El mejor profesor del mundo, Peter Tabichi, dice que la educación debe reinventarse con tecnología.
Peter Tabichi es un profesor de ciencias y hermano franciscano que regala el 80 por ciento de sus ingresos mensuales para ayudar a los menos favorecidos.
El día de Peter Tabichi comienza con un recorrido en moto. Casi siempre lleva un traje impermeable, unas botas de caucho negras y un casco azul para conducir por carreteras improvisadas en piedra y arena para llegar a su lugar de trabajo. Nunca se sabe cómo será el clima.
Tabichi se dirige a la escuela secundaria Keriko Mixed Day, ubicada en Pwani, una aldea remota y semiárida del valle del Rift en Kenia (África), para dictar clases de física y matemáticas a niños y niñas, quienes tienen la fortuna de ser los estudiantes del mejor profesor del mundo.
Tabichi, de 36 años, fue el ganador del Global Teacher Prize 2019, un galardón que entrega cada año, desde 2014, la Fundación Varkey de Dubái, equipado con un millón de dólares. La competencia era exigente: estaban nominados 10.000 docentes de 179 países, entre los que se encontraba el colombiano Luis Emiro Ramírez.
“Este premio no me reconoce, pero reconoce a los jóvenes de este gran continente. Solo estoy aquí por lo que mis alumnos han logrado. Este premio les da una oportunidad. Le dice al mundo que pueden hacer cualquier cosa”, dijo el maestro keniano al recibir el premio el pasado 23 de marzo.
El profesor regala parte de sus ingresos mensuales para ayudar a los más necesitados.
La historia de Peter es inspiradora: trabaja en un colegio donde, según la Fundación Varkey, el 95 por ciento de los alumnos provienen de familias de bajos recursos, casi un tercio son huérfanos o tienen un solo padre, y muchos se quedan sin comida en casa. Además, el abuso de drogas, los embarazos de adolescentes, el abandono escolar temprano, los matrimonios jóvenes y el suicidio son comunes en esa región.
El profesor regala parte de sus ingresos mensuales para ayudar a los más necesitados. Su dedicación y arduo trabajo han llevado a que su escuela, de escasos recursos, salga victoriosa en competencias nacionales de ciencia.
“Yo no esperaba que él ganara, pero tenía esperanzas porque es muy buen profesor. Él nos enseña ciencias e ingeniería. Es un gran docente y se lo merece”, declaró un alumno de Tabichi al medio ‘France24’. El docente, quien, además, es monje franciscano, conversó con EL TIEMPO y explicó cómo logró el mayor reconocimiento que un educador puede obtener.
Es el mejor docente del mundo, ¿qué significa eso para usted?
Ganar el premio me ha dado una plataforma global maravillosa y ha generado un enorme interés por parte de muchas personas que también están invirtiendo en un cambio positivo. Este no es un gran momento para mí sino para mis estudiantes y para todos los alumnos y maestros en África que puedan compartir este reconocimiento.
Con esta plataforma global, quiero abogar por la educación en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (Stem), y trabajar con otros socios, tanto a nivel local como internacional, para lograr esto.
¿Por qué decidió convertirse en profesor?
Fui criado por una familia de maestros: mi padre, tres de mis tíos y cuatro de mis primos. Mi madre murió cuando yo tenía 11 años, dejando a mi padre, un docente de escuela primaria, con el desafío de criar a mis hermanos y a mí, mientras cumplía con los deberes de su profesión. Ver su humildad, resiliencia y generosidad en acción todos los días fue lo que realmente me inspiró.
Esas son las cualidades que veo en los maestros a mi alrededor todos los días, que se levantan para recorrer el largo viaje a la escuela, sin importar la lluvia o el calor sofocante, que se quedan después de las clases para brindar ayuda adicional o que, en la noche, se desvelan para preparar las lecciones del día siguiente. Considero que la enseñanza es la profesión más noble y estoy orgulloso de dedicarle mi vida.
Peter enseña en la escuela secundaria Keriko Mixed Day en Pwani Village, situada en una parte remota del valle del Rift de Kenia.
¿De qué manera se relacionan la religión y la educación?
Obtuve mi título en Educación en la Universidad de Egerton (Kenia) y luego me formé con los Hermanos Franciscanos, la organización religiosa internacional de la Iglesia católica cuyo objetivo es empoderar a los pobres rurales a través de la educación, la agricultura sostenible y la construcción de la paz. Me uní a la vida religiosa para expresar libremente mi regalo a la comunidad y poder dedicarme de todo corazón a la profesión docente. Dono el 80 por ciento de mis ingresos mensuales para ayudar a los necesitados, a algunos de mis estudiantes más pobres y a la gente de la aldea. Comencé a enseñar en 2003 y he trabajado en cuatro escuelas en Kenia y Uganda. En mi actual colegio estoy desde el 2015.
¿En qué consiste su metodología de enseñanza?
