El paro de estudiantes selló una victoria temprana con la promesa de aumentar en medio billón de pesos los recursos, pero deja un mal precedente
Han pasado solo 60 días de haber comenzado la administración de Iván Duque y ya ha tenido que experimentar dos situaciones complejas que de una u otra forma comprometen las discusiones económicas. La primera tuvo que ver con la encerrona que unos pocos congresistas de izquierda le hicieron al ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, por su papel en los llamados Bonos Agua, episodio de hace más de una década y que no le salió bien a los municipios que adoptaron esa alternativa de financiamiento. Cabe destacar que el Gobierno Nacional salió bien librado y que el Ministro no fue sometido a la figura constitucional de la “moción de censura” que no tuvo abrigo en el Congreso; una situación de la que Carrasquilla se salvó, pero lo debilitó, pues los otros partidos que no están en la unidad nacional salieron en su rescate, acción que no va a ser gratis para las futuras negociaciones políticas, tanto en la Cámara como en el Senado.
El segundo episodio importante, durante estos primeros 60 días de Duque en la Casa de Nariño, ocurrió ayer cuando miles de estudiantes salieron a la calle para reclamar más presupuesto para la educación pública universitaria. Las marchas que reclamaban unos puntos justos pusieron el dedo en la llaga sobre la estrechez de los recursos para cualquier sector. No es sólo la educación la que no tiene dinero o el único sector en el que se debe reorientar el gasto público, pues para nadie es un secreto que durante los últimos años se ha crecido la inversión en educación a pasos agigantados; y no solo es el sector que más dinero se lleva, sino el que más ha crecido: de $32 billones ya se acerca a $40 billones, un hecho sin precedentes en la historia económica, nunca antes un sector había recibido tal monto, eso si observamos que el presupuesto sólo equivale a $235 billones para atender las necesidades de todo el país.
¿Por qué la fallida moción de censura contra el ministro de Hacienda y la marcha de los estudiantes están íntimamente ligadas? Por la simple razón de que ambas tienen que ver con dinero público. El ministro Carrasquilla deberá confeccionar la Ley de Financiamiento de la actual administración y para ello debe echar mano a nuevos impuestos que garanticen tapar un hueco histórico deficitario de unos $25 billones, y para tal efecto, tiene que llevar al Congreso un articulado que le evite al máximo las negociaciones políticas, como puede ser el rediseño institucional de la Dian y la adopción de herramientas digitales para ganar eficiencia en el cobro de tributos, además de atacar la evasión.
Por fortuna, tiene un margen de maniobra que no tuvo la anterior administración. Los precios del petróleo están atravesando una bonanza y los ingresos de Ecopetrol están aumentando de manera vertiginosa. Los presupuestos estaban planeados con barril de petróleo a US$65, el precio actual se ha sostenido por encima de US$70, una diferencia significativa que puede ayudar a que la Ley de Financiamiento no sea tan dura contra los empresarios y que un mejor desempeño económico haga que las familias también mejoren sus ingresos. El medio billón de pesos que los estudiantes lograron del Gobierno, también es manejable si las condiciones macroeconómicas siguen mejorando a ritmo de petróleo, pero el presupuesto nacional no puede seguir engordándose a golpe de paros. Lamentable que ya estén programando nuevas marchas para exigir dinero público.