofo, quien añade que "la ironía es que los niños suelen comer comida ‘chatarra‘ en los momentos equivocados".

Según Baker, un desayuno alto en carbohidratos y fibra permite una mayor concentración y ha sido probado que mejora el rendimiento. Además la glucosa "podría tener efectos positivos en el rendimiento cognitivo".

Los niños felices tienden a ser más exitosos

Baker explica que los niños felices tienen más probabilidad de convertirse en adultos exitosos y el primer paso para criar niños felices es ser padres felices. Tómese tiempo para usted, salga con sus amigos, reúnase con su familia, esfuércese por tener momentos de tranquilidad en medio de la rutina. 

La inteligencia emocional, el optimismo y la importancia de las relaciones interpersonales son cosas que también son importantes en la crianza de sus hijos. "La inteligencia emocional es una habilidad, no es algo con lo que se nace", dice Baker. Es importante enseñarles a reconocer y manejar sus propios sentimientos, para que puedan relacionarse de manera saludable con las personas que los rodean.

Los grupos con los que se relaciona su hijo son importantes

El grupo de amigos y compañeros de su hijo tiene un gran impacto en su desempeño académico. Un estudio de la Universidad de Dartmouth comprobó que "cuando los estudiantes con malas calificaciones comparten cuarto con alumnos con mejores calificaciones, su promedio incrementa". Según esto, la influencia de los amigos aplica tanto para buenos como para malos hábitos de estudio.

"La gente que nos rodea impacta dramáticamente nuestra forma de actuar, aunque no nos demos cuenta", dice Baker. Y agrega que "la inclinación política, los habitos de consumo e incluso la felicidad son cosas que adoptamos a veces de extraños". Entre más amplio sea el circulo social de su hijo y más amigos haga, más posibilidades tiene de encontrar buenas influencias que lo ayuden a potencializar sus talentos.
Crea en ellos

"Creer que su hijo es más inteligente que el promedio hace una gran diferencia", precisa Baker. No se trata de convencerlo de que tiene capacidades que no tiene, sino de creer en su capacidad para desarrollar su inteligencia al máximo y de apoyarlo en el proceso. 

Por último, Baker recuerda que "la inteligencia no lo es todo", pues la empatía y la ética son claves para que su hijo use sus capacidades de la mejor manera.

domingo, 4 de marzo de 2018

Para ser creativos hay que jugar, no importa la edad

Pedagogas Catalina y Natalia Zuleta explican cómo activar esta cualidad en niños y adultos. 


La falta de creatividad puede hacernos sentir estancados.

Despertar nuestra creatividad es algo que cada vez exigen más en los trabajos y, más de una vez, en el día a día. Esta es la premisa con la que Natalia Zuleta, directora de admisiones del Gimnasio Fontana de Bogotá, y Catalina Zuleta, directora de currículum del mismo colegio, buscan imprimir capacidades creativas en sus alumnos con el fin de que cuando sean adultos, continúen siendo “seres creativos”. 

“Creemos que en la medida en que las personas tengan un pensamiento más creativo pueden relacionarse de manera más asertiva con su entorno”, explica Natalia, quien propone que, al implementar siete verbos en nuestras actividades diarias (conectar, explorar, preguntar, integrar, dudar, innovar y crecer), los adultos también podemos ser más creativos e innovadores en cualquier momento.

Con esto en mente estas hermanas decidieron escribir La creatividad en 7 verbos (Intermedio Editores), en el que por medio de anécdotas y ejercicios prácticos buscan que cualquier persona cultive esa habilidad.

¿Qué es la creatividad y qué la ‘mata’ en los niños?

Natalia Zuleta: La creatividad es una habilidad innata; es la capacidad de conectar información que uno normalmente no conectaría para crear nuevos escenarios en los que actuar.

Lo que más mata la creatividad es la educación tradicional, que está más centrada en dar una respuesta oficial, ‘de libro’, a las infinitas preguntas que tienen las mentes de los niños. Y la estructura tan rígida de la educación tradicional, que además no integra contenidos. Es una fábrica industrializada de seres humanos que genera réplicas, no individuos. 

¿Qué tipo de contenidos hay que integrar?

Catalina Zuleta: Al trabajar la creatividad con otras personas y disciplinas, las ideas propias se nutren de diferentes puntos de vista. En nuestro modelo pedagógico es importante mezclar en la enseñanza de los niños disciplinas como el arte, la ciencia y la tecnología para ver situaciones desde diferentes ópticas que lleven soluciones nuevas para un problema o situación.