Intento integrar las TIC en la mayoría de mis lecciones y uso aparatos de bajo costo para ayudar a los alumnos a visualizar conceptos científicos. Además, uso la educación de igual a igual, donde los alumnos se enseñan unos a otros, para promover la colaboración. Con el fin de superar la baja autoestima entre los estudiantes más pobres, creé un club de desarrollo de talentos y fortalecí el club de ciencias de la escuela. Participamos en ferias y concursos, y hemos recibido reconocimiento nacional, lo cual contribuye a aumentar la confianza y motivación de mis alumnos.
¿Cómo es trabajar en el colegio Keriko Mixed Day?
Es una escuela pública que tiene pocos recursos. Hay un solo computador de escritorio compartido entre el rector y el personal docente. La escuela no tiene biblioteca, sala de profesores, cocina, comedor ni tampoco aulas adecuadas.
A pesar de estos inconvenientes, hemos logrado el reconocimiento nacional. Por ejemplo, fuimos exaltados como el mejor colegio público del país en la Feria de Ciencia e Ingeniería de Kenia (KESF) 2018. Como resultado de esto, nuestra inscripción escolar aumentó de 200 en 2015 a 400 niños en 2018. También, el año pasado, tuvimos 26 estudiantes que asistieron a universidades y colegios. Si bien el número de alumnos se ha duplicado en los últimos cuatro años, simplemente no tenemos suficientes maestros: la proporción es de 58 estudiantes por cada profesor.
¿Cuál es el impacto de la educación en países como los nuestros?
Ha llegado el tiempo de África. Producirá científicos, ingenieros y empresarios cuyos nombres serán, algún día, famosos en todos los rincones del mundo.
Las niñas deben jugar un papel importante en esta historia, pero se necesita un cambio social, porque hay 131 millones en todo el mundo que, actualmente, no tienen la oportunidad de ir a la escuela, muchas de ellas, en África. Algunos de mis mejores alumnos son niñas: ahora superan regularmente a los niños en las pruebas, y algunas son parte importante de mi club de ciencias, que se destaca en competiciones nacionales e internacionales.
Peter comenzó un club de fomento del talento y amplió el club de ciencias de la escuela, ayudando a los alumnos a diseñar proyectos de investigación.
Para ser un gran maestro, tienes que ser creativo. Debes abrazar la tecnología y promover métodos modernos de enseñanza
En mi experiencia, los estudiantes realmente quieren estudiar una vez que se dan cuenta de las increíbles oportunidades que les ofrece y las puertas que se les abren: no solo una vida mejor para ellos y sus familias, sino también para sus comunidades y para el mundo entero.
A los niños se les debe enseñar no solo materias académicas estándar sino, también, las habilidades del siglo XXI, como, por ejemplo, trabajar en equipo, colaborar, innovar y pensar de manera independiente. De esta manera, se podrán capacitar para enfrentar todos los desafíos del complejo mundo que heredarán.
La tecnología es parte importante de ese cambio, ¿no?
La ciencia y la tecnología pueden desempeñar un papel significativo en el desbloqueo del potencial de África. Todos sabemos que el descubrimiento científico y la innovación impulsan el progreso, facilitan el desarrollo y posibilitan que se aborden temas como la inseguridad alimentaria, la escasez de agua y el cambio climático.
La tecnología no solo puede mejorar la enseñanza, también, el aprendizaje. Los estudiantes viven en un mundo donde la tecnología será fundamental para su estilo de vida, una parte clave del acceso a la información, el conocimiento y la resolución de problemas.
¿Cómo ser un buen profesor cuando la tecnología se usa cada vez más?
Para ser un gran maestro, tienes que ser creativo. Debes abrazar la tecnología y promover métodos modernos de enseñanza. Los verdaderos profesores tienen un papel que se extiende más allá del aula y las materias que enseñan.
Lo que importa es la pasión y la dedicación con la que servimos a nuestros alumnos. Debemos asegurarnos de que las materias académicas estén equipadas con las habilidades transaccionales del siglo XXI y que puedan contribuir para ciudadanos globales. En el camino de la educación, tenemos que ser capaces de hacer que los estudiantes se sientan seguros de fallar, porque si no fallan, no aprenden, y si no aprenden, nunca cambiarán. Los desafíos y los fracasos nos hacen personas fuertes.
¿Qué hará con el millón de dólares que le otorgó el Global Teacher Prize?
Quiero invertir en mi comunidad y en mi escuela. Me gustaría fortalecer el club de talentos, el club de ciencias y las competencias de proyectos de ciencias interescolares que tenemos en el colegio. Esto porque han demostrado ser formas de desarrollar las habilidades de mis estudiantes, además de aumentar su confianza y autoestima.
A nivel práctico, también planeo invertir en un laboratorio de computación escolar y asegurarme de que tengamos una mejor conectividad a internet. Quiero invertir en apoyar a estudiantes brillantes y, también, a los que están desfavorecidos. Ambientalmente, quiero apoyar la producción de cultivos tolerantes a la sequía y en la jardinería en mi comunidad.