Es importante revisar los síntomas y tener asesoría.
Un perro en buen estado de salud debe tener una temperatura entre 38 y 39 grados, y si en algún momento esta sube, hay que buscar la asesoría de un veterinario.
La fiebre en los perros pueden ser por diferentes motivos, entre ellos por la falla de alguno de sus órganos, una infección, un golpe de calor, la reacción a una vacuna o la ingestión de algún producto tóxico, entre ellas algunas plantas.
Saber si la temperatura está alta puede determinarse por nariz seca y muy caliente, falta de apetito, decaimiento o más sueño de lo habitual.
En los gatos la temperatura normal también es de 38º a 39º, y si es cachorro, 39,5º. En caso de superar estos números, es importante hablar con un especialista.
Para saber si la temperatura está alta hay que tocar su nariz. Si está seca o caliente puede tener fiebre, así como si se ve inquieto o angustiado sin motivo aparente. Del mismo modo, si sus ojos están irritados o su corazón y respiración están acelerados.
Mientras hay un diagnóstico es importante hidratarlo, ponerle paños de agua fría sobre la frente, patas y abdomen, y ayudarlo poniéndole cerca un ventilador.
En cualquier caso, es importante que lo vea un veterinario.