miércoles, 15 de marzo de 2023

los gatos han sido animales de compañía

¿Sabías que los gatos han sido animales de compañía durante miles de años?

Totalmente.

Sé que todavía hay gente que te repite una y otra vez que los gatos y los humanos no generan vínculos.

Pero nada más lejos de la realidad.

Todo comenzó por donde empieza siempre.

El estómago.

Muchos gatos se dieron cuenta de que con los humanos era más fácil obtener alimento.

Así que pusieron en marcha todo su atractivo para convencernos de que compartiéramos el pan con ellos.

Pero, ¿sabes cuándo sucedió esto?

Según algunos restos hallados en Oriente Medio y Egipto, se cree que hace unos 10 mil años aparecieron los primeros gatos domesticados.

Pero ¿cómo llegaron los gatos a convertirse en animales de compañía en todo el mundo?

Los humanos permitieron que los gatos estuvieran en los graneros, ya que cazaban ratones que hacían peligrar el grano.

Los gatos más dóciles se quedaron con los humanos y una relación profesional se estableció entre las dos especies.

Vaya, que desde entonces ya nos miraban con interés.

Los comerciantes Fenicios llevaron a los gatos a China y la India, y más tarde a Europa y América.

Los gatos se han expandido por todo el mundo gracias a los humanos, que los llevaban en sus viajes de comercio y expedición tanto para proteger sus cargamentos de infestaciones de roedores e insectos como por su compañía.

Sin embargo, a día de hoy, aunque han pasado tantos años, muchas personas continúan pensando en ellos con si fueran plagas.

¡Y no lo podemos entender!

Por eso personas como nosotros, apasionadas por los gatos, somos cada vez más importantes.

Pues la única manera de asegurarnos de que los gatos sigan formando parte de nuestra sociedad es que ayudemos a cuantos sean posibles a conseguir este resultado.

martes, 14 de marzo de 2023

Había una vez dos animales, un león y un zorro

Había una vez dos animales, un león y un zorro.

El león era muy fuerte y valiente, pero no era muy listo.

El zorro, por otro lado, era astuto y sabía cómo resolver problemas, pero no era tan fuerte.

Un día, el león y el zorro decidieron juntarse para conseguir una gran recompensa: una miel fresca y deliciosa que había sido escondida en un árbol muy alto.

El león, que era muy fuerte, intentó subir al árbol primero.

Sin embargo, no pudo encontrar una forma de agarrarse a las ramas y se cayó al suelo con un fuerte golpe.

El zorro, viendo que el león no podía conseguir la miel, decidió probar él mismo.

Aunque no era tan fuerte como el león, el zorro era muy astuto y sabía cómo usar su cerebro para resolver problemas.

Después de pensar un momento, el zorro se dio cuenta de que podía usar una rama más delgada para llegar a la miel.

Con un poco de esfuerzo, logró subir al árbol y conseguir la miel dulce y deliciosa.

Al ver que el zorro había conseguido la recompensa, el león se sintió un poco frustrado.

Sin embargo, el zorro le dijo: "No te preocupes, amigo león. Lo importante no es la fuerza, sino el saber cómo usarla de la manera correcta".

El león aprendió su lección y, a partir de entonces, empezó a trabajar en su astucia y su habilidad para resolver problemas.

Y aunque nunca llegó a ser tan astuto como el zorro, sí aprendió a no rendirse nunca y a seguir intentándolo hasta conseguir lo que quería.

La moraleja de esta historia es que, cuando intentes algo y no salga bien, debes aprender por qué no lo has conseguido y volver a intentarlo. No te rindas nunca, siempre hay una forma de conseguir lo que quieres si trabajas duro y no te desanimes.

¿Por qué te cuento esta historia?

Porque sé que muchas de las personas que estáis leyendo esto, tienen objetivos ambiciosos.

Algunos quieren lanzar su propio negocio multiespecie, otros buscaran mejorar los resultados de ese que ya tienen.