Por eso pensamos que una de las llaves que abre la creatividad es darle mucho más valor a la pregunta que a la respuesta; a la curiosidad. Que los niños puedan hacerse preguntas que se conviertan en hipótesis, resolver problemas cercanos a su realidad y de esa manera adquirir un aprendizaje muy significativo de su entorno. La creatividad es crucial para desarrollar el pensamiento crítico y el científico. 

¿Y qué pasa con los adultos que sienten que no pueden ser creativos?

N. Z.: Para nosotros, la creatividad es una competencia cada vez más esencial frente a tantos cambios actuales: el cambio climático, el cambio político, el social y económico. Y, claro, los adultos somos los más propensos a ver, intervenir y ser afectados por estos cambios.

Lo que quisimos hacer con La creatividad en 7 verbos fue abrir nuestra metodología pedagógica a las personas del común, aunque no es un libro de fórmulas. 

Pero es definitivamente diferente enseñarles aspectos creativos a niños que a adultos…

N. Z.: En el fondo, nosotras no vemos la diferencia. Después de todo, como dicen muchos, todos los adultos tenemos un niño adentro. Ahora bien, sí es cierto que los adultos tienen una capacidad de recordar emociones del pasado con mucha más facilidad que los niños. Los adultos pueden conectarse con sentimientos y memorias que les han marcado mucho o les han ‘movido el piso’ para tener en la mente unas dinámicas de pensamiento muy diferente a las que pueden tener en el presente.

¿O sea que esa conexión con el pasado nos harían personas más creativas?

N. Z.: Hay memorias y emociones relacionadas a ellas que están ahí porque, cuando ocurrieron los hechos de esas memorias, se nos quedaron grabadas porque nos sacaron de los lugares comunes en los que estábamos en ese momento. Ese hecho creó algo nuevo. Al momento de recordarlos, podemos traer esas emociones al presente como un mecanismo para ejercitar el pensar en otros escenarios posibles y ante una situación que tengamos que enfrentar. 

C.Z.: Pero también puede activarse la creatividad con acciones dirigidas, concretas. Por ejemplo, con jugar con juguetes o juegos de mesa. A veces pensamos que el juego no es un asunto serio, pero cuando perdemos la capacidad de jugar, perdemos la capacidad de imaginar y de crear.

¿Y si alguien decidiera conectarse con un sentimiento negativo? Por ejemplo, con un sentimiento de ira o de resentimiento del pasado…

C. Z.: Gracias a la sensibilidad de quienes somos y qué queremos hacer en la vida, podemos hacer aportes en el mundo. Cualquier persona puede ser creativa pero puede producir un desastre con su creación. Ahí va la ética: sentir al otro, conectarse con el planeta y con otros seres vivos implica una responsabilidad. Todo lo que se cree a partir de las emociones debe ser constructivo, no destructivo, y eso es un tema de ética.Cómo desarrollar habilidades creativas:

Las pedagogas Natalia y Catalina Zuleta recomiendan que, si quiere empezar a activar sus sentidos creativos para su trabajo, su hogar o cualquier actividad que quiera realizar, empiece a incorporar estos comportamientos en su día a día:

Mantenga activos los sentidos y estimúlelos: concéntrese en el que más use en una actividad, ya sea correr, teclear, dar un paseo o comer. Esto le ayudará a concentrarse en cada tarea que haga.

Anímese a contemplar (mirar con detenimiento) lo que lo rodea y lo que consume visualmente. Esto lo ayudará a encontrar patrones en lo que ve.

Dedique una hora de su día a algún juego, ya que esto lo obliga a pensar en soluciones más efectivamente.

No se prive de hacer algo por el miedo a equivocarse. 

Haga una lista de juicios o cosas que da por sentado en su vida y revise si esos supuestos lo limitan o le están sirviendo para lograr algún propósito. Comprométase a eliminar los que lo limitan y a buscar siempre otros que lo ayuden a crecer.

sábado, 3 de marzo de 2018

La generación de los hipersensibles

Los jóvenes de hoy se ahogan en un vaso de agua. Pese a que son mucho más preparados, se derrumban fácilmente y no toleran críticas. Esto dicen los expertos sobre este fenómeno. 

