sábado, 22 de febrero de 2025

Perros de terapia: cuando las palabras no alcanzan, su amor sana


Los perros de terapia son compañeros increíbles que, con su lealtad y empatía, ofrecen apoyo emocional y físico a personas que enfrentan diversos desafíos. Estos canes, especialmente entrenados, participan en intervenciones asistidas para mejorar la calidad de vida de quienes más lo necesitan.

Un ejemplo reciente es el de Pía, una perra terapeuta que trabaja en el centro de neurodesarrollo infantil Instrumenta, en Ciudad de México. Pía ayuda a niños con problemas de desarrollo y neurodivergencias a ser más autónomos, mejorando sus capacidades físicas, cognitivas, sociales y emocionales a través del juego y la interacción.

Además, en España, el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria en Málaga ha implementado un proyecto de acompañamiento emocional mediante terapia asistida con animales. Esta iniciativa busca proporcionar un respiro emocional a los pacientes a través de la interacción con perros entrenados, beneficiando tanto a los pacientes como a sus familias.

La selección de un perro para terapia es un proceso meticuloso. Según la Universidad Rey Juan Carlos, se busca que el perro sea tranquilo y paciente, capaz de expresar incomodidad a través de señales sutiles en lugar de recurrir a comportamientos agresivos. Además, debe estar libre de miedos o fobias que puedan interferir con su capacidad para desempeñarse de manera efectiva en diferentes entornos y situaciones.

Las razas más comunes en terapias asistidas incluyen el Labrador Retriever y el Golden Retriever, conocidos por su carácter sociable, inteligencia y facilidad de entrenamiento.

Es fundamental reconocer que, aunque los perros de terapia aportan innumerables beneficios a las personas, también es esencial velar por el bienestar de estos animales. Un estudio publicado en Antrozoologia.com destaca la importancia de evaluar el bienestar de los perros en intervenciones asistidas, considerando factores como la selección, el entrenamiento y el seguimiento durante su actividad.

En resumen, los perros de terapia son aliados valiosos en la promoción de la salud y el bienestar humano. Su participación en programas terapéuticos y de acompañamiento emocional continúa expandiéndose, demostrando el poder del vínculo entre humanos y animales.

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