miércoles, 26 de septiembre de 2018

El estudio que busca descifrar a los jóvenes colombianos

Next Generation es una investigación que ya se ha hecho en otros lugares del mundo y que se aplicó en Colombia (primer país de América en donde se hace) a propósito de la firma del acuerdo de paz. El estudio revela que los jóvenes quieren participar en la solución de los problemas del país, pero no a través de los espacios políticos tradicionales. Este será uno de los temas de la Cumbre Líderes por la Educación. 

 
El estudio que busca descifrar a los jóvenes colombianos 

Los jóvenes colombianos de hoy confían en sus familias, en sus maestros y en sus amigos, pero poco en la policía, los políticos y el gobierno; quieren participar en las decisiones importantes del país, pero pocos están afiliados a un partido o votan; la tercera parte de ellos ha sufrido alguna vez un hecho traumático (por lo general relacionado con la violencia), y las redes sociales y el internet hacen que ocupen más su tiempo en actividades solitarias que colectivas.

Esta es, en muy resumidas cuentas, la semblanza que hace de los jóvenes colombianos el estudio Next Generation, una investigación que se ha hecho en varias partes del mundo, y que, a propósito de la firma del acuerdo de paz, se hizo en Colombia, primer país del continente en donde se aplica.

“Los criterios para seleccionar en qué países se hace el estudio tienen que ver con el periodo histórico por el que atraviesa. En el Reino Unido, por ejemplo, se hizo después del Brexit. Este es el primer estudio que se hace en América, teniendo en cuenta que en los últimos años Colombia ha atravesado por muchos contextos que hacían que fuera más relevante que nunca saber qué piensan los jóvenes”, afirma Laura Barragán, directora de Educación y Sociedad del British Council, entidad que hizo el estudio, en alianza con las universidades de los Andes y el Rosario.

La investigación incluyó encuestas con 2.582 jóvenes entre 14 y 28 años, en 33 municipios de 5 regiones del país. Pero además, 29 grupos focales, con 162 jóvenes, en los que exponían sus opiniones sobre en qué y en quiénes confían, cuáles son sus sueños, qué les preocupa y en qué ocupan su tiempo.


Uno de los principales aspectos del estudio es que evalúa la confianza que los jóvenes tienen en diferentes aspectos de la sociedad. Mientras que más del 80% dice confiar en su familia y alrededor del 55% en sus maestros, solo el 15% confía en el gobierno y el 9% en los partidos políticos.

“En materia de confianza, es impresionante que el porcentaje que dice confiar en los partidos políticos (9%) está muy cerca del nivel de confianza que hay frente a los grupos al margen de la ley (7%)”, afirma Darío Maldonado, investigador de la Universidad de los Andes, que lideró el estudio.

En general, todo lo relacionado con los políticos ocupa un lugar muy bajo en la preferencia de los jóvenes. Menos del 1% dice estar vinculado a partidos políticos y apenas alrededor del 26% dice votar, aunque reconocen la importancia de participar en los asuntos relevantes para el país.

“Lo que más nos llevó a decidirnos a hacer el estudio fue lo que pasó con el plebiscito por la paz. Fue por un lado una aparente apatía y unos niveles de inasistencia a las urnas tremendos, pero también esa reacción de los jóvenes en esos días posteriores a conocerse el resultado. No es que los jóvenes sean apáticos, sino que las maneras tradicionales de participar en política no les son atractivas.Tenemos que encontrar una manera de engancharlos de nuevo con los partidos políticos, con las elecciones, etc.”, afirma Barragán.

“Es ahí donde está el reto para todos. Lo que eso está diciendo es que tenemos que preguntarnos sobre los modos de participación política. Los grupos políticos pueden ser unos, pero hay otros. El reto es cómo logramos canalizar el interés de los jóvenes”, agrega Darwin Cortés, investigador de la Universidad del Rosario, quien señala que el estudio muestra que los jóvenes sí se vinculan a grupos sociales, de voluntariado, ambientalistas, deportivos y culturales, pero no políticos.


El informe también hace un análisis sobre la salud mental de los jóvenes en el país. Recoge las cifras de la Encuesta Nacional de Salud Mental, según las cuales, aproximadamente el 30% de los adolescentes en el país ha estado expuesto a por lo menos una experiencia traumática en su vida, y el 7,2% ha sufrido de algún trastorno mental, incluida depresión, ansiedad, fobia social y consumo de sustancias.

Destaca que el 38% de los jóvenes encuestados reporta haber sido víctima de un acto de delincuencia común, el 8% fue afectado por la violencia de un grupo armado (8%) y el 8% sufrió algún tipo de violencia intrafamiliar.

“Por un lado, hay unos niveles muy altos de exposición a la violencia, y no me refiero específicamente al conflicto. Esa exposición a la violencia, sea de un origen o de otro, va generando dificultades de salud mental. Y esos síntomas emocionales se dan más fuertemente en niveles socioeconómicos bajos”, señala Cortes.

“La salud mental va a ser el problema de salud pública más importante del siglo XXI y no estamos seguros si estamos preparados para afrontarlo. Es importante empezar a distinguir cómo han estado afectados los jóvenes por distintos tipos de violencia. La violencia tradicionalmente ha estado muy identificada con los grupos paramilitares y las Farc, pero ahora estamos ante una situación más atomizada, con muchos factores diferentes”, precisa Maldonado. 

Los mayores problemas que los jóvenes perciben en su entorno son el consumo de alcohol y de droga, el embarazo adolescente, la falta de oportunidades de estudio y trabajo y la inseguridad.

Y el uso del tiempo libre, que también evaluó el informe, evidencia una nueva realidad a la que se enfrentan los jóvenes con el internet, los medios audiovisuales y las redes sociales, que en algunos casos pueden llevarlos al aislamiento.

Cuando se les preguntó qué actividad habían realizado en la semana anterior, el 91% contestó que ver televisión o videos, el 88% escuchar música, y el 82% navegar por Internet, mientras que solo el 56% había pasado tiempo con sus amigos, y el 55% había practicado algún deporte o había hecho ejercicio físico.

“Si bien un poco más de la mitad de los jóvenes realiza una actividad física, en realidad predominan las actividades sedentarias y de baja socialización directa. Eso es algo que es importante resaltar y que viene con los cambios tecnológicos que hemos tenido en los últimos años”, explica Cortes.

El estudio, el más completo que se ha hecho recientemente sobre la realidad de los jóvenes del país, será un insumo importante para las decisiones que se tomen en los próximos años en relación con ellos.

“Más allá de las conclusiones, lo que nos arroja esta investigación es la importancia de escuchar a los jóvenes. Siempre somos los adultos los que tomamos decisiones por ellos, y hacer una política pública que realmente los beneficie atraviesa por escucharlos”, concluye Barragán.

Este será uno de los temas a tratar en la Cumbre Líderes por la Educación 2018, el evento más esperado del sector. Se llevará a cabo en Bogotá el próximo 19 y 20 de septiembre.

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