La generación de los hipersensibles 

Son más preparados, tienen más títulos y parecen muy dispuestos a luchar por sus ideales en un mundo lleno de retos. De hecho, los jóvenes de hoy son más independientes en lo político y abrazan la diversidad. Pero suele haber individuos vulnerables tras esa coraza, que se derrumban ante cualquier problema. En el mundo anglosajón los llaman la generación snowflake, porque son tan frágiles como un copo de nieve. Los expertos afirman que los mileniales, jóvenes nacidos entre 1980 y 1995, que hoy en día representan un gran sector de la población mundial, protagonizan esta tendencia. De hecho, un estudio de Pew Research reveló que esta es la generación que menos valora la libertad de expresión, pues cerca del 40 por ciento se inclina por censurar discursos que puedan ser ofensivos. 

Según Claire Fox, directora del Instituto de Ideas en el Reino Unido y autora del libro I Find That Offensive!, muchos en esa generación no pueden lidiar con puntos de vista distintos a los suyos, y no toleran las críticas a pesar de que sean válidas. “Reaccionan agresivamente porque creen que tienen derecho a hacerlo y además exigen disculpas si llegan a sentirse ofendidos”, afirma la autora. Esta conducta quizás se exacerba porque buscan luchar por el respeto a la individualidad, a la aceptación de las diferencias, y en ese contexto las críticas pueden percibirse como una agresión a la libertad. “Esto los hace hipersensibles a cualquier observación sobre sus comportamientos y muestra una exigencia a veces exagerada de recibir un trato de igual a igual”, dice la psicóloga María Elena López. 

Este fenómeno ha sido particularmente visible en las universidades de los países del primer mundo. Las instituciones más tradicionales han prohibido a varios profesores opinar sobre temas políticos, de raza o género porque es preferible proteger a los alumnos de supuestas agresiones. Por ejemplo, Andy Martin, profesor de la Universidad de Cambridge, fue víctima de esta generación de hipersensibles. Un día hizo en clase un chiste de doble sentido y varios estudiantes salieron a protestar. Algo parecido ocurrió en la Universidad de Oxford, donde varios alumnos crearon una campaña en Twitter con el hashtag #RhodesMustFall, para derribar la estatua de Cecil Rhodes, pues la presencia en el campus de un monumento en honor de ese personaje racista resultaba ofensiva. 

Chris Patten, rector de Oxford, definió el fenómeno como una situación preocupante que va en contra de la idea misma de universidad. “Está claro que debe haber límites como no promover el odio y la violencia, pero es incomprensible que los estudiantes y algunos profesores quieran protegerse de las visiones que no les gustan mediante la censura y la intolerancia al debate”, dice. 

En Colombia y América Latina no se conocen casos tan extremos, pero en redes sociales sí hay manifestaciones de jóvenes que en Facebook y Twitter expresan con mucha frecuencia y vehemencia sus puntos de vista. Esto muchas veces no genera un debate sano, sino una lucha basada en la agresión. Debido precisamente a la intolerancia y la hipersensibilidad de la mayoría, que los hace ver como personas políticamente correctas. No en vano esta generación se caracteriza por ser muy individualista y el uso constante de las redes sociales potencia ese egocentrismo. Algunas investigaciones hablan de un narcisismo exagerado donde “la imagen que proyectan en sus cuentas de Facebook, Twitter e Instagram son muy importantes. Las selfis y los ‘likes’ son criterios para medir su aceptación y reconocimiento”, dice López. 

Pero también son muy vulnerables a frustrarse por cualquier revés del destino y todo les duele el doble. Ante el más mínimo tropiezo se echan a la pena. Los expertos creen que los grandes culpables son los padres, pues educaron a sus hijos en medio de una burbuja en la que nada les falta y en donde no tienen que esforzarse demasiado. Esto los vuelve alérgicos a los fracasos y las críticas, y los hace sentir especiales, delicados y únicos. Ben Machell, columnista del diario The Times de Londres, dice que además creen que cada sentimiento y capricho es válido, y fuera de eso se empecinan en que los demás no tengan que experimentar desilusiones o contradicciones en un mundo lleno supuestamente de ‘malas opiniones’. 

