La historia de un felino de 47 kilos que se convirtió en el temor de los campesinos de Tierralta, en Córdoba. Fue perseguido, capturado y, en vez de ser sacrificado, fue reintroducido a kilómetros de ahí. .
| Inicialmente, el felino fue enjaulado luego de días de persecución y de trabajo mancomunado entre ambientalistas y vecinos de Tierralta, en Córdoba.
La muerte de un puñado de vacas y ovejas en Tierralta, Córdoba, hizo que pasara lo de siempre: que se enardecieran los ánimos de la comunidad. La historia esta vez, sin embargo, fue diferente.
En cambio del sacrificio, los habitantes de ese municipio contactaron a los funcionarios de Parques Nacionales Naturales quienes, a su vez, pidieron ayuda al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge (CVS).
Esas entidades, también de la mano de la Fundación Omacha, instalaron varias cámaras trampa para ubicar al depredador, que para entonces no había sido identificado. Además, llevaron una jaula de captura especial en acero que armarían en terreno.
Una vez el animal fue capturado, expertos de la Fundación Omacha y de la CVS aprovecharon para recolectar información clave para la conservación de la especie. ©PNN, Omacha, CVS.
Durante días, la atención se fijó en las cámaras que, no obstante, no lograron detectar nada. La preocupación de la comunidad y de los investigadores y técnicos ambientales aumentaba.
No fue sino hasta la madrugada del viernes 31 de mayo que el animal cayó en la jaula, que había sido ubicada en zona montañosa entre Tierralta y El Diamante. Se trataba de un puma adulto, macho, de 47 kilos.
Con la situación controlada, al animal se le tomó una muestra de sangre para detectar virus o enfermedades, además, se le insertó un microchip para identificarlo en una posible recaptura. También se le puso un collar de telemetría satelital, para conocer sus movimientos y el espacio de su hábitat.
El puma es el segundo felino más grande de América y es posible hallarlo desde Norteamérica hasta La Patagonia. ©PNN, Fundación Omacha, CVS
Sedado y bajo supervisión veterinaria, el puma fue llevado durante unas 7 horas y cerca de 70 kilómetros en lancha y en hombros en una hamaca hasta una zona segura del Parque Paramillo. Por el peso del felino y de la jaula, que sumados superaban los 100 kilos, el traslado fue todo un reto.
Al momento de la liberación, la alegría se mezcló con los nervios. Un voluntario, de pie sobre la jaula, deslizó la puerta hacia arriba ante la mirada ansiosa del resto, que esperaban detrás. El felino tardó un poco en asomar, luego examinó el terreno y salió a gran velocidad hacia la libertad.
Acorde con las autoridades ambientales, el seguimiento satelital inicial mostró que el animal está en buenas condiciones y adentro del Parque Nacional cuyo emblema y objeto valor de conservación es, precisamente, el puma.
Vea el momento en el que el puma es liberado dentro del Parque Natural Paramillo ©PNN
La primera opción es la preservación
El puma es el segundo felino más grande de América después del jaguar y se encuentra desde Norteamérica hasta La Patagonia. Las principales amenazas que enfrenta son la fragmentación de los bosques, la competencia por el alimento con los humanos y los efectos del cambio climático.
Desde 2015 las autoridades de la región adelantan acciones de prevención y capacitación con las comunidades de las veredas El Diamante y La Bonita, en Tierralta, frente a ataques de grandes felinos.
Así mismo adoptaron medidas de protección como tener encerrado al ganado e instalar luces que se activan con el movimiento y que ahuyentan a los felinos. A eso se suma que la comunidad ya cuenta con una aplicación móvil llamada Conviviendo con felinos - Córdoba Biodiversa, que le permite reportar este tipo de eventos a las autoridades responsables. Se entregó también un kit con silbatos, pimienta, aspersores, reflectores y linternas, para prevenir ataques de estos depredadores.