Un estudio en 11 países de la región, con 4.447 encuestas, dio como resultado este perfil.
El respeto, la honestidad y la libertad son los valores con los cuales se identifican todos los grupos de población.
Los jóvenes de América Latina son escépticos con respecto a sus gobiernos, tienen una visión del mundo basada en el equilibrio y un nivel mayor de conciencia social que, aunque contrasta con sus escasas habilidades para relacionarse personalmente —por su estrecho vínculo con la era digital—, les facilita la interacción para comprometerse a favor de un mundo mejor.
Esta es una gruesa conclusión de la Encuesta Intergeneracional sobre Actualidad Latinoamericana realizada por Tendencias Digitales para el Grupo de Diarios América (GDA), que analizó 4.447 sondeos hechos en los 11 países que conforman la red de medios de esta organización: La Nación (Argentina), O Globo (Brasil), El Mercurio (Chile),EL TIEMPO (Colombia), La Nación (Costa Rica), Prensa Gráfica (El Salvador), El Universal (México), El Comercio (Perú), El Nuevo Día (Puerto Rico), El País (Uruguay) y El Nacional (Venezuela).
El objetivo era conocer la opinión de la región sobre temas políticos, sociales, de igualdad, religión, información y economía, entre otros, en este segmento de la población. El estudio (con un nivel de confianza del 95 por ciento) contó con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
Para el efecto, se tomaron como referencia grupos de población enmarcados en las llamadas generación Z (menores de 23 años), generación Y (entre 24 y 36 años), generación X (entre 37 y 51 años) y generación ‘baby boomers’ o más (mayores de 52 años).
Vale aclarar que si bien aquí se incluyeron todos los grupos de edad, el análisis se centra en los jóvenes de las generaciones Y (‘millennials’) y Z (‘centennials’), quienes conformaron el 64 por ciento de la muestra, por lo que los grupos de mayor edad fueron tomados como referencias y elementos de contraste.
Escépticos e insatisfechos
En temas de país, gobierno y ciudadanía, más de la mitad de los jóvenes considera que la situación de sus países es mala, y la tercera parte la califica de muy mala. Una calificación que relacionan con limitaciones en la libertad de prensa, violaciones a derechos humanos y descuido por el medioambiente, lo cual deriva en que casi la mitad de ellos (generaciones Z y Y) se declaren insatisfechos con el gobierno, siendo los más jóvenes los más inconformes.
Resulta llamativo que en todos los grupos etarios la corrupción de los gobiernos, la indolencia con el medioambiente y la violencia de todo tipo son los temas de mayor preocupación, mientras que entre los más jóvenes, la violación de los derechos humanos, el acoso sexual y el futuro de la humanidad son relevantes y, según la encuesta, deberían ser prioridad en la agenda pública.
Julieta Altieri tiene 24 años, es internacionalista y representante para Argentina de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (LAC), fundada en el 2014 y compuesta por miembros de 20 países de la región. Al explicar estas posturas, afirma que existe una crisis de representatividad de los partidos políticos que no han podido interpretar las necesidades de los jóvenes, quienes siguen reacios a la política tradicional.
Prueba de ello es que para la misma generación Z, los partidos políticos no son necesarios para el funcionamiento de un país, a pesar de que, junto a los Y, presentan los porcentajes más bajos de participación en agrupaciones políticas o movimientos estudiantiles, comparados con las generaciones de mayor edad.
“No es que seamos escépticos a la democracia sino que al estar orientada por políticos vetustos que se mantienen en el poder, no dejan lugar a nuevas caras e ideas. Eso es algo que queremos cambiar, buscando espacios de manera autónoma para llenar estos vacíos e, incluso, arriesgándonos a proponer nuestros nombres en los procesos electorales”, enfatiza.
“No podemos seguir siendo manejados por personas de 80 años que nacieron en un mundo distinto al actual”, remata.
La encuesta revela que para la juventud ser ciudadano es tener derechos, pero, a su vez, cumplir deberes, y en este sentido, la generación Z considera los derechos como lo más importante, mientras que los ‘millennials’ se inclinan un poco más por los deberes.
Altieri afirma que la defensa de los derechos humanos es la respuesta natural a posturas extremas de derecha e izquierda, que tienden a manifestarse en contextos autoritarios.Situación y ciclo de vida
Con relación a la orientación sexual, se encontró que en todas las generaciones, la mayoría se declara heterosexual; sin embargo, al detallar porcentajes, la generación Y tiene el mayor número de homosexuales (12 por ciento) y las mayores concentraciones de bisexualidad están en la generación Z (18 por ciento).
Los menores (la generación Z) dicen estar solos en el campo afectivo y la mitad se declaran solteros y sin pareja; mientras que los de la generación Y son los más proclives a las uniones libres: el 39 por ciento manifiesta tener pareja y mantenerse solteros.
Aunque podría parecer curiosa esa tendencia, la psicóloga clínica Sandra Herrera manifiesta que el escepticismo de los jóvenes frente a las instituciones abarca, también, al matrimonio formal, porque tienen una mente más abierta a la libertad y a la autonomía, y no a los condicionantes sociales; por eso tienen relaciones más flexibles y un poco menos duraderas.Sexo y discriminación
Los ‘centennials’, además, son quienes tienen menos hijos, al punto que solo el 4 por ciento de sus integrantes dicen tenerlos, en comparación con el 20 por ciento de los integrantes de la generación Y.