Y, en definitiva, tendras que enfrentarte a situaciones que te pondrán a prueba constantemente.

Por eso es importante que aprendamos tanto del león como del zorro. Entender cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, identificar cómo podemos mejorarlos y trabajar para que cada día nos vaya mejor.

lunes, 13 de marzo de 2023

Ni un burro es músico, ni él es un profesional multiespecie

Hoy te quiero contar la historia de un burro muy particular.

Era un precioso día de primavera. En una parcela, un burro se paseaba de aquí para allá sin saber muy bien cómo matar el aburrimiento.

No había muchas cosas con qué entretenerse, así que charló un poco con la vaca y el caballo, comió algo de heno y se tumbó un ratito para relajarse, arrullado por el leve sonido de la brisa.

Después, decidió acercarse hasta donde estaba el naranjo en flor por si veía algo interesante.

Caminaba despacito al tiempo que iba espantando alguna que otra mosca con la cola

—¡Qué día más tedioso!

Ni una mariposa revoloteaba cerca del árbol.

Bajo sus patas, notaba la hierba fresca y sentía el aroma de las primeras lilas de la estación. Al menos, el crudo invierno ya había desaparecido.

De repente, sintió algo duro debajo de la pezuña derecha.

Bajó la cabeza para investigar.

—¡Uy! ¿Pero qué es esto? ¿Será un palo? ¿Una piedra alargada?… ¡Qué objeto tan raro!

Ni una cosa ni otra: era una flauta que alguien se había dejado olvidada.

Por supuesto, el burro no tenía ni idea de qué era aquel extraño artefacto.

Sorprendido, la miró durante un buen rato y comprobó que no se movía, así que dedujo que no entrañaba ningún peligro; después, la golpeó un poco con la pata; el instrumento tampoco reaccionó, por lo que el burro pensó vagamente que vida, no tenía.

Temeroso, agachó la cabeza y comenzó a olisquearla.

Como estaba medio enterrada entre la hierba, una ramita rozó su hocico y le hizo cosquillas.

Dio un resoplido y por casualidad, la flauta emitió un suave y dulce sonido.

El borrico se quedó atónito y con la boca abierta.

No sabía qué había sucedido ni cómo se habían producido esas notas, pero daba igual. Se puso tan contento que comenzó a dar saltitos y a exclamar, henchido de felicidad:

—¡Qué maravilla! ¡Pero si es música! ¡Para que luego digan que los burros no sabemos tocar!

Convencido de su hazaña, se alejó de allí con la cabeza bien alta y una sonrisa de oreja a oreja, sin darse cuenta de su propia ignorancia.

Esta es una moraleja que todas las personas que nos dedicamos a trabajar con animales tenemos que grabarnos en la mente.

De la misma manera que tocar música por casualidad no convirtió al burro en músico, tener una idea general de los perros y los gatos, no te convierte en un profesional o emprendedor multiespecie.

Si no ponemos foco, si no ponemos interés, si no ponemos pasión... y si no lo convertimos en una prioridad, será imposible que lo logremos.

domingo, 12 de marzo de 2023

Un ratón. Un emprendedor. Un fracaso.

Hoy te quiero contar la historia de un pequeño ratón.

Era un ratón muy particular, al que su padre advertía cada día antes de salir de casa rumbo a la escuela.

La frase nunca era la misma, pero sí muy parecida. Mucho, de hecho, y era algo parecida a esta.

—Hijo, recuerda que en este mundo lo más importante para conseguir tus objetivos es enfocarte en ellos y no despistarte con todo lo demás.

Pero como ratoncito que era —un poco adolescente—, nunca escuchaba a su padre. Así que a pesar de todos los consejos que le daba, él se iba de un lugar a otro sin prestar atención.

Y esto era un problema. Pues a pesar de que desde pequeño había querido sacar muy buenas notas para ir a la universidad de ratones, durante los últimos meses se había despistado.