Lo anterior se debe también a que los papás perciben el mundo como un lugar cada vez más inseguro y deben darles cuidado extra a sus hijos. Esto provoca un nivel de sobreprotección bastante grande. Por eso quizás los jóvenes son menos resilientes, o en otras palabras, son más débiles ante las adversidades y les cuesta más superar las dificultades. Probablemente “estos patrones de crianza están asociados a esquemas de educación más abiertos y, en muchos casos, más laxos”, dice López. 

Esto se suma a que los jóvenes de hoy tienen demasiadas presiones encima. Deben estar muy bien preparados a nivel académico para ser exitosos y en su apretada agenda está también convertirse en activistas contra el cambio climático, el racismo y la discriminación de género, entre otras cosas. Esa vulnerabilidad, dice Fox, también se debe en buena medida a que son la primera generación que no puede escapar a los problemas de estar hiperconectados a los celulares y al modo de vida del siglo XXI. “Deben manejar una identidad alterna en las redes sociales donde puedan comunicarse y discutir durante horas sobre X o Y situación. Terminan exhaustos”, dice la autora Susanna Schrobsdorff.

El fenómeno ha producido una epidemia de ansiedad y depresión. Así lo advirtieron varios psicólogos en el artículo de portada del número del 27 octubre de la revista Time. Allí explican que esta generación llena de contrastes ha vivido como nadie los veloces avances de la tecnología, la apertura y la globalización, pero también de las crisis de violencia política y religiosa, la corrupción, las brechas sociales y el cambio climático. “El hecho de vivir estas transformaciones debería hacerlos más fuertes, pero no parece ser así. Muchos se muestran más vulnerables y sensibles a estas amenazas para la sociedad que además les generan miedo e incertidumbre”, dijo López a SEMANA.

Ante este panorama, los expertos se preguntan si esta generación es mejor o peor que las anteriores. Todos coinciden en que no es fácil dar una respuesta clara al respecto, pues como las demás tiene sus pros y contras. No cabe duda que los mileniales tienen un potencial para ser unos abanderados genuinos de un mundo mejor para todos, pero les falta ser más condescendientes e imponer sus modos de pensar de forma democrática y respetuosa. También recomiendan que en las casas y en los colegios se promuevan clases o lecciones de resiliencia, pues está comprobado que quienes desarrollan esta habilidad tienen mayor equilibrio frente a situaciones difíciles.

viernes, 2 de marzo de 2018

Son los niños adictos a los iPhones?

Inversores le pidieron a Apple investigar si el uso de sus dispositivos trae consecuencias negativas a los jóvenes usuarios.

 
¿Son los niños adictos a los iPhones? 

Dos importantes accionistas pidieron a Apple estudiar si sus iPhones son adictivos para los niños y si el uso intenso de estos teléfonos inteligentes puede ser nocivo para su salud mental.

"Hay bastantes pruebas de que, para al menos la mayoría de jóvenes usuarios, esto pueda tener consecuencias negativas inintencionadas" para su salud, explicaron Jana Partners LLC y la Asociación de Profesores Estatales Jubilados de California (Calstrs) en una carta enviada a Apple el 6 de enero y difundida el lunes.

Ambos entes advirtieron que la creciente ansiedad entre los jóvenes por el uso intenso de los iPhones "probablemente impactará incluso a Apple".

Los dos accionistas, que suman 2.000 millones de dólares en participaciones de Apple, pidieron a la compañía desarrollar más medios para que los padres puedan restringir a sus hijos el uso de teléfonos móviles.

"Pedimos específicamente que Apple cree un comité de expertos y especialistas para investigar y estudiar el asunto y monitorear los desarrollos tecnológicos", subrayaron.

"Por otro lado, animamos a Apple a ofrecer a los padres más herramientas mejorando los software de los dispositivos móviles para activar opciones relacionadas con la edad, incluido un tiempo máximo para mirar la pantalla", explicaron.

Los inversores apuntaron que enfrentar este tema ahora aumentará el valor de la compañía a largo plazo de cara a los accionistas.

Apple no ha respondido a la carta, pero sus iPhones ofrecen a los padres mecanismos para restringir el acceso a determinadas aplicaciones y contenido.

Aunque la carta está dirigida únicamente a Apple, hace tiempo que se abrió el debate sobre la exposición de los menores a los dispositivos tecnológicos.

