En conmemoración del Día de la Tierra, quiere mostrar su comunicación y estructuras sociales.
La serie Los secretos de las ballenas de National Geographic, que se estrenará el 22 de abril con motivo de la conmemoración del Día de la Tierra, desvelará, entre otras incógnitas, hasta qué punto está desarrollada la capacidad de comunicación de estos grandes cetáceos y las estructuras sociales de cinco especies de estas "embajadoras del océano".
Producido por el cineasta James Cameron, el programa sumergirá a los espectadores en aguas profundas para constatar que estos grandes animales marinos poseen "emociones e identidad, como los seres humanos", explica en una entrevista a Efe el director y fotógrafo submarino de National Geographic, Brian Skerry.
Cuanto más entendamos esto, mejor conservaremos y protegeremos nuestro planeta: nuestras vidas dependen de ello
El equipo rodó durante tres años los episodios que componen la serie, que narra las experiencias de varias familias de orcas, cachalotes, jorobadas, narvales y belugas cuyos gestos y comportamiento demuestran su sensibilidad y que "puede cambiar nuestra percepción del lugar donde vivimos", afirma este explorador.
Cada episodio está dedicado a una especie y las orcas protagonizan el primero, en el que se muestra cómo "transmiten sus tradiciones familiares de caza entre generaciones" y, al igual que las ballenas de la Patagonia capturan leones marinos en la playa, las orcas de Nueva Zelanda "eliminan las rayas ocultas".
El trabajo, desarrollado en veinticuatro localizaciones, describe la complejidad de las relaciones de estos gigantes oceánicos, desvelando por ejemplo que las belugas se ponen nombres entre sí para "mantenerse en contacto" y, así, "las crías comparten los sonidos distintivos que emiten sus madres”.
La serie también muestra, entre otras cosas, cómo una hembra de cachalote amamanta a su cría, la travesía de más de 30.000 ballenas jorobadas desde la costa australiana hasta la Antártida "utilizando el movimiento de sus colas para hablar entre sí" o cómo una manada de belugas adopta a un narval.
Entre las anécdotas del rodaje, Skerry comenta "un momento de tristeza y emoción" cuando el equipo encontró una hembra de orca que cargaba a su cría fallecida, "probablemente porque la madre presentara tóxicos en su organismo y los pasara a su cría cuando todavía estaba en su útero", lo que, a su juicio, "demuestra que estos animales tienen empatía".
Asegura que detrás del fallecimiento de las ballenas "en muchas ocasiones" se encuentra la acción humana, por el vertido de "componentes tóxicos, productos químicos y metales pesados al océano, así como toneladas de plástico cada año". Skerry defiende el papel de los océanos para la supervivencia humana reivindicando la conexión con la naturaleza, pues, en su opinión, "cuanto más entendamos esto, mejor conservaremos y protegeremos nuestro planeta: nuestras vidas dependen de ello".
Entre los momentos más complicados del rodaje, Skerry señala la distancia para captar a estas especies y las inclemencias meteorológicas, por lo que, aunque el proyecto duró tres años, “podríamos haber estado diez, ante los desafíos diarios que encontramos”. Para el director de la serie, la labor de contar historias "está en el ADN humano" y "adquiere especial relevancia si esos relatos están basados en un hecho veraz y científico" y permite "aflorar la sensibilidad".
Los documentales ayudan a "crear un cambio social, generando resultados positivos" e, incluso, "cambiando nuestro comportamiento" y tienen un valor añadido en una época en la que "estamos inundados de información con fotografías y vídeos cada día en redes sociales o en medios de comunicación", agrega.
La serie cuenta en su versión original con la narración de la actriz Sigourney Weaver y está dirigida tanto a un público generalista como familiar, ya que “cuenta con momentos entrañables y únicos”.