Había ido de un lugar a otro. Había gastado el tiempo de estudio en otras ideas. Y así hasta que llegó el día del examen y entendió que, quizás, ya no habría vuelta atrás.

Si hubiera estudiado...

Si hubiera perdido menos el tiempo...

Si hubiera hecho las cosas mejor...

Pero por mucho que quisiera, en ese momento ya era demasiado tarde o como demasiado tarde que era, ya no había nada que hacer.

Y aunque esto podría quedarse en una simple historia de ratones, en realidad es la historia de muchos emprendedores y emprendedoras en negocios multiespecie.

Que aunque en un primer momento tienen muy claro lo que quieren hacer, con el tiempo se despistan, dejándose llevar por la apatía, por la curiosidad... y dejando de lado lo que es realmente importante.

Porque a la hora de la verdad, 9 de cada 10 negocios desaparecen en menos de 5 años. Y la mayoría lo hacen porque el cliente ha perdido el foco en lo que importa.

sábado, 11 de marzo de 2023

La gran mentira de la fábula del Ratón de Campo y de Ciudad

Érase una vez un modesto ratoncito que vivía tranquilo y feliz en el campo.

Su casita estaba dentro del tronco de un árbol y allí, entre árboles y campiña tenía todo lo que un ratón de campo podría desear.

Aunque no abundaba, no le faltaba grano que comer, ni espacio para jugar y corretear.

Un buen día, le vino a visitar su primo, el ratón de ciudad, que quedó espantado por el silencio, la tranquilidad, los olores y el sabor de la comida del campo.

El ratón de ciudad, horrorizado por todo lo que veía, le dijo a su primo que no había nada como vivir en la ciudad y le invitó a su casa para que lo comprobara por él mismo.

El ratón de campo se decidió a visitar a su primo y, en cuanto puso su patita en la ciudad se quedó horrorizado, todo era ruido, bullicio, gente yendo de un lado al otro, desagradables olores y suciedad.

Cuando entró a la casa de su primo, dentro del hogar de una familia, respiró aliviado. Allí quedó maravillado por el lujo en el que vivía.

En lugar de las humildes sillas hechas con cáscara de nuez, tenía una cama hecha con una suave tela y, su nevera estaba repleta de exquisitos manjares... ¡hasta tenía quesos de muy distintos sabores!

Estaban ambos ratones disfrutando de una deliciosa comida a base de pan y queso cuando de pronto escucharon...

- ¡MIAUUUUUUU!

Y fue entonces cuando vieron aparecer los bigotes de un enorme gato que comenzó a perseguirles por toda la casa.

El ratón de campo creía que aquel sería su último día sobre la tierra, pero consiguieron esconderse bajo un mueble.

Pensaron que allí había acabado su aventura cuando, el palo de la escoba de una mujer que gritaba, se abalanzaba sobre ellos y, de un golpetazo, los lanzaba por los aires fuera de la casa.

Fue allí mismo cuando el ratón de campo decidió despedirse de su primo.

Dejar los lujos y la comida abundante, y volver a su humilde casa en el campo, donde no siempre hay comida sobre la mesa y los muebles son modestos, pero donde disfrutaba de la paz y tranquilidad de su hogar.

—A ti te gusta la ciudad, pero yo prefiero el campo. Tu prefieres el ajetreo, la abundancia, los ruidos y la locura de la ciudad, yo prefiero mi humilde casita en el tronco de un árbol antes que vivir cada minuto de mi vida pensando que es el último. Prefiero disfrutar de una vida feliz teniendo poca cosa, que contar con grandes lujos y vivir atemorizado.

Y así regresó al campo y nunca jamás volvió a poner una patita en la ciudad.

Si le preguntaras a un profesor, te contestaría que la moraleja de esta historia es que el lujo y la abundancia no te deja tener una vida feliz, que optes por la vida humilde pero tranquila.

Pero... esto... ¿es así?