Los inversores citaron un reciente estudio del Centro sobre los Medios de Comunicación y la Salud de los Niños y la Universidad de Alberta, según el cual tres de cada cuatro profesores afirman que la capacidad de los niños por concentrarse en temas educativos ha caído.

jueves, 1 de marzo de 2018

Qué poner en la lonchera para que su hijo tenga una merienda sana

Cada vez hay más preocupación entre los padres por la cantidad de azúcar que están consumiendo sus hijos, sobre todo en momentos en que muchos pediatras advierten que la cantidad de calorías que consumen está llevando a problemas de obesidad infantil.


En México, por ejemplo, una encuesta reveló que al menos 4,5 millones de los niños sufren de obesidad. Y en España se estima que el 25% de los niños tiene sobrepeso.

El Reino Unido comenzó el nuevo año con una campaña oficial en la que se insta a los padres a combatir el problema de obesidad infantil limitando las a dos por día, cada una con no más de 100 calorías, sin incluir frutas y vegetales.

Los responsables de la campaña señalan que, al menos en el Reino Unido, la mitad del azúcar que consumen los niños proviene de bebidas azucaradas y de meriendas nada saludables.

Y debido a esto, los niños pueden llegar a consumir hasta tres veces la cantidad de azúcar recomendada.

Entonces, ¿cuáles son los snacks que debemos incluir en las loncheras, y cuáles debemos evitar? BBC Mundo te ofrece algunas opciones.

Las frutas, una buena opción

Las frutas son una excelente opción a la hora de preparar las loncheras porque son ricas en fibras y se digieren mucho más lentamente y por tanto su niño se sentirá lleno por más tiempo.
Una banana -90 calorías
Una manzana -60 calorías
Cien gramos de zanahorias, 41 calorías.

Además el azúcar en la fruta es más saludable que la de otras fuentes como las bebidas gaseosas, ya que una porción suele contener no más de 20 gramos de azúcar. Y además tiene fibra y nutrientes como la vitamina C.
Cuidado con esa barra de chocolate


A los niños les encanta, y por eso con frecuencia colocamos barras de chocolate en las loncheras para endulzarles el recreo.

Pero, como snack, es probablemente una de las peores opciones y lo mismo puede decirse de las papas fritas.
Una barra de chocolate contiene alrededor de 200 calorías.
Cada paquete de papas fritas tiene al menos 190 calorías.
Un helado, aproximadamente alrededor de 175 calorías.
Las galletas dulces también son una mala idea, ya que contienen 32,8 gramos de azúcar por cada 100 gramos en comparación con 20 gramos de una porción de frutas.

Panes, panecillos y bebidas

Las bebidas gaseosas no son nada recomendadas, ya que tienen alto contenido de azúcar.

Controlar la cantidad de pan, tortas y panecillos que colocamos en las loncheras es esencial, ya que por lo general tienen alto contenido calorífico.

Los panecillos son los peores, ya que pueden tener hasta 300 calorías cada uno.

Y hay que tener mucho cuidado con las bebidas gaseosas, ya que cada lata tiene por lo general 138 calorías.

Algunas opciones saludables incluyen:
Una rebanada pequeña de pan negro (95 calorías) con un poco de queso bajo en grasa. Pero ten cuidado, porque si le agregas mantequilla puede que pase de las 130 calorías.
Las galletas de soda y las de arroz con queso o humus bajos en grasa.

Sustituir las gaseosas por agua o leche


Los niños de entre uno 4 y 6 años no deberían consumir al máximo entre 118 y 177 mililitros de jugos de fruta y los de entre 7 y 18 años, 236.

Y recuerde que hay que tener cuidado con los jugos de frutas. Los pediatras consideran que la fruta entera es una fuente de vitaminas y nutrientes mucho mejor que los jugos.

Los niños de entre uno 4 y 6 años deberían consumir al máximo entre 118 y 177 mililitros, o un tercio de una lata, y los de entre 7 y 18 años, 236.

Esto para evitar, entre otras cosas, problemas en las caries.

Justine Roberts, fundadora del sitio de internet Mumsnet, señala que la cantidad de snacks que se ofrecen en los supermercados es gigantesca, y muchas veces es difícil para los padres distinguir qué es saludable y qué no.

La campaña británica está dirigida a empoderar a los padres para que tomen decisiones más acertadas a la hora de decidir qué incluir en las loncheras de sus hijos.

Y expertos concuerdan en que campañas como estas podrían ser un primer paso para empezar a combatir el creciente problema de obesidad infantil en el mundo.