La encuesta es generosa en datos relacionados con la sexualidad: la mayoría inician su vida sexual entre los 16 y los 18 años, la fuente preferida para informarse en estos temas es internet, el 85 por ciento de los jóvenes utilizan anticonceptivos y los condones son el método más usado en todas las generaciones (un poco más en la Z).
Destaca que entre ellos hay mayor apertura en temas tradicionalmente polémicos, de manera que la mayoría de la generación Z (85 por ciento) considera que las personas del mismo sexo pueden casarse con todos sus derechos, y más de la mitad considera que el aborto y la marihuana deben ser legales en cualquier circunstancia.
Sin embargo, las generaciones Y y Z manifiestan haberse sentido más discriminados, principalmente en las instituciones educativas, a la par que están más de acuerdo con equiparar oportunidades para todas las personas, independientemente de cualquier condición.
No es que seamos escépticos a la democracia sino que al estar orientada por políticos vetustos que se mantienen en el poder, no dejan lugar a nuevas caras e ideas
Catalina Martínez, directora para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos, considera muy positivo que los más jóvenes del continente estén de manera tan generalizada a favor del aborto y los derechos de las parejas del mismo sexo.
“Esto quiere decir que el trabajo de organizaciones sociales ha impactado en la forma como entienden y promueven los derechos sexuales y reproductivos, pero, a la vez, es un reto para los Estados, que deberán responder en todo el continente con políticas que se encaminen a garantizar la igualdad y equidad de género, y, sobre todo, el fin de la discriminación”, sostiene.
El 35 por ciento de los jóvenes de la generación Z y el 29 de la Y se declaran poco o nada religiosos. Y, aunque la religión católica es la que más se profesa en todas las generaciones, entre ‘millennials’ y la generación Z, ‘centennials’, hay una tendencia decreciente frente a esta religión, en contraste con un aumento en sus preferencias por otro tipo de cultos.Poco religiosos
Y si de espiritualidad se trata, los más jóvenes son quienes menos aceptación tienen en este sentido, algo que deja en evidencia la generación Z, en la cual la mitad se declara poco o nada espiritual, en comparación con el 29 % de la Y y el 32 % de los ‘baby boomers’.
María Camila González, periodista especializada en temas de religión, de 25 años, asegura que la juventud está más interesada en llevar la relación con la espiritualidad a la acción, más que cualquier acto de pertenecer a un dogma o a una religión. Esteban Lemus, joven de 23 años, coordinador de Misión País en Colombia, un voluntariado universitario fundamentado en la espiritualidad ignaciana de carácter católico, agrega que si bien es claro que hoy en día muchos jóvenes no se encuentran dentro de una iglesia, sí están “en una búsqueda constante de esa fuente de vida y el sentido trascendental que permita reconstruir la realidad”.
“Los jóvenes se han alejado de la Iglesia por eventos como corrupción y pedofilia. Pero, precisamente, veo a la espiritualidad como una búsqueda por la misericordia y un método de reconciliación”, apunta.Capaces de cambiar el mundo
Julián de Zubiría, experto en educación, comenta tres cambios fundamentales de las Generaciones Z y Y frente a las anteriores: “Viven en un mundo de pantallas interconectadas, provienen de familias más diversas, más pequeñas y flexibles, y tienen mayores niveles educativos”. Y argumenta: “Como han vivido en un mundo tan flexible, respetan y valoran la diversidad. Como tienen amplio acceso la información y mayor educación, tienden a ser más independientes y a rechazar en mayor medida la corrupción, que es mucho más visible en estos tiempos y medios”. Pero estas influencias implican el riesgo de caer más fácilmente en posturas populistas de derecha y de izquierda, “porque creen menos en las instituciones y eso lo aprovechan los extremos en la política”, dice.
Por su parte, Olga Albornoz, ex presidenta de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, es clara en decir que la encuesta ratifica que las generaciones jóvenes, inmersas en un mundo digital, interconectado y funcional, tienen un pensamiento más universal, lo que les permite proyectarse más en términos de sociedad, de valores universales y de un sentido de servicio.
“Si las antiguas generaciones no han encontrado la forma de cambiar el mundo, los muchachos de hoy tienen la capacidad de hacerlo bajo tres premisas: concebirlo como un lugar en el que todos caben, el respeto por los elementos del planeta de uso común y el desdén por las instituciones atávicas y de proyección local”, explica.Las redes, su hábitat natural
Aunque es una verdad sabida, la encuesta demuestra que a la hora de relacionarse con el mundo digital, los jóvenes llevan ventaja considerable.
De hecho, son los mayores compradores por Internet, quienes buscan por esta vía mayor información política, quienes declaran usar más Youtube y quienes permiten mayor acceso a la información a través de las redes sociales. La psicóloga Herrera explica que para ellos es muy importante el peso que se mide en número de seguidores y en la difusión universal de las ideas en redes sociales, así como proyectarse a favor de causas populares, distantes, incluso, de su propio entorno.