Desde aquí no voy a hacer una apología a malgastar en lujos innecesarios, pero algo de lo que me he dado cuenta con el paso del tiempo es que muchas personas que quieren lanzar un negocio multiespecie tienen la mentalidad de que el dinero es malo.

Y no es así.

El dinero es la herramienta que tenemos para tener un impacto en el mundo que nos rodea.

Por eso, debemos quitarnos esa creencia limitante y crear un negocio sobre unos valores y unos objetivos, que no vea el dinero como algo negativo.

Y sí, cuando emprendamos nos encontraremos muchos gatos, como este ratoncito, que se pondrán en nuestro camino.

Pero cuando aprendes a escaparte de ellos, todo funciona mucho mejor, ¿no crees?

Ahora me gustaría que me contaras algo.

¿Cuál es la relación que tienes con el dinero y por qué crees que es así?

viernes, 10 de marzo de 2023

Gatos: este es el tiempo que pueden estar solos en la casa


Si su mascota le ronronea o enrosca entre sus piernas, le está demostrando que lo quiere.

Le contamos el tiempo que su felino doméstico puede estar solo en la casa, sin problemas.

Los gatos tienen la fama de ser independientes, aunque eso no significa que no les guste la compañía.

Un gato adulto puede estar solo entre 24 y 48 horas si dispone de los recursos necesarios. Eso, de acuerdo con estudios veterinarios que concluyen que los gatos pueden estar máximo tres días solos en casa sin la asistencia de alguien. Comparado con los perros, los caninos solo tienen un plazo máximo de 24 horas.

Sin embargo, no todos los mininos son iguales o marcan una misma pauta, ya que a algunos gatos les gusta la libertad en el exterior y a otros les encanta estar dentro de casa.

De todas maneras es determinante que si sale durante un largo tiempo fuera de la casa es muy necesario que el gato se alimente y se hidrate regularmente.

Un gato feliz y relajado, por lo general, no debería tener problemas a la hora de quedarse solo durante un largo tiempo, siempre y cuando tenga los recursos necesarios, es decir, tener a disposición la arenera, el agua y la alimentación.

Pero un gato aburrido es un gato infeliz y se sentirá un tanto relegado. El gato deberá tener juguetes interactivos, rascadores y figuras coloridas. A los gatos les encanta beber del agua en movimiento y esta podría ser una buena opción para asegurarse de que bebe el agua suficiente.

De acuerdo con la página web Global Mascota, la recomendación que hacen los veterinarios en relación al tiempo máximo que puede estar un felino en casa es de máximo dos días.

Pero esas horas pueden variar si el gato es joven o veterano, si está acostumbrado a estar solo o no. Ellos pueden estar solos pero necesitan tener siempre agua y comida.

Los gatos jóvenes deben ser educados de tal forma que no desarrollen dependencia con respecto a sus humanos, mientras que los gatos adultos que ya tienen experiencia previa de esta soledad, son aquellos que mejor se adaptan a que sus dueños se vayan durante unos días.

Sin embargo, no hay que olvidar que los gatos, al igual que los perros, sufren ansiedad cuando se quedan solos y no es conveniente que pasen largos tiempos de ausencia.

Los gatitos jóvenes o cachorros, de entre 3 y 6 meses, necesitan comer cada 4 o 6 horas y tienen una gran curiosidad, lo que les hace ponerse en peligro si nadie los vigila. Lo aconsejable en este caso sería no dejarlos a solas.

En tanto que un gato mayor es más tranquilo y no tiene tanta energía como un cachorro, puede estar solo, durmiendo o jugando sin aburrirse hasta 12 horas, aunque lo recomendable es que no pase de las 24 horas.

Las recomendaciones son las siguientes:

-Comida disponible para que se alimente.
-Agua fresca.
-Varias cajas de arena limpias por la casa.
-Rascadores de alta calidad, donde pueda estirarse después de sus siestas
-Juguetes que use y disfrute mucho para hacer ejercicio.

Queda claro, entonces, que a los gatos les hace falta la compañía de su cuidador y no son tan independientes como siempre se ha pensado.

jueves, 9 de marzo de 2023

Gatos: así ven estos felinos a los humanos


Los ojos de los gatos son más grandes que los nuestros debido a su naturaleza depredadora.

Los gatos ven los colores con menos intensidad y esto les facilita concentrarse en el movimiento.

Los gatos tienen una perspectiva más amplia del mundo que la de las personas. Su campo de visión es de unos 200 grados -el de los humanos tiene sólo 180 grados-, lo cual les da una visión periférica superior, un rasgo común en muchos depredadores terrestres.

“Los gatos ven los colores con menos intensidad, y esto les facilita concentrarse en el movimiento sin que nada los distraiga”, esta es una de las conclusiones de un proyecto conjunto de la BBC y el Colegio Real de Veterinarios de Reino Unido (2014) que investigó cómo estas mascotas ven, huelen y sienten el mundo a su alrededor y cómo su conducta está cambiando para adaptarse a las condiciones de vida de las ciudades del siglo XXI.

Además, sus ojos son grandes para el tamaño de su cuerpo, lo cual les permite ver con poca luz.

Expertos de la clinicaveterinariaaguilar.es aseguran que "los ojos de los gatos son bastante similares a los humanos, pero la evolución ha hecho que su visión se enfoque en mejorar la actividad de cazar, depredadores por naturaleza. Para ello, los gatos necesitan percibir los movimientos de aquello que les rodea cuando hay poca luz y no necesitan distinguir una gran gama de colores para sobrevivir, pero aun así, no es cierto que solo vean en blanco y negro. A decir verdad, ven peor que nosotros a la hora de enfocar objetos cercanos pero su campo de visión es mayor a grandes distancias y son capaces de ver en la oscuridad”

El especialista en gatos y científico de la Universidad de Bristol, John Bradshaw, afirma que los ojos de los gatos son más grandes que los nuestros debido a su naturaleza depredadora.

“El hecho de que los felinos salvajes (antecesores de los gatos) tuvieran que cazar para poder alimentarse y que esta actividad tuviera la máxima duración durante el día, hizo que sus ojos se fueran transformando y aumentando su tamaño, además de ubicarse al frente de la cabeza (visión binocular) para abarcar un campo de visión más amplio”, cita la clinicaveterinariaaguilar.es.¿Cómo ven los gatos a las personas?


La visión de un gato está muy centrada en su entorno inmediato.

Depende de lo cerca que esté del gato. Los humanos tenemos músculos dentro de los ojos que pueden cambiar la forma en la que miramos, lo que nos permite distinguir las cosas que están cerca y las que están lejos.

Los gatos no tienen estos músculos. De hecho, los gatos son muy previsores, por lo que cualquier cosa a más de unos pocos metros la ven borrosa.

La visión de un gato está muy centrada en su entorno inmediato. Esto significa que pueden encontrar y cazar presas, así como evadir cualquier amenaza de depredadores más grandes.

En comparación con los perros, los gatos no son muy buenos para reconocer caras individuales. En un estudio realizado en el año 2005, a los gatos se les mostró una imagen de un rostro familiar y una imagen de un extraño. Los gatos reconocieron la cara familiar alrededor del 50% de las veces.Los gatos no enfocan bien de cerca

Por último, dicen los expertos de la clínica veterinaria Aguilar de España, es necesario valorar la nitidez con la que ven los gatos. Los humanos tenemos mayor agudeza visual en el enfoque de objetos cercanos porque nuestra visión periférica es menor que la de los gatos (20º en comparación con sus 30º).

"Por ello, los humanos podemos enfocar con nitidez hasta una distancia de 30 metros y los felinos solo llegan a 6 metros. Sin embargo, la falta de visión periférica les ofrece una mayor profundidad de campo, cosa que es importantísima para un buen depredador".